Turismo discreto

El turismo puede concluir el a?o aceptablemente. Desde luego, mejor de lo esperado hace apenas unos meses, cuando la incertidumbre geopol¨ªtica internacional y los indicadores econ¨®micos de los pa¨ªses de donde proceden nuestros principales visitantes ni siquiera permit¨ªan anticipar el mantenimiento de las cifras de entradas e ingresos del pasado a?o.

Los visitantes extranjeros hasta agosto, 29,8 millones, superan en un 2,4% a los del a?o pasado, que registr¨® un comportamiento muy discreto, creciendo apenas un 2%. Aun cuando no se conocen datos oficiales relativos a los ingresos, las estimaciones de las agrupaciones empresariales son menos favorables, anticipando, en el mejor de los casos, la repetici¨®n de los del pasado a?o; los responsables de la principal patronal hotelera, Zontur, han estimado una ca¨ªda de los ingresos del 5% en julio. Si esto es as¨ª, estar¨ªa confirm¨¢ndose una tendencia nada deseable: vienen m¨¢s, pero gastan menos.

La principal industria espa?ola exhibe s¨ªntomas de cierto agotamiento tras el importante crecimiento de la segunda mitad de la pasada d¨¦cada. Una advertencia para la viabilidad del modelo dominante en ese sector, directamente amenazado por otros destinos con la misma oferta de sol y playa, pero con precios y, en ocasiones, garant¨ªas medioambientales m¨¢s favorables para los visitantes.

Si la diversificaci¨®n hacia ofertas no playeras sigue un ritmo lento, el aumento de la calidad y, muy especialmente, la sensibilidad hacia la sostenibilidad no se aproximan a los niveles deseables. La determinaci¨®n del Gobierno nacional y de los auton¨®micos en la mejora de la oferta tur¨ªstica espa?ola sigue siendo, junto a la necesaria racionalizaci¨®n de la mayor¨ªa de las empresas, las piezas esenciales para preservar la gallina de los huevos de oro de nuestra econom¨ªa.

No deja de llamar la atenci¨®n a este respecto que decisiones bien intencionadas, como la adoptada por el anterior Gobierno balear con el establecimiento de una tasa finalista, de muy reducida cuant¨ªa, cuyos ingresos se destinar¨ªan a la mejora medioambiental de las islas, haya sido r¨¢pidamente sustituida por una "voluntaria" aportaci¨®n de las empresas tur¨ªsticas; es decir, sustituir un criterio transparente y objetivo por uno subterr¨¢neo. ?O alguien supone que esa contribuci¨®n no ser¨¢ repercutida en los precios? Pero la medida viene a confirmar, al mismo tiempo, la necesidad de ese ingreso (70 millones de euros en a?o y medio) y la artificiosidad de las cr¨ªticas que suscit¨® en esos mismos pol¨ªticos (y empresarios).