El deterioro del centro
En las pasadas elecciones municipales, se abrieron muchas esperanzas entre los vecinos del distrito Centro. Independientemente de que prefiriesen a un candidato o a otro y ganase quien ganase, se necesitaba aire fresco y un alcalde o alcaldesa que se preocupase de verdad y a pie de calle de los verdaderos problemas de Madrid.
Sin embargo, pasadas las primeras semanas, vamos descubriendo algunas cosas que nos hacen temer lo peor. Excepto el cambio de cortinas por estores en el Ayuntamiento, y la supresi¨®n en los plenos de mazas y collares, la verdad es que estamos viendo al se?or alcalde, m¨¢s interesado por los grandes temas urban¨ªsticos, que por los problemas cotidianos, ¨¦sos con los que nos encontramos cada vecino al amanecer y subir nuestras persianas, con esa sensaci¨®n de abandono, y al anochecer cuando al bajarlas nos sentimos inseguros dentro de nuestro propio barrio, mientras el ruido insoportable de la calle nos impide conciliar el sue?o.
Invito al alcalde a que por fin se d¨¦ un paseo, eso s¨ª sin que antes se lo prepare nadie, pero no para visitar grandes obras o proyectos, como hace ya, sino para caminar por sus calles y plazas, para encontrarse con la cruda realidad de su Madrid y para eso le sugiero una ruta. Por ejemplo, puede comenzar el se?or alcalde paseando por las calles y los aleda?os de la Puerta del Sol, Cruz, Espoz y Mina, plaza de Santa Ana... y seguir por Jacinto Benavente, salir a Tirso de Molina y disfrutar de su amplia plaza, llegar a la de la Cebada, continuar por las calles del Humilladero, Tabernillas, ?ngel o Calatrava, y volver por la plaza de los Carros, Cava Baja, calle de Toledo y plaza Mayor, para cruzando Sol, llegar hasta la Gran V¨ªa por Montera.
Con este recorrido a distintas horas del d¨ªa se har¨¢ una magn¨ªfica idea de lo que tiene en el centro de Madrid y, para que no le pille de sorpresa, le cuento algo de lo que ver¨¢ y luego lo podr¨¢ distribuir seg¨²n las calles y zonas por las que va a pasar: personas indigentes, enfermos algunos, y drogadictos abandonados a su suerte, viviendo y durmiendo en las calles; suciedad por doquier con manchas y olor nauseabundo a orines y excrementos; defecaciones caninas; mercadillos ilegales de objetos robados y extra¨ªdos de la basura; obras en locales comerciales sin licencia de ning¨²n tipo; terrazas que en pos de las nuevas ordenanzas ocupan el espacio p¨²blico en aceras, calles y plazas y dificultan considerablemente a los viandantes su camino; veh¨ªculos aparcados en doble fila, encima de las aceras, en pasos de cebra, etc¨¦tera, en una anarqu¨ªa perfecta; mantas con discos y objetos piratas, que no s¨®lo causan da?o a los comerciantes, sino que impiden el paso de peatones por las aceras; prostituci¨®n en las calles; asfaltos, adoquines y aceras en mal estado; m¨²sicas de todo tipo con tambores y ruidos a cualquier hora de la tarde y noche; bares y terrazas que no respetan horarios; ruidos, muchos ruidos, la mayor¨ªa no por el tr¨¢fico, sino como consecuencia de la gran concentraci¨®n, en ampl¨ªsimas zonas, de bares y locales de ocio, y as¨ª, un largu¨ªsimo etc¨¦tera.
?stos son, se?or alcalde, junto con otros, quiz¨¢ de mayor envergadura -como pueden ser los tremendos precios de las viviendas, inaccesibles para la mayor¨ªa de vecinos j¨®venes y no tan j¨®venes, o el mal funcionamiento de muchas de las l¨ªneas de autobuses urbanos-, problemas de Madrid, o al menos de los vecinos de amplias zonas del centro de Madrid que no queremos ser vecinos enjaulados, tras gruesos cristales en nuestras ventanas. Nosotros tambi¨¦n queremos sentir el pulso de unas calles civilizadas y en paz y poder o¨ªr el canto de los p¨¢jaros. No queremos estar encerrados entre grandes mamparas.
Se tratar¨ªa simplemente de racionalizar y consensuar un orden civilizado y democr¨¢tico que nos haga gozar a todos de la libertad, en un Madrid que lo pide a gritos, por encima de sombr¨ªos y oscuros intereses comerciales y econ¨®micos.
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