La voz independiente de Dayna Kurtz desvela en un DVD los misterios de su melancol¨ªa
Desde 1990, la neoyorquina Dayna Kurtz act¨²a ininterrumpidamente en los circuitos independientes de Estados Unidos, pero su primer disco en estudio, Postcards from downtown, apenas lleva unos pocos meses en el mercado. "Antes grab¨¦ un par de casetes y un ¨¢lbum en vivo, pero hasta ahora no sent¨ª que tuviese un material lo bastante excitante", se excusa la mujer que ya en 1997 obtuvo en su pa¨ªs el primer premio de la Academia Nacional de Compositores. Su fascinante repertorio, una mezcla siempre melanc¨®lica de blues, jazz y folk, tambi¨¦n podr¨¢ descubrirse este oto?o en un DVD grabado hace unas semanas en la sala Paradiso de Amsterdam.
Kurtz se considera una persona razonablemente feliz, pese al aire oscuro y taciturno de composiciones como Paterson, Miss Liberty o Fred Astaire. "Ni soy una mujer pesimista ni creo que el mundo marche rematadamente mal. Sucede que cuando te sientes radiante no te pones a escribir canciones, sino que te pides un helado. Componer implica encerrarse en tu habitaci¨®n y adoptar un aire introspectivo", argumenta en conversaci¨®n telef¨®nica con este peri¨®dico.
Su voz ha despertado comparaciones entusiastas con las de Annie Lennox, Marianne Faithfull, Rickie Lee Jones o Billie Holiday, pero se confiesa a¨²n m¨¢s orgullosa cuando surgen en la conversaci¨®n los nombres de Nina Simone y Tom Waits, sus dos mayores ¨ªdolos. "Conste que puedo disfrutar mucho con artistas tan divertidos como Al Green o Stevie Wonder, pero en general prefiero el arte que mira hacia el interior".
Dayna Kurtz no piensa renunciar a su condici¨®n de nueva diva de la m¨²sica norteamericana independiente. "Puede que nunca venda demasiados discos, pero es maravilloso escribir canciones sin que nadie te est¨¦ preguntando cu¨¢l va a ser el pr¨®ximo single", razona. Y agrega: "Esa sensaci¨®n de libertad, de ser tu propia voz, compensa todo lo dem¨¢s. Mi pr¨®ximo disco bien podr¨ªa ser de country o de cl¨¢sicos del jazz, y nadie me lo reprochar¨ªa".
Con todo, baladas de belleza tan majestuosa como Love gets in the way bien podr¨ªan alcanzar al gran p¨²blico. "?sa es una canci¨®n que surgi¨® escuchando a un grupo de gospel. Me conmovi¨® c¨®mo aquellas plegarias a Dios provocaban gritos y l¨¢grimas entre la audiencia, aunque los argumentos de mis canciones son m¨¢s mundanos". A rengl¨®n seguido, Kurtz dirige sus cr¨ªticas a los medios de comunicaci¨®n estadounidenses. Nadie conocer¨¢ Love gets in the way mientras todas las revistas y canales de televisi¨®n sigan exclusivamente interesados en suministrar porquer¨ªa al p¨²blico adolescente. Aunque parezca mentira, ejercer la independencia es mucho m¨¢s duro en mi pa¨ªs que aqu¨ª, en Europa".
Tras el DVD holand¨¦s, Dayna Kurtz afrontar¨¢ a finales de a?o su segundo disco, "un ¨¢lbum de versiones de gente que no ha sido suficientemente versionada". El tema central ser¨¢ una casi olvidada melod¨ªa de 1962, I belong to the wind, aunque tambi¨¦n est¨¢n previstas una lectura de Sam Cooke, una colaboraci¨®n con Norah Jones y dos o tres composiciones originales.
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