Al asalto de la fortaleza
El Ayuntamiento de V¨¦lez Blanco respalda la movilizaci¨®n vecinal para rescatar el castillo de los Fajardo
Todos los grupos pol¨ªticos representados en el Ayuntamiento de V¨¦lez Blanco apoyaron anoche una moci¨®n que responde a la movilizaci¨®n de los vecinos de toda la comarca (V¨¦lez Rubio, Mar¨ªa y Chirivel) para el rescate del castillo de los Fajardo, una joya renacentista del siglo XVI que pertenece a Salvador Ferrandis ?lvarez de Toledo, marqu¨¦s de Valverde.
El castillo, patrimonio p¨²blico ya, es el lema de centenares de pancartas colgadas en los balcones de V¨¦lez Blanco. Los vecinos afirman que s¨®lo con la incorporaci¨®n de la fortaleza al patrimonio p¨²blico se podr¨¢ garantizar su conservaci¨®n y restauraci¨®n. M¨¢s de 2.000 personas han apoyado con su firma al colectivo Castillo de V¨¦lez Blanco, que aglutina a los vecinos que abanderan la demanda.
Justo Pageo, uno de los portavoces de la plataforma, explic¨® ayer la repercusi¨®n pol¨ªtica de la moci¨®n aprobada en el Consistorio: "El asunto es gordo. El castillo es uno de los edificios m¨¢s emblem¨¢ticos de Espa?a. Cuando Manuel Fraga era ministro lo visit¨® y liber¨® unos fondos p¨²blicos para una reforma desastrosa, sin criterio art¨ªstico-hist¨®rico. M¨¢s tarde, la Junta tom¨® las competencias y abord¨® tambi¨¦n algunas reformas. Fue cuando el castillo empez¨® a sonar. A ra¨ªz de ah¨ª, el propietario se acord¨® de que ten¨ªa un castillo. Volvi¨® al pueblo, se puso al d¨ªa de la contribuci¨®n fiscal y lo ofreci¨® a la Junta en venta", explica Pageo.
Salvador Ferrandis ?lvarez de Toledo, el propietario de este Bien de Inter¨¦s Cultural con categor¨ªa de Monumento, la m¨¢xima reconocida por el actual ordenamiento de protecci¨®n del patrimonio hist¨®rico, recibi¨® la fortaleza como herencia por v¨ªnculos parentales con la casa de Medinasidonia.
El Ayuntamiento, que ayer se sum¨® oficialmente a las demandas vecinales, otorga permisos para reuniones culturales y sociales, bodas, conciertos y las cenas anuales con los vecinos que se celebran con motivo de las fiestas patronales.
La moci¨®n aprobada ayer solicita, de manera expresa, la puesta en marcha de iniciativas destinadas a proseguir y culminar las obras de restauraci¨®n del edificio. Tambi¨¦n se solicita instalaciones interpretativas que permitan su visita placentera y la celebraci¨®n de exposiciones y muestras "dignas". Por ¨²ltimo, los ediles demandan, muy especialmente, incorporar el castillo "plenamente" en el patrimonio cultural de Andaluc¨ªa con el fin de garantizar su total recuperaci¨®n.
La movilizaci¨®n de los ¨²ltimos meses en V¨¦lez Blanco ha propiciado la visita de su propietario, quien quiso conocer de primera mano la opini¨®n del nuevo alcalde. En una distendida conversaci¨®n entre el primer edil, Antonio Cabrera, el marqu¨¦s y el hijo de ¨¦ste, el propietario de la fortaleza dijo que su coste equival¨ªa a un kil¨®metro de carretera. "Yo le contest¨¦ que, si era por el precio de un kil¨®metro de las carreteras de aqu¨ª, yo mismo se lo compraba y sacaba el dinero de donde fuera. Fue entonces cuando el hijo del marqu¨¦s rectific¨®. Hablamos de kil¨®metros de autov¨ªa, me dijo", relat¨® el alcalde.
No es la primera vez que el marqu¨¦s de Valverde expone sin tapujos su voluntad de querer vender. En 1997 la Junta de Andaluc¨ªa y el heredero de la casa de los Fajardo mantuvieron dos encuentros informales para tratar este asunto, sin que ambas partes alcanzaran un acuerdo. El marqu¨¦s solicitaba por aquel entonces 600 millones de pesetas por la fortaleza, pero la Consejer¨ªa de Cultura no quer¨ªa pagar m¨¢s de 300 millones.
La movilizaci¨®n del Colectivo Castillo de V¨¦lez Blanco coincide con el centenario de la p¨¢gina m¨¢s negra de la historia de la fortaleza: el expolio que sufri¨® en 1903 y 1904 y durante el que azulejos, artesonados, altorrelieves y hasta ladrillos y tejas fueron literalmente arrancados de sus paredes y techos tras la venta del patio renacentista, mobiliario, tapices, frisos y esculturas a un anticuario franc¨¦s.
Hoy, los elementos originales del castillo pueden contemplarse repartidos por diversos museos: el patio renacentista, en el Metropolitan Museum of Art de Nueva York; los bajorrelieves de madera, en el Museo de Artes Decorativas de Par¨ªs; la puerta de bronce que daba paso al castillo, en el Museo de Louvre de Par¨ªs; y las armas y pertrechos para las labores defensivas, en el Museo del Ej¨¦rcito de Madrid.
La exposici¨®n que proyecta el Instituto de Estudios Almerienses (IEA) con los bajorrelieves en madera del castillo, hallados hace tres a?os en el museo parisino, ha aumentado la sensaci¨®n de desamparo de los velezanos tras la esquilmaci¨®n de su historia.
Dos siglos de expolio
Tal y como describe el historiador Alfonso Ruiz en su libro El Castillo de V¨¦lez Blanco (Revista Velezana,1999), el expolio del Patio de Honor y de toda la zona residencial se inici¨® en el siglo XIX tras la extinci¨®n del linaje de los Fajardo y el traspaso de la propiedad del castillo y del se?or¨ªo a los duques del Infantado y Medinasidonia. Esto signific¨® la desaparici¨®n paulatina de las partes ornamentales principales y m¨¢s atractivas del edificio "en manos de vecinos de la localidad y de los mismos propietarios".
El historiador se muestra partidario de encontrar un uso al castillo m¨¢s all¨¢ de las simples visitas tur¨ªsticas. "La Administraci¨®n auton¨®mica debe llegar a un acuerdo de compraventa con el propietario o bien recurrir a un proceso expropiatorio y, despu¨¦s, formalizar un convenio con el Ayuntamiento de V¨¦lez Blanco, si no tiene una propuesta propia de uso, para garantizara el contenido y funci¨®n del castillo", suger¨ªa el autor hace cuatro a?os. La situaci¨®n, desde entonces, no ha cambiado un ¨¢pice en el municipio.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.