La ola 'metrosexual' irrumpe en la televisi¨®n de Estados Unidos

El debate sobre los metrosexuales est¨¢ en los grandes medios de comunicaci¨®n norteamericanos. El t¨¦rmino no es nuevo, pero su auge s¨ª. El ¨¦xito de Queer Eye en la cadena de cable Bravo ha forzado a los directivos de la nacional NBC a trasladarlo en horario de m¨¢xima audiencia a su red general. La reciente actuaci¨®n de Verdi atrap¨® a casi tres millones de cableadictos, el doble que el anterior ¨¦xito de esa red. La explosi¨®n televisiva de este fen¨®meno no ha hecho m¨¢s que empezar. Bravo tiene ya en parrilla preparado Boy meets boy y otras cadenas se disponen a explorar el fil¨®n.

Una empresa de encuestas, Euro RSCG Worldwide, se propuso el pasado mes de junio averiguar hasta qu¨¦ punto es interesante ese mercado y hasta d¨®nde est¨¢n los hombres m¨¢s modernos dispuestos a cambiar muchos de sus anticuados h¨¢bitos. Los grandes t¨®picos sobre los sue?os masculinos permanecen (ser considerados h¨¦roes, encabezar una gran empresa, ser una estrella del deporte), pero tambi¨¦n emergen ideales considerados maternales: m¨¢s de un 35% quiere m¨¢s que cualquier otra cosa envejecer con la mujer que aman, tener felices y saludables hijos o disfrutar de un buen c¨ªrculo familiar y de amigos. El estudio ratific¨®, en fin, la irrupci¨®n de una ola de hombres, claramente no homosexuales o afeminados, dispuestos a explotar m¨¢s su perfil m¨¢s suave. Interesados por cuidarse m¨¢s, interna y externamente.

Por ejemplo, el n¨²mero de operaciones de cirug¨ªa pl¨¢stica entre los hombres se ha incrementado tres veces desde 1997 en Estados Unidos hasta afectar ya a 807.000 varones. El asunto, obviamente, tiene implicaciones comerciales. Esos hombres compran y decoran sus casas de otra forma, consumen otros productos alimenticios o est¨¦ticos, visten de diferente manera. Necesitan otras marcas. Leen otros libros o revistas. Ven otros programas.

?sa es la base de los metrosexuales, ahora de moda especialmente en Nueva York. Y ¨¦se es el punto de origen de los consultores de Queer Eye.

John Verdi estuvo divertido e inteligente en su aparici¨®n, que efectu¨® en su tiempo libre. Y hasta le dej¨® ponerse su uniforme oficial a uno de sus gur¨²s gays que, lanzado, le pidi¨® una bofetada. Algunos, incluso en su departamento, le critican. Pero su jefe vio el programa y dice que le gust¨®. -