El 'euro americano' deber¨¢ esperar
Las crisis de Argentina y Brasil truncan los planes sobre la moneda ¨²nica del Mercosur
Uno de los sue?os por el Mercosur es unificar su mercado bajo una moneda ¨²nica al estilo europeo. Para ello, se cre¨® hace tres a?os el Grupo de Monetario Macroecon¨®mico (GMM), una entidad que trabaja para implantar indicadores fiscales y monetarios homog¨¦neos en Am¨¦rica Latina. Una tarea que se ha truncado por la crisis argentina y la inestabilidad econ¨®mica en Brasil.
Una moneda ¨²nica necesita contar con una zona econ¨®mica ¨®ptima, aunque la situaci¨®n de Europa no era muy boyante cuando se cre¨® el euro
La idea tuvo tal aceptaci¨®n que incluso se llegaron a buscar nombres para la nueva moneda ¨²nica, como patacones o guachitos
?Una moneda ¨²nica para Latinoam¨¦rica? Vista a simple vista, la idea tiene tintes ut¨®picos y hasta de realismo m¨¢gico, sobre todo si se considera lo habituales que son los desmoronamientos econ¨®micos en los pa¨ªses del otro lado del Atl¨¢ntico. Sin embargo, los pa¨ªses miembros del Mercosur, organismo multinacional que agrupa a Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay bajo un mercado comercial com¨²n, piensan que esta tarea es posible. El modelo a seguir: el euro.
Durante los primeros meses de este a?o, la idea fue relanzada por el presidente brasile?o, Luiz Inacio Lula da Silva y el hasta entonces presidente argentino, Eduardo Duhalde. La idea tuvo tal aceptaci¨®n que incluso se llegaron a buscar nombres para esta nueva moneda: se habl¨® de A-BR o moneda AR-B, patacones y guachitos.
Lo concreto es que la moneda ¨²nica es una idea largamente acariciada por el Mercosur. Para ello, se cre¨® en julio de 2000 el Grupo Monetario Macroecon¨®mico (GMM), organismo que pas¨® a dedicarse exclusivamente a la armonizaci¨®n de pol¨ªticas fiscales e indicadores macroecon¨®micos de las naciones miembros. Todo, bajo el compromiso de los jefes de Estado del Mercosur de establecer metas comunes de resultado fiscal, deuda p¨²blica y variaciones de precios, con el objetivo de reducir los desequilibrios de la regi¨®n observados a lo largo de la historia latinoamericana: el primer paso para sentar las bases de la moneda ¨²nica. Las metas impuestas por el GMM a partir de ese momento no distan mucho de las establecidas en el Pacto de Estabilidad de la Uni¨®n Europea, "el modelo a seguir", seg¨²n indican integrantes del grupo.
Org¨¢nicamente, el grupo opera como consultor que reporta directamente a la Reuni¨®n de Ministros de Econom¨ªa de Hacienda y Presidentes de Bancos Centrales del Mercosur. Entre sus avances cuenta con la construcci¨®n de estad¨ªsticas fiscales armonizadas y la publicaci¨®n peri¨®dica de estas estad¨ªsticas con una metodolog¨ªa armonizada.
De esta manera, para la deuda fiscal l¨ªquida del sector p¨²blico se estableci¨® una meta com¨²n a partir de 2002, de 3% del PIB como valor m¨¢ximo y durante el periodo de adecuaci¨®n (2002-2003) se defini¨® transitoriamente un valor m¨¢ximo para Brasil del 3,5% del PIB. Como variable fiscal se estableci¨® a partir de 2010 un l¨ªmite del 40% del PIB. En relaci¨®n a la inflaci¨®n se estableci¨® un valor m¨¢ximo del 5% para los a?os 2002-2005 y, a partir de 2006, ¨¦ste deber¨¢ reducirse a 4% , con una tendencia que no deber¨¢ ser superior al 3% anual.
?Qu¨¦ ha pasado? Simplemente los fr¨ªos n¨²meros se han topado con la triste realidad econ¨®mica de Latinoam¨¦rica. La crisis argentina ha tirado por la borda las reglas impuestas por el GMM con niveles de endeudamiento que han crecido hasta el 5,7% del PIB en 2002. Y una inflaci¨®n de 38,5% en el mismo periodo. En Brasil, las cosas no han ido mejor, con una inflaci¨®n del 7,9% y en Uruguay y Paraguay este indicador, llega al 11% y al 9% respectivamente. En definitiva, los indicadores armonizados est¨¢n bastante lejos de cumplirse.
Seg¨²n el subsecretario de Programaci¨®n Econ¨®mica del Ministerio de Econom¨ªa argentino y miembro del GMM, Daniel Novak, el grupo es muy consciente de esta diferencia entre el papel y la realidad, por lo que las metas fueron revisadas y ratificadas el a?o pasado, con algunas modificaciones metodol¨®gicas y plazos de cumplimiento, lo que en concreto ratifica la voluntad de seguir trabajando, se?ala.
Novak reconoce que la armonizaci¨®n de los indicadores macroecon¨®micos es una realidad, pero que ha sido muy dif¨ªcil coordinar pol¨ªticas. "Se podr¨ªa haber avanzado m¨¢s en la coordinaci¨®n de estas pol¨ªticas macro-
econ¨®micas y, de hecho, hubo en agosto de 2002 una propuesta a los ministros en ese sentido que no fue instrumentada por los cambios pol¨ªticos que se avecinaban en Argentina, Brasil y Paraguay. Nuestra idea es poder reflotarla en los pr¨®ximos meses", indica.
M¨¢s de un problema
No obstante, Daniel Dominioni, gerente de Pol¨ªtica Monetaria y Programaci¨®n Econ¨®mica del Banco Central de Uruguay e integrante del GMM casi desde sus comienzos, se?ala que ¨¦ste no ha sido el ¨²nico problema con que se ha topado el GMM. El grupo se re¨²ne s¨®lo trimestralmente y cada miembro -no superan las 15 personas en total-, trabaja por separado y en los ratos libres que le dejan sus labores en los organismos fiscales y monetarios de su pa¨ªs. Adem¨¢s no tienen un presupuesto de parte del Mercosur, una "gran traba" seg¨²n Dominioni.
A pesar que Dominioni reconoce que ¨²ltimamente el GMM ha estado en una fase de cierto "estancamiento" debido a la situaci¨®n de la regi¨®n, ratifica su confianza en el grupo. "En este momento lo m¨¢s importante ha sido mantener la voluntad de la coordinaci¨®n macroecon¨®mica, la ratificaci¨®n de las metas comunes -por m¨¢s que se est¨¦ pensando en ellas en una perspectiva de largo plazo- y los avances en materia de coordinacion estad¨ªstica", se?ala.
Y es que, seg¨²n dicen los libros, para que una moneda ¨²nica funcione es necesario tener una zona econ¨®mica ¨®ptima, "aunque Europa tampoco ten¨ªa estas condiciones cuando se implant¨® el euro", recuerdan los miembros del GMM del Mercosur.
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