M¨¢s inundaciones y m¨¢s sequ¨ªas en el futuro
Los modelos clim¨¢ticos estiman que hacia 2080 se rondar¨¢n los 48 grados en verano en Madrid
Un conocimiento aproximado de lo que va a suceder puede resultar ¨²til, pero no resuelve el problema. Ahora se sabe que es probable la llegada de lluvias intensas tras la an¨®mala ola de calor de este verano, pero no cu¨¢ndo ni d¨®nde exactamente caer¨¢ el agua. Con el clima del siglo XXI pasa algo parecido. Los avanzados modelos que simulan el clima a escala global predicen que en las ¨²ltimas d¨¦cadas de este siglo la temperatura superficial del planeta habr¨¢ aumentado entre 1,4 y 5,8 grados cent¨ªgrados, y que las sequ¨ªas e inundaciones ser¨¢n mucho m¨¢s frecuentes. Pero estos modelos no pueden decir si esos fen¨®menos ocurrir¨¢n en el norte o en el sur de la pen¨ªnsula Ib¨¦rica -por ejemplo-, algo imprescindible para prevenir su impacto. ?C¨®mo lograr informaci¨®n m¨¢s precisa? Con modelos de clima a escala regional. Son modelos m¨¢s j¨®venes que los globales, pero empiezan a dar resultados. Una de sus conclusiones preliminares es que este verano habr¨¢ sido fresquito en comparaci¨®n a los de la d¨¦cada de 2080, cuando pasar de los 48 grados en Madrid no ser¨¢ noticia.
Un modelo s¨®lo puede dar informaci¨®n m¨¢s precisa si se le alimenta con m¨¢s datos. En la predicci¨®n meteorol¨®gica -las anunciadas lluvias torrenciales son una muestra- hay datos m¨¢s precisos a medida que se acerca el fen¨®meno: a pocos d¨ªas vista los meteor¨®logos afinan m¨¢s. En las simulaciones de clima futuro hace falta m¨¢s resoluci¨®n espacial. Lo explica por correo electr¨®nico Jens H. Christensen, del Instituto Meteorol¨®gico Dan¨¦s: "En un modelo global t¨ªpico los Alpes apenas se sugieren, y su punto m¨¢s alto apenas pasa de los 1.000 metros sobre el nivel del mar; la pen¨ªnsula Ib¨¦rica est¨¢ conectada al norte de ?frica; y nunca se ha o¨ªdo hablar de los Pirineos".
Los modelos globales s¨®lo ven detalles de varios cientos de kil¨®metros, mientras que los regionales distinguen accidentes geogr¨¢ficos de 50 kil¨®metros o incluso de 10. Por lo mismo, "los procesos atmosf¨¦ricos tambi¨¦n est¨¢n mejor resueltos. Por ejemplo, la intensidad de las precipitaciones es mucho m¨¢s realista, y se capturan los fen¨®menos de lluvias muy intensas. Esto no se consigue con los modelos globales", prosigue Christensen. ?l coordina el programa europeo Prudence, con financiaci¨®n del V Programa Marco de la UE, en que trabajan diversos grupos de investigaci¨®n de modelos regionales. Uno de los objetivos es, precisamente, predecir la ocurrencia de fen¨®menos extremos, que los modelos globales no detectan. Ahora hay ocho modelos regionales en Europa: dos alemanes; uno brit¨¢nico; uno franc¨¦s; uno dan¨¦s; uno sueco y uno espa?ol.
El dan¨¦s se llama Hirham y ha sido desarrollado por Christensen y su colega Ole B. Christensen. Algunos de sus resultados se publicaron el pasado febrero en la revista Nature. Los investigadores hicieron correr el modelo para el periodo 2071-2100 y el resultado es un aumento mundial de cuatro grados de temperatura media a finales del siglo XXI. "Los episodios de inundaciones graves en verano pueden ser m¨¢s frecuentes, pese a una tendencia general a veranos m¨¢s secos", escriben los autores. Es decir, las pocas lluvias en verano se concentrar¨¢n en pocos d¨ªas. El mismo fen¨®meno, aunque menos extremo, se observa si la subida media es de alrededor de 2,5 grados. Tambi¨¦n para la pen¨ªnsula Ib¨¦rica, "tal vez con la excepci¨®n de Portugal y Galicia, es muy probable que las lluvias torrenciales sean m¨¢s frecuentes".
El modelo del grupo de Manuel de Castro, de la Universidad de Castilla La Mancha, cubre un ¨¢rea un poco m¨¢s hacia el Sur que el Hirham para incluir Canarias. Sus resultados para 2071-2100 a¨²n no se han publicado, pero De Castro adelanta algunos. Para el escenario m¨¢s pesimista -subida de 4 grados de media en el planeta-, en invierno las temperaturas promedio subir¨¢n en la pen¨ªnsula unos tres grados. Aumentan sobre todo las m¨¢ximas. En verano, las temperaturas promedio de la Espa?a de interior subir¨¢n hasta siete grados. "Es bestial. Se sobrepasar¨¢n los 49 grados", dice De Castro. En primavera y oto?o el calentamiento ser¨¢ menor. En cuanto a las lluvias, aumentar¨¢n en invierno en el norte peninsular, mientras que en verano disminuir¨¢n mucho. En oto?o se observan precipitaciones torrenciales en el ¨¢rea mediterr¨¢nea. En Canarias estos efectos se sentir¨¢n amortiguados por el efecto del oc¨¦ano.
La mayor¨ªa de estos cambios aparece en los ocho modelos, aunque los resultados comunes no se publicar¨¢n hasta el final de Prudence, a principios de 2004. Las discrepancias que aparezcan tambi¨¦n ser¨¢n informativas. "Las ecuaciones de los ocho modelos son las mismas, pero se resuelven de manera ligeramente distinta", explica De Castro. "Tambi¨¦n var¨ªa el modo de tratar las nubes o la radiaci¨®n infrarroja. Hay que buscar siempre soluciones aproximadas, porque este tipo de ecuaciones [para fen¨®menos ca¨®ticos] no tienen nunca una soluci¨®n exacta". Si los ocho modelos llegan a iguales conclusiones por caminos distintos, sus predicciones ser¨¢n mucho m¨¢s s¨®lidas. En cambio si no hay acuerdo, se sabr¨¢ que tal o cual predicci¨®n es m¨¢s incierta.
Si los modelos regionales pueden predecir fen¨®menos extremos, ?por qu¨¦ no dijeron nada sobre la pasada ola de calor? Esta cuesti¨®n hizo que varios expertos en modelos globales resaltaran en una reciente noticia de Nature el escaso desarrollo alcanzado a¨²n por los modelos regionales. Pero los especialistas en regionales no aceptan la cr¨ªtica. "Es cierto que los primeros modelos regionales son de hace s¨®lo una d¨¦cada, y que hay mucho que perfeccionar, pero no estamos en mantillas", dice De Castro. Tanto ¨¦l como Christensen explican que sus modelos regionales no pod¨ªan prever algo que pas¨® por alto a los globales. Y los fen¨®menos que provocaron la ola de calor eran de escala global, aseguran los expertos.
Menos lluvias en Andaluc¨ªa a final de siglo
Los modelos regionalesno son la ¨²nica manera de obtener informaci¨®n sobre la evoluci¨®n del clima en ¨¢reas reducidas. Otra t¨¦cnica se basa en el uso de m¨¦todos estad¨ªsticos. Es la empleada por el grupo de Sergio Alonso (Universidad de las Islas Baleares), para enfocar en regiones peque?as del Mediterr¨¢neo occidental las predicciones de un modelo global. El trabajo, publicado en la revista Climate Dynamics, da como resultado un mapa detallado de los cambios en las lluvias hacia finales de siglo. Sus proyecciones est¨¢n de acuerdo con las de otros modelos; indican, por ejemplo, que llover¨¢ entre un 6% y un 14% menos anualmente en Andaluc¨ªa, pero tambi¨¦n en las ¨¢reas altas de Catalu?a, Mallorca y Menorca.
Pero para Alonso "lo novedoso del trabajo es la metodolog¨ªa", que se basa en una climatolog¨ªa muy elaborada. Los investigadores analizaron los datos de precipitaciones diarias entre el a?o 84 y 93 en todas las comunidades aut¨®nomas con costa mediterr¨¢nea. Los resultados sin embargo "no pueden considerarse predicciones", dice Alonso, porque no se conoce c¨®mo va a cambiar la composici¨®n de la atm¨®sfera.
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