Savater completa su autobiograf¨ªa con un repaso por sus libros

Fernando Savater (San Sebasti¨¢n, 1947) dedica esta semana a recorrer sus principales libros, dentro de un curso en la Universidad Internacional Men¨¦ndez Pelayo, en Santander, con el que "complementa" su autobiograf¨ªa. Mira por d¨®nde, autobiograf¨ªa razonada (Taurus, 2003) cuenta "lo que ha sido mi vida, mis relaciones, mis afectos, mis esperanzas, mis intervenciones pol¨ªticas, pero no habla de mis libros", dijo ayer Savater en conferencia de prensa, en la que se mostr¨® afable, bromista e ir¨®nico. "S¨ª aparecen los libros que he le¨ªdo, porque son mucho m¨¢s importantes en mi vida que los que he escrito", reconoci¨® el escritor.

Savater, que tratar¨¢ de "explicar por qu¨¦ han sido ¨¦stos y no otros" los g¨¦neros que ha tratado -la filosof¨ªa, el periodismo, la narrativa-, y su evoluci¨®n a lo largo del tiempo, comenz¨® ayer con una reflexi¨®n sobre c¨®mo la lectura le llev¨® a la escritura: "La lectura ha sido mi pasi¨®n predominante. Me gustaba escribir por fidelidad a la lectura, porque es la cosa m¨¢s pr¨®xima a lo que m¨¢s placer me daba, que era leer. Adem¨¢s, de ni?o no era ni ¨¢gil ni guapo", as¨ª que escribir "me daba cierta posibilidad de escapar de la mediocridad".

Pero "lo fundamental fue la colaboraci¨®n de Franco", brome¨® el fil¨®sofo: "Como me ech¨® de la Universidad, me encontr¨¦ con 22 a?os, reci¨¦n casado y sin trabajo, as¨ª que me dediqu¨¦ a escribir art¨ªculos, traducir libros, y me fui haciendo a la fuerza escritor. Hasta los dictadores tienen cosas buenas si sabe uno aprovecharlos", a?adi¨®.

Savater, que entregar¨¢ a principios de septiembre su nuevo libro, El valor de elegir -"un ensayo filos¨®fico en el sentido estricto de la palabra" sobre la libertad-, expres¨® sus dudas acerca del papel actual de los intelectuales espa?oles. "El problema", dijo, "es que el intelectual, como las putas, vive de gustar, y hay algunos que lo que quieren a toda costa es gustar y caer bien a todo el mundo. Y quieren gustar arriesgando poco. He conocido intelectuales muy rebeldes, pero que siempre est¨¢n en n¨®mina". Savater afirm¨® que echa de menos ese coraje para "decir lo que crees", aunque d¨¦ problemas y "desagrades al c¨ªrculo del que dependes, al que te paga, al p¨²blico que crees que te sigue".

El autor de ?tica para Amador explic¨® que, para ¨¦l, un intelectual ha de tener "vocaci¨®n de intervenci¨®n c¨ªvica, de expresar p¨²blicamente sus ideas pol¨ªticas, de ocupar los espacios p¨²blicos de debate". Savater puso de manifiesto que "el acceso privilegiado al espacio p¨²blico que da la radio, la televisi¨®n" hoy d¨ªa a los intelectuales, "impone unas responsabilidades", y se ha de "aprovechar ese espacio de una manera socialmente provechosa". "La labor de un intelectual no es pensar por los dem¨¢s, sino hacer que los dem¨¢s piensen", opin¨® el fil¨®sofo, para el cual es "mucho m¨¢s importante la figura del maestro que la del l¨ªder" para los j¨®venes.

Seg¨²n el escritor vasco, la "proyecci¨®n p¨²blica excesiva", que vivi¨® a ra¨ªz de su militancia en la plataforma Basta Ya, "en un mundo en que no se lee demasiado, se convierte en algo reductor, porque se pierden los libros, pues lleva mucho tiempo leer, y s¨®lo te recuerdan como el se?or de la pancarta".

El autor se mostr¨® muy duro con el plan Ibarretxe, que calific¨® de "chantaje pol¨ªtico con el pretexto de acabar con la violencia pol¨ªtica". Para Savater, "ninguna propuesta pol¨ªtica es aceptable no s¨®lo mientras no haya desaparecido la violencia y el grupo que la impone, sino hasta que haya pasado un tiempo suficiente para que todas las propuestas pol¨ªticas en el Pa¨ªs Vasco se hagan o¨ªr, y puedan retornar todos los que tuvieron que salir por amenazas".