Traslado a la costa Este

El ¨¦xito internacional de CSI: Las Vegas es un hecho m¨¢s cierto incluso que la idea de que el criminal siempre paga sus culpas. Pero que el triunfo de esta serie se pudiera trasladar a una secuela -mudanza de ciudad incluida- sin perder su atractivo estaba por ver. "Fue la propia cadena de televisi¨®n la que nos llam¨® pidi¨¦ndonos una nueva versi¨®n para CSI, y no ¨ªbamos a decir que no", recuerda el creador de ambas producciones, Anthony E. Zuiker. Hizo bien en no rechazar la oferta, porque cuando CSI: Miami arranc¨® el pasado 23 de septiembre en la cadena estadounidense CBS lo hizo con los mejores ¨ªndices de audiencia nunca alcanzados por el estreno de una serie dram¨¢tica. La tendencia se mantuvo a lo largo de la temporada, y, aunque lejos de la espectacular acogida que los espectadores dispensan a su predecesora, CSI: Miami se encuentra, a punto de comenzar su segundo curso en Estados Unidos, entre las 10 m¨¢s populares, hasta el extremo de desbancar a grandes ¨¦xitos, como Friends o Urgencias. A Tele 5 llega esta noche (23.00), tras la emisi¨®n de 'Cruce de jurisdicciones' (22.00), cap¨ªtulo de la segunda temporada de CSI: Las Vegas en el que Catherine y Warrick (del equipo de forenses al mando de Grissom en Nevada) se trasladan al sur de Florida, donde entran en contacto con sus colegas del departamento local; episodio que, en su estreno en la cadena privada (el pasado 10 de marzo) fue seguido por 6.291.000 espectadores, con un 35% de cuota de pantalla.

La mudanza a Miami "nos asegura un tipo de cr¨ªmenes diferentes, porque cada ciudad tiene su propia criminolog¨ªa", reconoce Elizabeth Devine, productora y asesora de la serie, que trabaj¨® 15 a?os en el departamento de polic¨ªa de Los ?ngeles. Con tramas que permiten encontrar cad¨¢veres en galeones hundidos o en el est¨®mago de un cocodrilo, el nuevo equipo tira m¨¢s de pistola que sus compa?eros de profesi¨®n en Las Vegas, que se limitan a argumentar sus deducciones sin vaciar el cargador.

Di¨¢logos en espa?ol

El don de lenguas constituye aqu¨ª un valor a?adido, y si no que le pregunten a David Caruso (Polic¨ªas de Nueva

York), el jefe Horatio Caine: "No soy bueno aprendiendo textos en espa?ol, pero si trabajas en Miami tienes que hacerlo", admite. Algo que no supone ning¨²n problema para su compa?era de reparto Emily Procter (Calleigh Duquesne), porque, como recuerda con su acento tejano, ella es "una mujer del sur". El papel de hispano lo interpreta en este caso Adam Rodr¨ªguez (aqu¨ª, Eric Delko), experto en recuperar las pruebas de debajo del agua. "Al final, esto es como disfrutar de unas vacaciones de trabajo en Miami", resume Rodr¨ªguez con optimismo, aunque el ritmo de rodaje suene m¨¢s a lo segundo que a lo primero: grabaci¨®n de ocho p¨¢ginas de gui¨®n por d¨ªa, en jornadas de 12 horas, y ocho d¨ªas y medio por episodio. "Eso s¨ª, el coste de la producci¨®n es algo menor, porque compartimos algunos gastos con CSI: Las

Vegas", reconoce Zuiker. No se trata ni de la distribuci¨®n de las historias, siempre distintas, ni del reparto, que, a excepci¨®n de una breve aparici¨®n de Procter y Khandi Alexander (Alex Woods) en el CSI original, se mantienen completamente separados. Lo que ambas series comparten son los litros de sangre, marca de la casa. "Por mucho que sepa que es una mezcla de jarabe y chicle, cada vez me afecta m¨¢s", admite Alexander, que para ganarse el papel de la forense Woods tuvo que realizar una autopsia real y aprender a interpretar con un ¨®rgano de verdad en la mano, operaci¨®n que acab¨® con ella en el suelo.

Probadas sus diferencias con respecto a Las Vegas, a¨²n le queda una nueva prueba de fuego a la secuela: superar las inevitables comparaciones con la serie m¨¢s popular ambientada en Florida, Corrupci¨®n en

Miami. "Creo que estamos a a?os luz de aquel estilo, espero", bromea Zuiker, que todav¨ªa recuerda el m¨¢s puro aire de los ochenta que perpetu¨® la serie policiaca protagonizada por Sonny Croquet (Don Johnson) y Ricardo Tubbs (Philip Michael Thomas).