Cosa nuestra
"Cuando llegue la democracia esto ser¨¢ como Italia", me dec¨ªa, all¨¢ por el a?o 68 del pasado siglo, el ¨²nico joven democristiano al que he conocido hasta la fecha. La profec¨ªa no se cumpli¨® en el sentido que apuntaba aquel compa?ero m¨ªo de la vieja Escuela de Periodismo de la Iglesia que muy pronto dejar¨ªa de ser tan joven y sobre todo tan democristiano. Un factor que tal vez influyera en su prematuro envejecimiento y descreimiento pudo ser el hecho de que en un pa¨ªs, plagado de nuevos dem¨®cratas y de cristianos viejos, casi nadie votara en las primeras elecciones por la opci¨®n dem¨®crata y cristiana.
Pero el tiempo ha ido dando la raz¨®n al visionario, la Italia de Berlusconi y la Espa?a de Aznar nunca se hab¨ªan parecido tanto desde aquellos malditos a?os en los que el duce Mussolini y el caudillo Franco aspiraban a partir Europa por el eje. El espectro pol¨ªtico italiano, controlado hoy por el fantasma de la ¨®pera y su heter¨®clita comparsa, ha enterrado muchos esqueletos en los fondos de sus l¨®bregos armarios. La vechia signora, como llamaban los italianos a la Democracia Cristiana, entre el respeto y la iron¨ªa, fue la primera en desaparecer del Foro romano, los electores la echaron sin compasi¨®n a los leones por decr¨¦pita, promiscua y corrupta. El PSI, el partido socialista que le hac¨ªa el relevo, y hasta el duro PCI, ablandado por el eurocomunismo de Berlinguer, no tardaron en acompa?ar a la vieja dama en su retiro.
En una acelerada carrera para cambiar de imagen, un buena parte de los electores italianos se dejar¨ªan seducir luego por un mago de la cosm¨¦tica, experto en maquillaje y transformismo, controlador de dos poderes f¨¢cticos en alza permanente, el f¨²tbol y la televisi¨®n.
Los parecidos con Italia asoman la bota. Aznar, aprendiz de Berlusconi, no controla personalmente el f¨²tbol, pero cuenta con una mayor¨ªa de adeptos, simpatizantes y c¨®mplices en las directivas de muchos clubes del G-12, denominaci¨®n pol¨ªtica que en este caso tambi¨¦n sirve para marcar distancias entre ricos y pobres. Las conexiones entre el f¨²tbol, la pol¨ªtica y la construcci¨®n, brazo corrupto y armado de la terna, se hacen cada d¨ªa m¨¢s evidentes. En Madrid, sin ir m¨¢s lejos, la nomenclatura futbol¨ªstica y pol¨ªtica pasaba hasta hace poco por Gil y Gil el del GIL y por la agrupaci¨®n de Ruiz Mateos, un Berlusconi de bolsillo, dos peculiar¨ªsimas versiones de la derecha asilvestrada y montaraz. Para completar el paisaje no hay que perder de vista el palco del Bernab¨¦u en los d¨ªas se?alados del calendario balomp¨¦dico cuando alrededor del bal¨®n y de sus privilegiados ejecutantes se dan cita, simpatizan y confraternizan, por ejemplo, el popular empresario, directivo y playboy Fernando Fern¨¢ndez Tapias, Fef¨¦, para la prensa rosa, Florentino el gran constructor de imperios futbol¨ªsticos e inmobiliarios, el alcalde-presidente, Ruiz- Gallard¨®n y otros ilustres invitados de la pol¨ªtica y los negocios, de los negocios de la pol¨ªtica y de la pol¨ªtica de los negocios.
Tras las huellas del padrino italiano, Aznar controla, a trav¨¦s de sumisos y bien pagados colaboradores, los espacios informativos de la primera, la segunda y la tercera antena. Tele 5 tambi¨¦n est¨¢ en buenas manos, las del onorevole cavaliere Berlusconi. En la onda de su maestro, el presidente Aznar tambi¨¦n hace todo lo que puede, que es una barbaridad, para controlar a jueces y fiscales, la pesadilla de su amigo Silvio, con un fiscal general y cardenal que obra como su prelado personal y con un Tribunal Anticorrupci¨®n que, de seguir as¨ª las cosas, acabar¨¢ ocup¨¢ndose del cobro de las multas de tr¨¢fico.
Los parecidos se manifiestan de forma m¨¢s expl¨ªcita en la proliferaci¨®n en el lenguaje pol¨ªtico habitual de t¨¦rminos relacionados con la Cosa Nostra. Palabras como Mafia, mafioso y capo han saltado de las p¨¢ginas de sucesos a las cr¨®nicas parlamentarias. Como en Italia, en Espa?a empieza a percibirse tambi¨¦n, por encima de una infraestructura delictiva muy violenta pero de poca monta, una inquietante, misteriosa y an¨®nima superestructura en la sombra, mafia de guante blanco y dinero negro, de blanqueo, cabildeo y escamoteo de ideales a la baja y capitales al alza. Mafias santas y pecadoras en cuyo escalaf¨®n figuran, ejecutores y ejecutivos, mangantes y magnates asociados para ajustarnos las cuentas a todos.
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