Gasto sin control

La ministra de Sanidad, Ana Pastor, acaba de anunciar una nueva bater¨ªa de medidas para contener el gasto farmac¨¦utico, que, con un incremento del 10,92% hasta julio, se encuentra de nuevo desbocado y muy por encima del objetivo del 6,5% que se hab¨ªa marcado el Gobierno como incremento deseable. Han transcurrido seis a?os desde que el Gobierno promulgara, en los Presupuestos de 1998, las primeras medidas para promover el uso de f¨¢rmacos gen¨¦ricos para reducir la factura farmac¨¦utica. Tres a?os tard¨® en aplicar el decreto de precios de referencia, pero con tantas limitaciones que ya entonces se augur¨® que a corto plazo iba a fracasar. Efectivamente, se logr¨® contener el gasto por debajo del 8% durante un par de a?os, pero ya en 2002 se encaram¨® de nuevo al 9,89% y este a?o ya supera el 10%. Los persistentes incrementos del gasto farmac¨¦utico, que ya supone m¨¢s de 8.200 millones de euros anuales, confirman el fracaso de una pol¨ªtica de medicamentos que hasta ahora no ha sido capaz de aplicar un plan que revise todo el proceso de prescripci¨®n.

Las medidas anunciadas por la ministra suponen una rectificaci¨®n de las carencias actuales. Parece razonable que el precio m¨¢ximo de financiaci¨®n p¨²blica no tome como referencia el de los f¨¢rmacos m¨¢s vendidos de una especialidad, sino el de los m¨¢s baratos. Y tambi¨¦n parece necesario algo que la ministra ha anunciado para el futuro y que la industria rechaza de plano: que queden sujetos a precio de referencia todos los f¨¢rmacos que no est¨¢n ya amparados por una patente, aunque no tengan un gen¨¦rico equivalente, como se exige ahora. Pero estas medidas s¨®lo inciden en un punto de la larga cadena que afecta al gasto farmac¨¦utico. Sigue faltando un plan global que incida sobre todo el proceso.