Los toros de Valverde, cu¨¢n deslucidos
Se esperaba a los toros de Valverde, por su presencia y juego complicado, y de lo primero dieron alguna muestra, sin pasarse, y de lo segundo, bastante menos, ya que marrajos y pendencieros no fueron en absoluto. Pero vayamos por partes, y, a ser posible, con torer¨ªa en la palabra.
Frascuelo, en su primero, de capote, dej¨® sembradas por el albero agradecido un par de medias apretadas y de aroma belmontino. En la faena de muleta, con el viento nada a favor, se marc¨® unos doblones jondos y puros, y luego unas cuantas series de redondos, de factura irregular, pero en las que hubo media docena de redondos profundos que sab¨ªan a martinete cantado por El Agujetas. En su segundo Frascuelo estuvo aseado.
Valverde / Frascuelo, D¨ªaz, Alb¨¢n
Toros de Valverde, desigualmente presentados, mansos; 2? y 6?, manejables. Frascuelo: aviso y saludos en ambos. Curro D¨ªaz, de Linares, que confirmaba la alternativa: leves palmas y ovaci¨®n con divisiones. Guillermo Alb¨¢n, de Ecuador, que confirmaba la alternativa: aviso y silencio en los dos. Plaza de Las Ventas, 31 de agosto. Un cuarto de entrada.
Curro D¨ªaz acus¨® en el toro de su confirmaci¨®n los nervios propios del momento, aunque apunt¨® maneras. Fue en su segundo en donde estuvo por encima de las circunstancias de un toro manso y parado. Valiente de verdad, termin¨® por meterse entre los pitones del toro y sac¨® naturales lentos, acompasados, con vitola y clase.
Guillermo Alb¨¢n nos brind¨® labores toreras fr¨ªas. Sufri¨® una voltereta al entrar a matar, en el primer envite.
Babelia
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