La l¨®gica del poder

La l¨®gica, tan di¨¢fana y admirable cuando la emite quien tiene poder para hacerla obligatoria, ha mandado retirarse del Gobierno a quien va a ser candidato a presidir el pr¨®ximo. Sin embargo, cuando Ruiz Gallard¨®n fue candidato a la alcald¨ªa de Madrid no se retir¨® de la Comunidad y en ella est¨¢ provisionalmente. El que tiene el poder consider¨® que era otro caso. El poder que debe tener don prof¨¦tico -nadie manda en el pasado, sino el porvenir- debi¨® intuir que pod¨ªa haber tr¨¢nsfugas, torsiones a la democracia. En efecto, el poderoso sab¨ªa que la Federaci¨®n Socialista Madrile?a es un nido de v¨ªboras, Zapatero demasiado tranquilo, Simancas un cuitadi?o, y orden¨® que Gallard¨®n no se moviera de su sitio, para poder seguir atendiendo a los clientes de la Comunidad. Es doloroso ver los silencios y las palabras del que un d¨ªa fue el candidato m¨¢s votado para respirar fuera del agua, como lo estaba ya; y pensar que dentro de otros cuatro a?os podr¨¢ ser candidato, con la esposa de Rajoy en el Ayuntamiento. Estoy seguro de que va a ser un buen alcalde, porque la tentaci¨®n de la eficacia y de la obra bien hecha con los constructores adecuados puede en ¨¦l m¨¢s que la tentaci¨®n de ascender. Cada una de las biograf¨ªas de los grandes hombres que han perdido tienen su poquito de l¨®gica. La m¨¢s visible es la de Mayor Oreja: cumpli¨® una tarea disparatada apoyada por otra l¨®gica: la idea del "entorno del terrorismo" con la que multiplicaba el n¨²mero de enemigos y su fuerza; la de las elecciones vascas, que le iban a llevar a ¨¦l, a su partido y a sus tontos socios socialistas a la cat¨¢strofe: los socialistas se lo hicieron pagar a Redondo, y es l¨®gico que Mayor lo est¨¦ pagando. Quiz¨¢ de por vida. Dice ahora que est¨¢ dudando sobre si se retira de la pol¨ªtica: qu¨¦ ingenuo, cuando la pol¨ªtica le ha abandonado a ¨¦l. Rato est¨¢ apadrinado por Fraga: eso puede ser malo siempre, y el fraguismo / franquismo no se le permite en ese partido m¨¢s que al propio Fraga. ?l va predicando por el mundo su propio ¨¦xito; pero los grandes esc¨¦pticos no lo creen.

El fallo de esta l¨®gica es que s¨®lo se puede calcular despu¨¦s del suceso. Eso, antes. Sobre el futuro, la l¨®gica debe decir que Rajoy perder¨¢ ante Zapatero. Pero temo que la democracia no ama la l¨®gica.