Un laberinto personal y judicial
Una asociaci¨®n critica que el juez negase a una mujer acogerse a la orden de protecci¨®n
Separada y madre de una ni?a de tres a?os, una mujer en la cuarentena vive con miedo. V¨ªctima de la violencia de su ex marido y enmara?ada en un laberinto personal y judicial, abandon¨® Barcelona y recal¨® en Guip¨²zcoa hace casi un a?o en busca de una mejor situaci¨®n para ella y su peque?a, a la que su padre puede visitar. Ahora se ha topado con la pen¨²ltima contrariedad. El pasado 2 de agosto, solicit¨® al Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 5 de San Sebasti¨¢n la aplicaci¨®n de la orden de protecci¨®n a las v¨ªctimas de la violencia dom¨¦stica, aprobada justo tres d¨ªas antes. El juez sustituto -la titular estaba de vacaciones- le deneg¨® la petici¨®n.
?ste es el ¨²ltimo cap¨ªtulo del calvario de una mujer que interpuso una demanda de separaci¨®n de su esposo en 1999, estando embarada y tras sufrir malos tratos y vejaciones, explic¨® ayer su abogada, Julia Hern¨¢ndez. Nacida la ni?a, la justicia estableci¨® un r¨¦gimen de visitas para el padre.
Pese al proceso de separaci¨®n, seg¨²n indic¨® la letrada, la mujer sigui¨® padeciendo agresiones, amenazas y coacciones de su marido, lo que se traducjo en un rosario de denuncias ante los juzgados de Barcelona. Aunque algunas est¨¢n por resolver, el hombre ha sido condenado en varias ocasiones a pagar sendas multas. En abril de 2002, un juez dict¨® una orden de alejamiento de la mujer y la ni?a, pero otro magistrado admiti¨® que el padre continuara con el r¨¦gimen de visitas.
Primer caso
A este cruce de procedimientos civiles y penales, se suma otra denuncia de la mujer. En 2001, empez¨® a sospechar que su hija, que entonces ten¨ªa dos a?os, pod¨ªa estar siendo v¨ªctima de un presunto delito de abusos sexuales por parte del padre. La mujer present¨® una denuncia, el caso fue sobrese¨ªdo y ella recurri¨®. A la espera de la resoluci¨®n del recurso, la abogada Julia Hern¨¢ndez sostuvo ayer que el caso se cerr¨® sin practicar diligencia alguna, pues, asegur¨®, no se tom¨® declaraci¨®n al padre ni se asisti¨® psicol¨®gicamente a la peque?a.
La mujer decidi¨® entonces trasladarse de Barcelona a Guip¨²zcoa. Como su ex esposo tiene derecho a visitar a su hija, la justicia "se ha permitido el lujo de informar a su ex marido d¨®nde vive la mujer, lo que le ha obligado a abandonar de nuevo su casa", critic¨® la presidenta de la asociaci¨®n Clara Campoamor, Blanca Estrella.
La v¨ªctima vio una salida tras conocer la aprobaci¨®n de la orden de protecci¨®n a las v¨ªctimas. Fue la primera mujer en Euskadi que pidi¨® al juzgado su aplicaci¨®n, que se traducir¨ªa en que su ex marido no conocer¨ªa su paradero ni podr¨ªa visitar a la ni?a. El juez sustituto deneg¨® su demanda. Aleg¨® que no existen criterios objetivos que fundamenten que ella o su hija est¨¢n en peligro, seg¨²n se?al¨® Hern¨¢ndez. La letrada ha presentado un recurso al que espera que la juez titular responda positivamente.
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