Venecia rica y pobre
La que fue directora del programa televisivo La bola de cristal, cuyo af¨¢n actual se llama C¨®mo hacer que tus hijos lean (Alfaguara), fue a Venecia en plan de supermillonaria y de superpobre.
Empecemos con su periplo modelo Rockefeller.
Fue en 1958, con motivo de mi viaje de novios. Nos alojamos en el mejor hotel de la ciudad y ten¨ªamos una g¨®ndola privada. Todo estaba a nuestro alcance, y hab¨ªa tanta belleza que no paramos de discutir.
?Puede saberse por qu¨¦?
Porque aquello es tan bello, hay tal exaltaci¨®n de los sentidos, que t¨² esperas que tu pareja te diga una frase maravillosa, y va y te suelta que le duelen los pies. A partir de ah¨ª vas de frustraci¨®n en frustraci¨®n.
Ya, pero frustrada y millonaria no se debe estar del todo mal, ?no?
Lo interesante fue que aprend¨ª que el dinero te da arrogancia y prepotencia, al tiempo que mucha seguridad. Pero tambi¨¦n observ¨¦ que la curiosidad se reduce.
Deduzco que su balance no fue muy positivo.
En ese viaje no fui feliz. Eso s¨ª, saqu¨¦ una frase que he repetido mucho en todos los momentos de mi vida, de fortuna econ¨®mica diversa: "S¨®lo es dinero".
Le debi¨® de ir bien la frase para su viaje de pobre a Venecia, all¨¢ por los setenta.
Y tanto. Hab¨ªa ido a Bolonia por motivos de trabajo, con uno de mis hijos. Al terminar nos sentamos en una acera a contar el poco dinero que ten¨ªamos. Dedujimos que nos dar¨ªa para una noche en Venecia. Dimos la espalda a los canales porque no ten¨ªamos para pagar un vaporetto; as¨ª que descubr¨ª que hab¨ªa una Venecia terrestre, para ir a pie.
Debi¨® de ser angustioso saberse pobre de solemnidad.No tanto. Dimos con una especie de pensi¨®n l¨²gubre, donde un viejo tipo novela de Edgar Allan Poe nos alquil¨® una habitaci¨®n. Todo era muy miserable, pero me divert¨ª mucho. Supe que pod¨ªan cambiar las circunstancias, pero yo no. Era s¨®lo dinero.
Me pregunto si habr¨¢ vuelto en plan turista media, ni pobre ni rica.
S¨ª, con hijos y nietos. Una noche tom¨¦ sola un vaporetto y se desat¨® una tormenta tremenda. Empec¨¦ a llorar por primera vez ante aquella Venecia que resum¨ªa y completaba las anteriores. Fue un momento ¨²nico.
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