El futuro
Las carpas funerarias de Barcelona y Par¨ªs son la imagen de la muerte y el calor espectaculares. El clima hiperb¨®lico de este verano es una amenaza de acabamiento individual, pero tambi¨¦n un anuncio del fin de la vida en el planeta. La Tierra nunca ha estado tan caliente en los ¨²ltimos a?os, es decir, en los ¨²ltimos 500 millones de a?os, asegura Giovanni Sartori. Se calienta m¨¢s r¨¢pido de lo previsto y, seg¨²n una autoridad astron¨®mica citada por Sartori, s¨®lo existe una probabilidad entre dos de que la raza humana llegue al pr¨®ximo siglo. Sartori aconseja pensar en la extinci¨®n y en el ejemplo de los dinosaurios, desaparecidos hace 65 millones de a?os.
Empe?ados deportivamente en transformar el clima hasta volverlo irrespirable, en este momento millones de automovilistas de Espa?a, Francia e Italia encienden motores para iniciar, proseguir o terminar la fuga veraniega hacia alg¨²n pa¨ªs menos t¨®rrido. Van hacia el porvenir, la Tierra caliente del cambio clim¨¢tico por emanaciones y humo de gasolina. Huyen de otro aspecto del futuro, no ¨²nicamente personal, sino planetariamente aterrador: la soledad de los ancianos, cada vez m¨¢s numerosos y m¨¢s solos. El calor los aniquila sin que se den cuenta. La revista de Mil¨¢n Donna Moderna, apelando a futur¨®logos de San Francisco, me informa de que alcanzar¨¦ a vivir 180 a?os, e incluso 500, m¨¢s adelante. Crece la esperanza de vida y es mayor la amenaza de acabar desoladoramente viejos, muertos de calor o de fr¨ªo, seg¨²n nos toque.
Esta ¨¦poca parece desencajada, como a la espera de un turbi¨®n similar al que el otro d¨ªa sacudi¨® la comarca barcelonesa de Osona, a 10 kil¨®metros de donde acababan de apagar un bosque quemado. Hundi¨® tejados, desarraig¨® ¨¢rboles, estrell¨® fan¨¢ticamente un contenedor de basura contra una gasolinera. Buscamos el consuelo de la memoria y recordamos el futuro, las previsiones catastr¨®ficas pero cient¨ªficas. Hay quien se lo toma con irritaci¨®n de profeta, como Sartori, o con beato humorismo, como el brutal alcalde de Mil¨¢n, que declar¨® a prop¨®sito de los ancianos sitiados por el calor, solitarios en sus cuartos sofocantes: "Lo ¨²nico que puedo hacer es pedirle al Padre Eterno que refresque". La soledad masiva y mortal de los viejos es una visi¨®n o un descubrimiento del futuro tan espectacular como el cambio clim¨¢tico: ciencia-ficci¨®n de verdad.
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