Los Ballets de Montecarlo dan una nueva visi¨®n de 'Romeo y Julieta'
El vetusto patio central del Cuartel del Conde Duque de Madrid se convirti¨® el martes en la arena de pasiones y espadas que marca el argumento de Romeo y Julieta, ballet basado en la tragedia hom¨®nima de William Shakespeare, con el fondo sonoro creado en los a?os treinta del siglo XX por Sergei Prok¨®fiev. La coreograf¨ªa de Jean-Christophe Maillot, director art¨ªstico de los Ballets de Montecarlo desde septiembre de 1993, es un esmerado ejercicio pensado con la voluntad de mostrar los elementos definidos de su estilo y sistema creativos.
Sobre este cl¨¢sico de violencia y amores juveniles se ha hecho multitud de versiones oper¨ªsticas y danzadas, pues los valores universales que encierra le permiten atravesar sin dificultad el tiempo y las modas; Maillot, consciente de esto, elabora un intento de exploraci¨®n en el interior de la trama, dando al core¨®grafo las facultades de un estudioso cient¨ªfico y no solamente las de un voluntarioso inspirado.
De ah¨ª que la coreograf¨ªa tenga una apariencia de frialdad y distancia, lo mismo que sucede con la escenograf¨ªa de Ernest Pignon Ernest y con el vestuario de Jer?me Kaplan, ambos artistas colaboradores habituales de la casa de ballet monaguesca.
Asombro e ingenuidad
Romeo y Julieta plasman su pasi¨®n a trav¨¦s de un excesivo asombro y falsa ingenuidad que no casa con el perfil shakespeariano. Hay en toda la lectura coreogr¨¢fica una tensi¨®n probablemente inducida por los procesos arm¨®nicos en que se encontraba Prok¨®fiev en el momento de construir su magistral partitura, pero otros antecedentes coreogr¨¢ficos con esta misma m¨²sica nos evidencian que es el core¨®grafo el que debe convertirse en el pincel matizador. Pensemos en la coreograf¨ªa de Lavrosky o en las m¨¢s recientes de Cranko o MacMillan.
A pesar de este recelo que en cierto sentido puede entenderse como puramente esteticista, Maillot consigue eficientes movimientos de grupo, atm¨®sferas din¨¢micas y un tono que se mueve entre el misterio y el ballet contempor¨¢neo.
Jean-Christophe Maillot, en estos diez a?os al frente de la compa?¨ªa de Montecarlo, ha tenido una privilegiada oportunidad para desarrollar sus experimentos personales como creador y un amplio cat¨¢logo de recreaci¨®n actualizada de los cl¨¢sicos (Cascanueces, La bella durmiente), y a esto es a lo que llamamos con propiedad cristalizaci¨®n de un estilo.
La compa?¨ªa sigue respondiendo con una alt¨ªsima calidad de baile y un aire de elegancia. Entre otros artistas, cabe destacar al vasco Asier Uriagereka en el papel de Teovaldo, y a la italiana Paola Cantalupo en el papel de la se?ora de los Capuleto y madre de Julieta, demostrando con su potente baile y capacidad dram¨¢tica una manera de expresar el contenido argumental en el que se reconoce a una verdadera estrella de ballet.
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