Entrenamiento en altitud
Buena parte de los integrantes de la selecci¨®n espa?ola en las pruebas de mediofondo, fondo y marcha han realizado entrenamiento en altitud en su preparaci¨®n para Par¨ªs. Bastantes de ellos han residido en el puerto de Navacerrada, algunos en Benasque, otros en Las Ca?adas del Teide y menos en Andorra o Font Romeu. Todos han buscado la mejora del rendimiento y la mayor¨ªa pueden haberlo conseguido.
El modelo tradicional de entrenamiento en altitud ha sido el vivir y entrenarse en moderada altitud (2.000-3000 m.). Existen dos efectos conocidos de la altitud: uno es que el rendimiento en pruebas que duran m¨¢s de dos minutos se ve disminuido; otro, que los atletas que viven por debajo de los 1.000 m. est¨¢n en desventaja con respecto a los que viven permanentemente en altitudes superiores a 2.000 m. Esto hizo que fisi¨®logos del deporte y entrenadores de todo el mundo se plantearan acudir a M¨¦xico con sus atletas con bastante anterioridad a los Juegos para aclimatarse y no verse perjudicados. Fueron los Juegos en los que aparecieron los kenianos por primera vez ganando tres medallas de oro, entre ellas las de los 1.500 m., los 5.000 m y los 3.000 m. obst¨¢culos. Los africanos del Valle del Rift hicieron valer su permanente residencia en altitud.
As¨ª, los investigadores del deporte comenzaron a ver que, si el vivir y entrenarse en altitud podr¨ªa ser beneficioso para competir en altitud, tambi¨¦n podr¨ªa ser beneficioso si luego se compet¨ªa a nivel del mar. Se vio que la altitud, debido a la menor disponibilidad de ox¨ªgeno en el aire, ocasiona una mayor producci¨®n de eritropoyetina para intentar conseguir un mayor n¨²mero de gl¨®bulos rojos y, en consecuencia, de hemoglobina, todo ello paralelo a una disminuci¨®n del volumen plasm¨¢tico total (la cantidad total de l¨ªquido contenida en la sangre). Con todo ello se consegu¨ªa una mejora en el transporte de ox¨ªgeno en la sangre para compensar el escaso ox¨ªgeno respirado. Tambi¨¦n se producen cambios beneficiosos en los m¨²sculos, como el aumento de los vasos capilares sangu¨ªneos. Basados en todo esto, muchos deportistas han intentado mejorar su rendimiento pasando temporadas de entrenamiento en altitud. Sin embargo, la mayor¨ªa de los estudios cient¨ªficos no han podido demostrar la mejora del rendimiento de resistencia a nivel del mar tras entrenarse en altitud.
Quiz¨¢s por ello se han adoptado nuevas estrategias. As¨ª, una actitud m¨¢s actual ante el entrenamiento de altitud es vivir en alto y entrenarse en bajo. Propone que los atletas pueden mejorar su resistencia a nivel del mar viviendo entre 2.000 y 2.700 m. y entren¨¢ndose a 1.000 m. o menos. Se cree que viviendo a relativamente elevada altitud se pueden conseguir elevaciones de los niveles sangu¨ªneos. El entrenamiento simult¨¢neo a altitud menor de 1.000 m. permite a los atletas entrenarse a los niveles de intensidad similares a los de nivel del mar e induciendo, por tanto, cambios y adaptaciones neuromusculares al realizarse el necesario est¨ªmulo fisiol¨®gico. Como consecuencia, las mejoras hematol¨®gicas y neuromusculares conseguidas en este r¨¦gimen de vivir en alto y entrenarse en bajo llevar¨ªan a una mejora del consumo m¨¢ximo de ox¨ªgeno (VO2max) a nivel del mar y del rendimiento de resistencia. Hay estudios que hablan de que los efectos beneficiosos pueden durar hasta tres semanas despu¨¦s de finalizar la residencia en altitud. Es la estrategia que han adoptado la gran mayor¨ªa de nuestros atletas de mediofondo, fondo y marcha, y sus entrenadores, en su preparaci¨®n para Par¨ªs 2003.
Juan Manuel Alonso es director de los Servicios M¨¦dicos de la Real Federaci¨®n Espa?ola de Atletismo, miembro de la Comisi¨®n Antidopaje de la Federaci¨®n Internacional y delegado m¨¦dico de la misma en los Campeonatos del Mundo de Par¨ªs.
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