Sobre los falsos testimonios contra Don Ram¨®n Franco Bahamonde
Carta a Su Excelencia el Jefe del Estado en el primer a?o triunfal de la Ley Org¨¢nica (seg¨²n documento aportado por Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n, autor de Autobiograf¨ªa del general
Franco).
Sobre la desgraciada desaparici¨®n de su hermano pilotando un avi¨®n que al parecer se propon¨ªa bombardear Barcelona, s¨®lo puedo decirle, m¨¢s de veinticinco a?os despu¨¦s, que el mismo desorden que organiza la vida de don Ram¨®n parece llevarle hasta la muerte. En vano escuadrillas espa?olas e italianas ubicadas en la base de las Baleares sobrevolaron los mares en busca del menor resto de una previsible cat¨¢strofe. El mismo hombre que fue capaz de realizar la primera traves¨ªa del Atl¨¢ntico a bordo de aquella escasez de avi¨®n llamado Plus Ultra o de ser rescatado por un barco ingl¨¦s de las aguas del mismo oc¨¦ano a donde hab¨ªa ido a parar en otra traves¨ªa atl¨¢ntica, Los Alc¨¢zares-Washington, no hab¨ªa podido sobrevivir a una simple operaci¨®n de bombardeo de la Barcelona roja, si es que ¨¦ste era su real objetivo. No desconoce Vd., Excelencia, las escasas simpat¨ªas que su hermano suscitaba entre compa?eros de la Fuerza A¨¦rea del glorioso ej¨¦rcito nacional, por sus veleidades del muy cercano pasado, cuando fue un pionero de la subversi¨®n capaz de sobrevolar el Palacio Real para insinuar un bombardeo o se fug¨® de prisiones militares en tiempos de la monarqu¨ªa para conspirar desde Par¨ªs a favor de la II Rep¨²blica Espa?ola o consigui¨® acta de diputado por Esquerra Republicana de Catalu?a, formaci¨®n separatista, antiespa?ola y esencialmente antimon¨¢rquica, enfrentada a un trono en decadencia... Su hermano lleg¨® a decir que estaba contra la vieja pol¨ªtica, consecuencia de la Restauraci¨®n, que s¨®lo trata de salvar a una monarqu¨ªa insalvable... No le extra?e a Su Excelencia que los enemigos de Espa?a resalten frases epistolares de esta guisa: ... el soldado y el oficial se pondr¨¢n al lado del pueblo para ayudarle a sacudir sus yugos legendarios y hacer justicia, la verdadera justicia, la justicia popular ... Una rep¨²blica moderada es la ¨²nica soluci¨®n a todos estos males... Dices en tu casa que la izquierda es mercanc¨ªa averiada: Mercanc¨ªa y bien averiada son las derechas: ?Ya hemos visto c¨®mo se vend¨ªan o alquilaban!... Los alumnos de la Academia Militar que diriges necesitan clases de ciudadan¨ªa ?Mal pod¨¦is ser vosotros los que la inculqu¨¦is!
No desconoce Vd., Excelencia, las escasas simpat¨ªas que su hermano suscitaba entre compa?eros de la Fuerza ?erea
Aquel joven militar, anta?o tan prometedor, ahora dedicado frecuentemente al nudismo...
Bombarde¨¢bamos Barcelona en parte gracias a la generosa ayuda econ¨®mica de buenos catalanes en el exilio...
En la misma l¨ªnea se citaron tambi¨¦n p¨¢rrafos de otra carta famosa de don Ram¨®n, la dirigida al ¨²ltimo dictador previo a la Rep¨²blica, el general Berenguer, al que comunica su proyecto de trasladarse al extranjero para luchar desde all¨ª por la proclamaci¨®n republicana... Deseo que siga Vd. cosechando desaciertos en su tortuoso camino de gobernar. Recuerdo a Su Excelencia especialmente preocupado por las noticias que le llegaban sobre la conducta de su hermano, en el que se hab¨ªa producido una diab¨®lica ruptura entre el alma y el cuerpo y en cierto sentido entre el bien y el mal. Su vida sexual demasiado liberal y los raptos de nobleza de alma y pu?os que le llevaban a ser excesivamente pendenciero complicaban el retrato de aquel joven militar anta?o tan prometedor, ahora dedicado frecuentemente al nudismo o a ir por esos mundos sin otro vestuario que una chilaba y predicando militarista y revolucionario, a contracorriente del sano militarismo aplicado a intervenir en defensa del orden cuando fracasa en este empe?o el fr¨¢gil poder civil. Era p¨²blico y notorio que en cuanto tomaba dos copas, y sobre todo cuando tomaba m¨¢s de cuatro, el gran h¨¦roe del Plus Ultra se pon¨ªa a cantar La Marsellesa y el Himno de Riego, especialmente en su versi¨®n m¨¢s anticlerical: Si supieran los monjes y frailes la paliza que les vamos a dar / subir¨ªan al coro cantando ?Libertad! ?Libertad! ?Libertad!
Cumpli¨® Vd. como un buen hermano cuando le defendi¨® incluso en los momentos de conducta m¨¢s aciaga y protest¨® ante los generales Berenguer y Mola porque hab¨ªa permitido la difusi¨®n de graves insultos contra D. Ram¨®n. Y m¨¢s tarde, ya producido el glorioso Alzamiento nacional, desterrado en Washington su hermano en un simb¨®lico cargo de agregado de la Embajada de la Espa?a republicana, Vd. acept¨® sus deseos de desandar tan mal camino y regresar a la ciudad del Bien escapando de la ciudad del Mal, seg¨²n las met¨¢foras de san Agust¨ªn que hab¨ªan hecho posible la plasmaci¨®n simb¨®lica de las dos Espa?as enfrentadas en la Guerra Civil. Los que actuamos como directores espirituales de aquella peripecia, joven capell¨¢n yo entonces en servicios especiales en Estados Unidos, supimos de los duros enfrentamientos que Vd. tuvo con los jefes de la aviaci¨®n nacional, muy especialmente con Kindel¨¢n, que jam¨¢s hab¨ªa perdonado a don Ram¨®n el aire de superioridad y desprecio con que hab¨ªa contemplado a los militares leales a la monarqu¨ªa y a Espa?a. Especialmente duros aquellos momentos en que le design¨® jefe de la zona a¨¦rea de las Baleares, fundamentalmente para las operaciones de castigo sobre Catalu?a. Era don Ram¨®n en Palma de Mallorca un jefe sitiado por la incomprensi¨®n de buena parte de la oficialidad espa?ola y mal conectado con la italiana, siempre tendente a obedecer m¨¢s a Mussolini que a la direcci¨®n de la Cruzada: que Su Excelencia ejerc¨ªa desde Salamanca y Burgos. Aunque los a?os hab¨ªan moderado algo el talante de su hermano, a veces no conten¨ªa la lengua a tiempo cuando se aplicaba a resucitar la memoria de los tiempos de transgresi¨®n que siguieron a los de fruct¨ªfero y patri¨®tico aventurerismo, y a esos excesos se debe la leyenda de que hab¨ªa muerto en un accidente provocado por sus propios compa?eros de armas. Refugiado en su vida familiar, a veces viajero a Madrid para despachar con Su Excelencia, algo de robinsonianos tuvieron los ¨²ltimos meses de su vida, acuciado, seg¨²n sus allegados, por una cierta mala conciencia por las mortandades que causaban las razzias a¨¦reas contra Catalu?a y Valencia. Resucitaba as¨ª el buen coraz¨®n de aquel hombre que en sus a?os revolucionarios hab¨ªa sobrevolado el Palacio Real sin atreverse a bombardearlo por estar los jardines llenos de ni?os ajenos a la pelagra mon¨¢rquica.
Puede Vd. rechazar con toda contundencia las acusaciones activadas por los enemigos de siempre sobre la responsabilidad de su hermano en los famosos bombardeos de Barcelona que en 1938 causaron la muerte de do?a Julia Gay de Goytisolo, madre de escritores espa?oles hoy empe?ados en hacer al franquismo responsable de aquel desgraciado accidente atribuible s¨®lo a la l¨®gica de la guerra. Cuando se produjo este hecho, don Ram¨®n ya hab¨ªa desaparecido y no es Vd. responsable, Excelencia, de que a la desdichada do?a Julia le salieran los hijos escritores m¨¢s o menos buenos. Al fin y al cabo, bombarde¨¢bamos Barcelona en parte gracias a la generosa ayuda econ¨®mica de buenos catalanes en el exilio como los se?ores Ventosa o Camb¨®, conscientes de que quien bien te quiere te har¨¢ llorar, y ellos amaban Catalu?a como su Hermano, Excelent¨ªsimo Se?or, amaba el Destino. Como los mejores, aunque a veces m¨¢s equivocados condottieros.
M¨¢ximo, obispo de Cofras y capell¨¢n castrense.
El largo viaje del 'Plus Ultra'
Ram¨®n Franco (El Ferrol, 1896-Mallorca, 1938), piloto aviador y pol¨ªtico. En1911 ingresa en la Academia de Infanter¨ªa. En 1914 fue destinado como oficial de infanter¨ªa a Marruecos. En 1920 pas¨® a la aeron¨¢utica militar como alumno de la escuela de pilotos, obteniendo el t¨ªtulo de aviador. En 1926 efectu¨® el vuelo de Palos de Moguer, Huelva, hasta Buenos Aires (Argentina) a bordo del hidroplano Plus Ultra, que le dio gran popularidad. Cuando estall¨® la Guerra Civil se encontraba en Estados Unidos como agregado militar de la Embajada espa?ola. Al regresar a Espa?a, a pesar de su ideolog¨ªa pol¨ªtica, se incorpora al bando nacional. Fue ascendido a teniente coronel y nombrado jefe de la Base A¨¦rea de Barcelona. En 1938, en las proximidades de la isla de Mallorca, donde pretend¨ªa bombardear la zona republicana, pierde la vida al estrellarse su hidroavi¨®n.
Es autor de dos obras: De Palos al Plata (1926) y Madrid bajo las bombas (1931).
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