Yorkshire, pasiones con sabor ingl¨¦s
Una ruta por las planicies que inspiraron 'Cumbres Borrascosas'
Desde un lado de la casa se contempla la iglesia y, sobre todo, el cementerio, que est¨¢ siempre unido a los templos anglicanos. Desde la otra parte, la vista no es mucho m¨¢s reconfortante: all¨ª empieza el p¨¢ramo. Podr¨ªa parecer un buen punto de partida para una pel¨ªcula de miedo; sin embargo, la impresi¨®n no es terror¨ªfica, aunque todo el lugar provoque una leve inquietud. Vistas de d¨ªa, las tumbas ordenadas y limpias tienen un toque inocente, incluso evocador. El p¨¢ramo parece tambi¨¦n inofensivo; aunque su inmensidad, la larga sucesi¨®n de leves colinas que se pierden suavemente a lo lejos, en la que apenas se vislumbran unos pocos ¨¢rboles solitarios y algunos muros de piedra, nos indica que es mejor no abandonar el camino si nos aventuramos en aquel espacio. En cualquier caso, el pueblecito de Haworth, coraz¨®n del condado de Bront?, en Yorkshire, en el centro de Gran Breta?a, donde se encuentra la casa en la que vivieron y murieron Charlotte, Anne y Emily, no decepciona al viajero: Heathcliff, el furioso y apasionado protagonista de Cumbres Borrascosas, no podr¨ªa haber vivido en otro lugar.
La ¨²nica novela de Emily Bront? tiene como fondo los misteriosos p¨¢ramos del centro de Inglaterra. Hoy los turistas buscan el rastro de Heathcliff en los lugares que inspiraron una obra de amor y tormento.
A veces verde, a veces violeta, otras amarillo -en invierno es todo mucho m¨¢s uniforme-, el intenso paisaje de esta zona de Yorkshire se mezcla en el horizonte con un cielo de nubes constantes y r¨¢pidas
Ya en Haworth, si el viajero se da una vuelta, descubre r¨¢pidamente cu¨¢l es la industria tur¨ªstica local: el sal¨®n de peluquer¨ªa Bront? o la tienda Cumbres Borrascosas no dejan lugar a dudas
"La curiosidad s¨®lo est¨¢ legitimada cuando la casa o la regi¨®n de un gran escritor agrega algo a nuestra comprensi¨®n de sus libros. ?sta es la justificaci¨®n que uno tiene para hacer un peregrinaje al hogar y al condado de Charlotte Bront? y sus hermanas", escribi¨® Virginia Woolf en un art¨ªculo publicado en The Guardian en 1904. "Una tiene la impresi¨®n de que Haworth y las Bront? est¨¢n inextricablemente mezclados. Haworth expresa a las Bront?, las Bront? expresan a Haworth", agregaba la autora de Las olas, quien hab¨ªa visitado Yorkshire en busca del recuerdo de la familia literaria m¨¢s ilustre del Reino Unido. "En Haworth es donde Emily sit¨²a la turbulenta trama de su ¨²nica novela, inequ¨ªvocamente condicionada por la fusi¨®n de los personajes con la brav¨ªa belleza de aquel paisaje solitario", escribe por su parte Carmen Mart¨ªn Gaite en el pr¨®logo de su excelente traducci¨®n de Cumbres Borrascosas.
Situado al oeste de Leeds y Bradford y al norte de Manchester, el condado de Bront? se encuentra en West Yorkshire, en pleno territorio del p¨¢ramo, una de las zonas m¨¢s salvajes del Reino Unido. El p¨¢ramo evoca amplios horizontes y una profunda sensaci¨®n de soledad. Las colinas de los Pennines, que forman la columna vertebral geol¨®gica de la regi¨®n, parecen inocentes a primera vista: una tierra de pasto, ovejas -Haworth era un importante centro de producci¨®n de lana, como casi todas las localidades cercanas-, riachuelos y espacios inmensos. En el camino, el p¨¢ramo es otra cosa: resulta f¨¢cil perder cualquier referencia humana, las colinas presentan caras mucho m¨¢s escarpadas de lo que podr¨ªa parecer; en verano hay barro, y en invierno, hielo y nieve, el viento, una tierra negra, dura y rocosa...
Una mano fantasmal
No podemos olvidar que es el lugar donde arranca Cumbres Borrascosas, con aquel viajero perdido en la nieve que encuentra la mansi¨®n que da t¨ªtulo a la ¨²nica y genial novela de Emily Bront?. Cuando la protagonista abre la ventana de su habitaci¨®n al escuchar ruidos en el exterior, siente el contacto de una mano helada y fantasmal. Poco despu¨¦s, el lector conocer¨¢ un sue?o de Catherine: "Lo ¨²nico que iba a decirte es que el cielo no parec¨ªa mi casa. Se me part¨ªa el alma de puro llorar porque quer¨ªa volverme a la tierra y los ¨¢ngeles se enfadaron tanto que me echaron y fui a caer en pleno p¨¢ramo".
La familia Bront? lleg¨® a Haworth en 1820, cuando el reverendo Patrick Bront? se hizo cargo de la parroquia del pueblo, que entonces contaba con 3.000 habitantes y un ¨ªndice de mortalidad infantil realmente terror¨ªfico: un 40% de los ni?os mor¨ªan antes de cumplir los seis a?os. Emily hab¨ªa nacido el 30 de julio de 1818 en una localidad cercana: Thornton. Se instalaron en un peque?o cottage victoriano, al lado del templo, el Parsonage, donde se encuentra actualmente el museo y la sede de la Bront? Society. La historia familiar es conocida y terrible: todos los hermanos murieron j¨®venes y sin descendencia. En el caso de Emily, falleci¨® de pulmon¨ªa el 19 de diciembre de 1848, a los 30 a?os, una enfermedad que contrajo durante el entierro de su hermano Branwell, en cuya salvaje personalidad dicen los cr¨ªticos que se inspir¨® para crear a Heathcliff.
Muchos a?os despu¨¦s de todo aquello, el fetichismo literario, la sana curiosidad y el amor por Cumbres Borrascosas o Jane Eyre han convertido Haworth en uno de los principales lugares de peregrinaje literario de Gran Breta?a, una isla donde esta pr¨¢ctica est¨¢ muy extendida. La llegada al pueblo produce cierta sensaci¨®n de desconfianza. En principio, no hay demasiados rastros de la desolaci¨®n que se atribuye a Yorkshire. Se atraviesan unas cuantas rotondas, centros comerciales y grandes superficies, gasolineras y alg¨²n pub de sonoro nombre como Black Moors (P¨¢ramos negros). Ya en Haworth, el viajero descubre r¨¢pidamente cu¨¢l es la industria tur¨ªstica local: el Bront? Hair Salon o la tienda Cumbres Borrascosas no dejan lugar a dudas. El cielo gris¨¢ceo y los charcos de una reciente lluvia -?existe el buen tiempo en esta zona del planeta?- sirven para ir entrando en el ambiente; aunque el encanto aparece definitivamente con la llegada a la casa de las hermanas.
La extensi¨®n del p¨¢ramo
All¨ª las cosas han cambiado muy poco. Si nos atenemos a la descripci¨®n que hizo Charlotte de la vista que se contemplaba desde la ventana de su cuarto, podemos decir que no han cambiado nada: "Sentada en mi cama, fijaba los ojos en la ventana, a trav¨¦s de la que no se vislumbraba otro paisaje que la mon¨®tona extensi¨®n del p¨¢ramo y la torre gris¨¢cea de la iglesia que surg¨ªa del centro del cementerio, tan lleno de tumbas que la maleza y las malas hierbas apenas ten¨ªan espacio para crecer entre las l¨¢pidas".
En la casa, un sobrio edificio de ladrillo con amplias ventanas blancas de guillotina, la Bront? Society -que compr¨® el lugar a la parroquia en 1927 para abrir el museo- ha ido colocando los objetos en el mismo estado en que los dej¨® la familia. Un peri¨®dico sobre el escritorio del reverendo, una balanza sobre la robusta mesa en la que Emily hac¨ªa el pan mientras aprend¨ªa alem¨¢n en libros que siguen all¨ª. Los muebles, la ropa, las tazas de t¨¦ -floreadas, naturalmente-, los arcones, una cama con dosel, las l¨¢mparas de aceite, el peque?o piano de pared, los utensilios de cocina, todo ello repartido en una docena de habitaciones -incluida la del servicio- y en dos modestas plantas, nos acercan al ambiente de la vida rural y aparentemente apacible -es verdad que todas estas estancias est¨¢n tambi¨¦n te?idas por la enfermedad y la muerte; pero eso, en la Inglaterra del siglo XIX, formaba parte de la existencia- y hacen a¨²n m¨¢s incomprensible el misterio que siempre ha rodeado a las hermanas Bront?. ?C¨®mo pudo surgir de aquella severidad anglicana ese torrente de creatividad, esa ins¨®lita descripci¨®n de los sentimientos m¨¢s terribles? ?C¨®mo pudo Emily, sin apenas haberse movido de Haworth y de aquella sencilla casa, sin haber conocido var¨®n, hacer un relato de la pasi¨®n, del odio, del mal, de las sombras en las que puede adentrarse el ser humano llevado por unos sentimientos incontrolados? ?C¨®mo surgi¨® de all¨ª Cumbres Borrascosas, una de las mejores novelas de la historia, escrita cuando su autora s¨®lo ten¨ªa 28 a?os?
La copia del famoso retrato realizado por Branwell -el original se conserva en la National Portrait Gallery de Londres- de Anne, Emily y Charlotte, que se exhibe en una de las habitaciones, tampoco aporta muchas pistas: son tres hermanas muy al estilo de Sentido y sensibilidad, cuyas miradas modosas no dejan entrever la rotundidad y la fuerza de sus libros -claro que, en general, si hay algo que enga?a es el aspecto de un escritor.
Una vez completada esta primera etapa del camino -previo paso por la nutrida tienda del Parsonage, donde uno puede hacerse socio de la Sociedad Bront?, lo que da derecho a entrar gratis en la casa, recibir los dos n¨²meros anuales de su revista, ser invitado a conferencias y a almuerzos literarios, adem¨¢s de participar en charlas con especialistas y en excursiones-, el siguiente objetivo pasa directamente por la literatura: la b¨²squeda de los escenarios donde transcurre la ¨²nica novela de Emily. La pregunta del mill¨®n, a la que est¨¢n hartos de responder, aunque lo hacen con mucha amabilidad, en la oficina de turismo local, es: ?d¨®nde est¨¢ Cumbres Borrascosas? La respuesta es casi metaf¨ªsica: el lugar existe, pero no existe, esto es, hay un chamizo ruinoso en mitad del p¨¢ramo, a tres millas del pueblo, en un lugar llamado Top Withins, donde la tradici¨®n local dice que Emily situ¨® la siniestra mansi¨®n que da t¨ªtulo a su libro. La casa no tiene nada que ver, el paisaje s¨ª.
Cabras al acecho
El camino no es dif¨ªcil, pero conviene ir equipado con calzado c¨®modo, algo de agua, un jersey (el calor es un concepto desconocido en aquellas latitudes) y ganas de andar durante un par de horas. No hace falta mapa puesto que est¨¢ perfectamente se?alizado: en cada encrucijada hay un poste con flechas que indica la buena direcci¨®n. Y, sin duda, merece la pena: la belleza desoladora del p¨¢ramo es toda una experiencia. A veces verde, a veces violeta, otras amarillo -en invierno es todo mucho m¨¢s uniforme-, es un paisaje que se pierde en el horizonte, que se mezcla con un cielo de nubes constantes y r¨¢pidas. Hay que sentir el barro negro del camino bajo los pies, experimentar el constante dominio del viento.
En mitad de todo esto, al fondo de una peque?a loma se encuentra Top Withins. Hay unos pocos caminantes, aunque no rompen el encanto. Cosa que no se puede decir de las cabras que lo habitan. Estos animales, normalmente huidizos o indiferentes cuando uno se los cruza en el camino -junto a las ovejas, son los ¨²nicos seres vivos que uno se topa por la zona, adem¨¢s de los excursionistas-, se vuelven unos implacables devoradores de meriendas y resulta casi imposible hacer un reposo culinario sin tener a uno de esos bichos, de dientes inmensos y verdosos, literalmente encima. Conclusi¨®n: lo mejor es sentarse a contemplar el paisaje sin hacer ning¨²n signo -basta con abrir la mochila para que comience la persecuci¨®n- que pueda despertar el apetito de estos rumiantes. Una sencilla placa, cortes¨ªa de la Sociedad Bront?, colocada sobre uno de los muros de lo que ahora es una ruina, nos aclara el misterio del lugar: "Esta granja ha sido relacionada con Cumbres Borrascosas, el hogar de los Earnshaw en la novela de Emily Bront?. El edificio, incluso cuando estaba entero, no ten¨ªa ning¨²n parecido con el que describi¨®; sin embargo, su emplazamiento pod¨ªa haber estado en su cabeza cuando escribi¨® sobre su ubicaci¨®n en el p¨¢ramo. Esta placa ha sido colocada aqu¨ª en respuesta a muchas preguntas".
El viajero comprende un poco m¨¢s. La impresi¨®n de soledad, la profunda inquietud que produce el p¨¢ramo -durante una tormenta en invierno, ni un ej¨¦rcito de san bernardos ni los marines podr¨ªan salvar a alguien extraviado-, la fuerza de un paisaje en el que casi no se distinguen huellas humanas, la dureza rocosa de la tierra y el cielo... Hay pocos lugares en el mundo tan propicios para despertar una imaginaci¨®n rom¨¢ntica y, necesariamente, sombr¨ªa. En uno de los momentos clave de la novela, cuando Heathcliff se va para volver henchido de venganza a?os despu¨¦s, Catherine dice: "Mi amor por Linton es como el follaje de un bosque, y estoy completamente segura de que cambiar¨¢ con el tiempo, de la misma manera que el invierno transforma los ¨¢rboles. Pero mi amor por Heathcliff se parece al cimiento eterno y subterr¨¢neo de las rocas; una fuente de alegr¨ªa bien poco apreciable, pero no se puede pasar sin ella. Nelly, yo soy Heathcliff...". Virginia Woolf ten¨ªa raz¨®n: conviene ir a Haworth, llegar hasta Top Withins, para volver a leer Cumbres Borrascosas y comprender por qu¨¦ el amor m¨¢s salvaje es como el p¨¢ramo.
RETORNAR A BRIDESHEAD
YORKSHIRE ES UN territorio de alto contenido literario. Unos pocos kil¨®metros al norte de York, la preciosa ciudad medieval donde naci¨® el poeta W. H. Auden, capital de la regi¨®n y un buen lugar para establecer una base de operaciones, se encuentra Castle Howard, un impresionante palacio del siglo XVIII, rodeado de jardines, bosques y suaves colinas y que habita la familia que da nombre a la mansi¨®n.
Es un lugar muy visitado por los turistas (tiene hasta una tienda y un caf¨¦); pero no van s¨®lo a contemplar el gran sal¨®n de 515 metros cuadrados, coronado por una c¨²pula de 20 metros; la galer¨ªa de las antig¨¹edades reunidas por los condes de Carlisle, o el parque, una joya del paisajismo del XVIII. Muchos visitantes, en realidad, quieren retornar a Brideshead, porque fue en este palacio donde Charles Sturridge ambient¨® la serie basada en la novela de Evelyn Waugh. Y, como le ocurre a Jeremy Irons en el primer cap¨ªtulo de Retorno a Brideshead, contemplar la fachada del palacio a trav¨¦s del parque es emocionante.
En la regi¨®n hay dos parques nacionales, Yorkshire Dales y North York Moors. En este ¨²ltimo espacio natural, el paseo literario puede continuar. En Coxwold se encuentra Shandy Hall, la casa natal, edificada en el siglo XV, de Laurence Sterne, convertida ahora en museo. All¨ª, el gran escritor ingl¨¦s (1713-1768) escribi¨® su Tristram Shandy, novela de la que existe en castellano una traducci¨®n de Javier Mar¨ªas.
GU?A PR?CTICA
Datos b¨¢sicos
Prefijo telef¨®nico: 00 44. Moneda:
1 libra = 1,4 euros.
Llegar
- Iberia (902 400 500; iberia.com) y British (902 111 333; www.ba.com) tienen vuelos de ida y vuelta a Londres a partir de 126 euros, m¨¢s tasas. British a Manchester por 175.
Moverse
La mejor forma de recorrer el Condado Bront? es en coche. Las principales compa?¨ªas a¨¦reas vuelan a Manchester o, naturalmente, a Londres -quedan por delante unas seis horas de autopista hasta Yorkshire-. En cualquiera de los dos aeropuertos se puede alquilar un coche sin problemas: las carreteras brit¨¢nicas est¨¢n magn¨ªficamente se?alizadas y, una vez superados unos instantes de desconcierto, conducir con el volante a la derecha no presenta mayores dificultades.
El recorrido tambi¨¦n puede hacerse en autob¨²s, pero se pierde una parte del encanto de decenas de pueblos deliciosos, de perderse por las indescriptibles carreteras rurales y los parques nacionales. Aunque un par de jornadas son suficientes para recorrer Haworth y sus alrededores, la oferta es impresionante si se dispone de m¨¢s tiempo: el Yorkshire Dales National Park, el Peak District National Park, el North York National Park pueden saciar a los excursionistas m¨¢s curtidos, sin hablar de la ciudad de York o las mansiones abiertas al turismo.
Distancias: Haworth-York, 83 kil¨®metros; York-Castle Howard (Welburn es el pueblo m¨¢s cercano), 24 kil¨®metros; York-Coxwold, 34 kil¨®metros.
Dormir
Una buena base de operaciones para recorrer el condado es la localidad de Skipton. En cualquier caso, la oferta de bed & breakfast y guests houses (alojamiento en casas particulares o en pensiones con derecho a desayuno) es impresionante. Tambi¨¦n hay much¨ªsimos hoteles (un poco m¨¢s caros) y casi todos los pubs rurales ofrecen alojamiento. Se puede reservar a trav¨¦s de las oficinas de turismo, pero no merece la pena (se pierde la improvisaci¨®n, ya que en el camino existen lugares maravillosos e insospechados): todos est¨¢n se?alizados con carteles inmensos y con ponerse a buscar a las seis de la tarde es suficiente. Eso s¨ª, el r¨¦gimen es espartano: los bed & breakfast no pueden estar m¨¢s limpios (se comparte casi siempre el cuarto de ba?o), pero el madrug¨®n es obligatorio; se desayuna en torno a las ocho y media, y luego, puerta. De todos modos, para aquellos que quieran planear con minuciosidad el viaje, la Oficina de Turismo Brit¨¢nico en Madrid vende, en persona o por correo, una gu¨ªa actualizada de hoteles y bed & breakfast. Las direcciones de Internet que aparecen abajo tambi¨¦n contienen mucha informaci¨®n sobre el alojamiento en la regi¨®n.
Comer
A pesar de la mala fama que tiene la comida brit¨¢nica, algunos pubs ofrecen men¨²s excelentes, con platos de la cocina tradicional, como el pudin de Yorkshire o los pasteles de ri?ones, adem¨¢s del salm¨®n escoc¨¦s o el inevitable haddock, el pescado que se utiliza para el fish & chips, que, bien preparado, est¨¢ realmente bueno.
Informaci¨®n
- Turismo Brit¨¢nico (902 171 181; www.visitbritain.com).
- www.brontecountry.co.uk
- www.yorkshirenet.co.uk
- www.bronte.info
- www.haworth.yorks.com
- www.bronte-country.com
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