Mujeres de barro y posguerra

Ocultas en los pliegues de la posguerra, las voces de las poetas ?ngela Figuera y Celia Vi?as afloran desde su silencio en El linaje de Eva, rescatadas por Mar¨ªa Payeras, profesora de la Universidad de las islas Baleares. Payeras revisa tambi¨¦n la figura excesiva y popular, pero banalizada en ocasiones, de Gloria Fuertes. Las tres construyen sus voces bajo las ruinas de la posguerra, y de una u otra manera quedan ahogadas, en este tiempo de cenizas y ¨¦pica mediocre, invisibles, como tantas mujeres de su ¨¦poca, entre las poetas de la preguerra civil (Rosa Chacel, en su etapa vanguardista y ramoniana; Concha M¨¦ndez o Ernestina Champurc¨ªn) y las de la d¨¦cada de los sesenta y a?os posteriores, como Clara Jan¨¦s, Mar¨ªa Victoria Atencia o Cristina Rosetti. La m¨¢s lograda de las voces recobradas en este ensayo es la de ?ngela Figuera, que irrumpe en 1948 con Mujer de barro, un canto a la plenitud personal y al goce carnal en pleno franquismo. Y eso que era una voz que emerg¨ªa no s¨®lo de la madurez de una mujer de 46 a?os que sabe qui¨¦n es y lo que espera de la vida misma, sino tambi¨¦n del dolor de haber perdido a un hijo y haber vivido una guerra. Su primer hijo naci¨® muerto en 1935, y en 1936 vino al mundo su segundo hijo, criado en medio de las privaciones econ¨®micas que depar¨® la contienda a los perdedores, entre los que se encuadraban muchos de sus familiares. Este punto de partida da paso a una poes¨ªa social en la l¨ªnea de Blas de Otero y Gabriel Celaya, y a un humanismo cristiano y batallador pr¨®ximo a D¨¢maso Alonso. Vencida por el ¨¢ngel, El grito in¨²til o Belleza cruel son algunos de sus poemas m¨¢s expresivos. Ella no es mujer de verso, sino de carne y barro, una voz que merece la pena redescubrir. Payeras conduce al lector tambi¨¦n a Celia Vi?as, nacida en L¨¦rida y afincada despu¨¦s en Almer¨ªa, marcada por el biling¨¹ismo y por un mundo po¨¦tico casi secreto en medio de otras actividades literarias o pedag¨®gicas. A Gloria Fuertes, superviviente del postismo y due?a de una vocaci¨®n po¨¦tica labrada entre dificultades econ¨®micas, le da la vuelta y hace ver bajo sus poemas sin ton ni son, la hondura y la coherencia.