Ministro para todo
Mariano Rajoy ha sacado adelante, en varios ministerios, leyes tan dispares como la de Financiaci¨®n Auton¨®mica o la de Tr¨¢fico
Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar le ech¨® definitivamente el ojo a Mariano Rajoy en 1990, cuando lo eligi¨® vicesecretario general de Organizaci¨®n del PP, y desde entonces lo ha mantenido a su vera como un comod¨ªn, como un "bombero" que lo mismo le apaga un incendio, interno o externo, le apuntala una pol¨ªtica o una negociaci¨®n, o le monta una campa?a electoral. La victoria popular en las generales de 1996 aup¨® a Rajoy hasta el Ministerio de Administraciones P¨²blicas, donde estuvo durante 32 meses, su r¨¦cord de permanencia en un cargo, ya que su siguiente cartera, la de Educaci¨®n, apenas la llev¨® 15 meses, la de Presidencia la carg¨® durante 300 d¨ªas y la de Interior, su m¨¢s amargo c¨¢liz, no pas¨® del a?o y medio. Trece meses ha durado de vicepresidente-portavoz.
Congel¨® el sueldo de los funcionarios a su paso por Administraciones P¨²blicas
Sus colaboradores subrayan que fue en Interior donde Rajoy pas¨® su etapa m¨¢s dura
En todos los puestos hizo los deberes que se le pusieron, lo mismo fueran ¨¦stos la negociaci¨®n de la financiaci¨®n auton¨®mica, la congelaci¨®n del sueldo de los funcionarios, la firma de un nuevo acuerdo con la Iglesia para potenciar la asignatura de Religi¨®n, la reforma de la Ley de Extranjer¨ªa o dar la cara en la crisis del chapapote. Los deberes del ministro para todo fueron ¨¦stos, cartera por cartera, aunque a vuelapluma.
- Administraciones P¨²blicas. Arrib¨® al puesto el 5 de mayo de 1996 en sustituci¨®n del socialista Joan Lerma. Nada raro, ya que en 1992 hab¨ªa firmado con Felipe Gonz¨¢lez los pactos auton¨®micos. Al comienzo de su gesti¨®n desapareci¨® la figura de los gobernadores civiles despu¨¦s de que en 1997 fuera aprobada la Ley de Organizaci¨®n y Funcionamiento de la Administraci¨®n General del Estado. El texto preve¨ªa una a¨²n inconclusa reducci¨®n de los altos cargos y el adelgazamiento de la Administraci¨®n perif¨¦rica del Estado.
Su perfil de negociador d¨²ctil y paciente le ayud¨® en las duras conversaciones para la culminaci¨®n de los traspasos de competencias a las comunidades, durante las que mantuvo una fluida relaci¨®n con Juan Jos¨¦ Ibarretxe, el hoy lehendakari anatemizado por su plan soberanista. Se embarc¨® en el proceloso mar de cambiar la financiaci¨®n auton¨®mica, donde se top¨® con una tempestuosa oposici¨®n de las comunidades socialistas. El nuevo sistema supuso un coste adicional de unos 250.000 millones de pesetas. El ya sucesor se convirti¨® en la bestia negra de los funcionarios cuando les congel¨® el sueldo.
Rajoy tambi¨¦n sac¨® adelante la ley del Gobierno, que fijaba el control de los actos pol¨ªticos del Ejecutivo por los tribunales (lo que supuso una reforma de la jurisdicci¨®n Contenciosa-administrativa) y defin¨ªa el papel de los Gobiernos en funciones, entre otros aspectos. Con este haber, Aznar lo escogi¨®, un 31 de agosto de 1998, para la elaboraci¨®n del programa auton¨®mico y municipal para las elecciones de junio de 1999. El 18 de enero de 1999, salt¨® a Educaci¨®n. Fue sustituido por ?ngel Acebes en Administraciones P¨²blicas.
- Educaci¨®n. La marcha de Esperanza Aguirre de esta cartera para presidir el Senado llev¨® a Rajoy desde el n¨²mero 3 del paseo de la Castellana hasta el 34 de la calle de Alcal¨¢, sede de Educaci¨®n. Se encontr¨® una herencia enconada por la negociaci¨®n de transferencias educativas, la reforma de la ESO, del bachillerato, la selectividad y de las universidades y la implantaci¨®n de la LOGSE. Todo cuajado de movilizaciones estudiantiles bajo la ventana de su despacho.
Reform¨® la selectividad, y no gust¨®; modific¨® el sistema de becas para fomentar la movilidad y el cambio sent¨® regular. Pero lo que menos gust¨® fue el compromiso que firm¨® con la Conferencia Episcopal para financiar la ense?anza de religi¨®n cat¨®lica en los centros p¨²blicos. El acuerdo supone que el Estado contrata y paga el sueldo de los profesores de religi¨®n, que son elegidos cada a?o por los obispos. En las Navidades de 1999, Aznar volvi¨® a encargarle una campa?a electoral, la del 12-M, que se planteaba dif¨ªcil.
- Presidencia. Con las elecciones ganadas, Aznar recompens¨® a Rajoy con su cargo m¨¢s pol¨ªticamente puro: vicepresidente primero y ministro de la Presidencia. El nombramiento data del 28 de abril de 2000 y supuso destronar a Francisco ?lvarez-Cascos. Diez meses estuvo en un puesto sin cartera precisa, donde desempe?¨® la tarea preferente de adecuar el calendario pol¨ªtico del Gobierno con los compromisos electorales del PP.
- Interior. Sin dejar de ser vicepresidente, fue nombrado ministro del Interior el 27 de febrero de 2001, en sustituci¨®n de Jaime Mayor Oreja, que se regres¨® al Pa¨ªs Vasco para batirse electoralmente con Ibarretxe. Sus colaboradores subrayan que fue en el edificio de Castellana, 5, sede de Interior, donde Rajoy lo pas¨® peor. De hecho, el 8 de marzo tuvo que apechugar con la ¨²nica derrota parlamentaria del PP desde que estren¨® su mayor¨ªa absoluta, debido a un error masivo del grupo popular: defendi¨® la ley de Tr¨¢fico que le dej¨® Mayor y perdi¨®, aunque luego la sac¨® adelante. La renovada campa?a de atentados de ETA llev¨® la desaz¨®n a Rajoy y los suyos, pero se esforz¨® por aumentar la colaboraci¨®n de Francia, lo que fren¨® la pegada de la banda.
Lidi¨® con el estreno de la Ley de Extranjer¨ªa, que hab¨ªa provocado varios incendios. Anul¨® la operaci¨®n retorno de casi 25.000 de ecuatorianos a su pa¨ªs para que regularan all¨ª su situaci¨®n legal y volvieran, elabor¨® un reglamento de la ley que suavizaba su aplicaci¨®n, abri¨® un nuevo proceso de regularizaci¨®n de extranjeros... Pero cre¨® otros fuegos al fomentar la exigencia de visado para los colombianos y al impulsar un nuevo endurecimiento de la ley de Extranjer¨ªa.
La herencia recibida de Mayor inclu¨ªa un feraz rebrote de la delincuencia. La fase final de su mandato la dedic¨® a elaborar el Plan de Lucha contra la Delincuencia, que incluy¨® reformas en el C¨®digo Penal, la ley de Extranjer¨ªa, la de Enjuiciamiento Criminal, entre otras, as¨ª como un refuerzo de las diezmadas plantillas de la Polic¨ªa y la Guardia Civil. Pero los frutos de todo esto los recogi¨® su sustituto, ?ngel Acebes. ?ste tambi¨¦n recogi¨® los resultados de la Ley de Partidos, que propici¨® la ilegalizaci¨®n de Batasuna, y capitaliz¨® los esfuerzos de Rajoy para que la UE se embarcara (bien es cierto que tras el 11-S) en el rechazo de toda forma de terrorismo en Espa?a.
- Portavoz. El 9 de julio de 2002 se convirti¨® en portavoz del Gobierno (relev¨® a P¨ªo Cabanillas) para dar la cara cada viernes tras los Consejos de Ministros, siempre como vicepresidente. Y en eso, un 13 de noviembre, el Prestige naufrag¨® frente a Galicia, derramando no se sabe a¨²n cuantas miles de toneladas de fuel contra las playas atl¨¢nticas y cant¨¢bricas.
Rajoy recibi¨® el encargo de gestionar la crisis del chapapote en su propia tierra. Le apodaron El se?or de los hilillos, por decir que del pecio s¨®lo sal¨ªan eso, "unos hilillos" de fuel. Rajoy, zarandeado por la oposici¨®n y una marea negra que manchaba incesantemente aunque oficialmente no existiera, siempre sostuvo que s¨®lo contaba lo que le dec¨ªan los t¨¦cnicos y su equipo nunca entendi¨® como dej¨® que los ministros de Fomento, Francisco ?lvarez-Cascos, y Medio Ambiente, Jaume Matas, se fueran "de rositas" en esta crisis. Esos mismos colaboradores tem¨ªan que la crisis del Prestige ahogase la carrera pol¨ªtica de Rajoy y que le alejara de la playa de la sucesi¨®n, ahora toda suya.
EL CALENDARIO DE LA COHABITACI?N.
Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar y su sucesor, Mariano Rajoy, tendr¨¢n que cohabitar hasta marzo de 2004, fecha prevista para las pr¨®ximas elecciones generales, en una curiosa situaci¨®n en el que el segundo deber¨¢ ocupar el espacio que desaloja el primero. El calendario previsto hasta entonces encontrar¨¢ tres escollos fundamentales: la puesta de largo del plan Ibarretxe, la repetici¨®n de las elecciones en la Comunidad de Madrid y los comicios en Catalu?a, sin Jordi Pujol ya en liza.
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