?El fin de los 'boixos nois'?
Los incidentes ocurridos el pasado 22 de agosto en el Camp Nou, cuando miembros de los boixos nois lanzaron bengalas al campo y posteriormente propinaron una paliza a dos magreb¨ªes en uno de los bares del estadio, deber¨ªan servir para poner punto y final, de una vez por todas, al apoyo, la complicidad y la comprensi¨®n de la directiva del Bar?a hacia este grupo de extrema derecha.
Un simple distanciamiento de la directiva de Joan Laporta o el cese temporal de la ayuda material y econ¨®mica no resolver¨ªa nada, porque no hay que enga?arse, el problema de los boixos no es el de un grupo juvenil o el de unos hinchas que en ocasiones se desmadran. Dada la edad de los presuntos autores de las ¨²ltimas agresiones -David Ventura Aparicio, de 31 a?os; Enrique D. M., de 35, y David G. G., de 31-, no son unos chicos locos por los colores que se desmadran. El fen¨®meno no debe encuadrarse en lo que se denomina como tribus urbanas o violencia juvenil, sino m¨¢s bien en lo que ser¨ªan bandas organizadas formadas por personas adultas de ideolog¨ªa nazi con un largo historial de agresiones, incluso homicidios consumados. Personas que se sirven del f¨²tbol para justificar sus acciones y que han sido toleradas, potenciadas y financiadas por la directiva de esa entidad deportiva que dice ser m¨¢s que un club, y que se siente el alma de Catalu?a. Y pese a que en julio de 2000, con motivo de anteriores elecciones, Llu¨ªs Bassat, el candidato derrotado, se atrevi¨® a pedir el fin de la impunidad de los boixos, Joan Gaspart no s¨®lo no hizo nada para frenar su violencia, sino que les sigui¨® apoyando en p¨²blico y en privado dado que daban ambiente, luz y color en el estadio, aunque para muchos actuasen como un grupo de matones, impusieran el miedo entre las pe?as y vulneraran, con la complicidad de la directiva, las nomas de seguridad.
Gaspart no puede alegar que desconoce o ha sido ajeno a las acciones de los 'boixos', tanto en el Gol Nord como en la calle, dados los fuertes v¨ªnculos que tiene con ellos
Si repasamos las haza?as de los boixos nois, debemos remontarmos a la Liga 1984-1985, cuando se destacan por los insultos racistas al portero camerun¨¦s del espa?ol, N'Kono, y por el inicio de persecuciones de miembros de la Pe?a Juvenil del Espa?ol, cuando todav¨ªa no exist¨ªan las Brigadas Blanquiazules. M¨¢s tarde, en 1986, tras la tr¨¢gica muerte de 36 aficionados en la final de la Copa de Europa en Heysel, a causa de los desmanes causados por hooligans del Liverpool, los boixos plantan en el Gol Sur una pancarta con el texto: "?Gracias Liverpool!" y la estrella de la senyera independentista fue reemplazada por la cruz gamada. Ello asust¨® a la directiva que, tras ciertas reprimendas, los traslad¨® temporalmente a la Tercera Grader¨ªa. Pero poco despu¨¦s aparecen nuevos dirigentes, que tras imponer la consigna de nada de violencia dentro del estadio y libertad de acci¨®n en la calle, consiguen el retorno al Gol Sur. El Club vuelve a apoyarlos, obtienen entradas gratis, en ocasiones dinero, facilidades para los desplazamientos, local donde guardar sus pancartas, mientras en la calle inician los ataques a seguidores de Espa?ol, como el asesinato de Frederic Rouquier, adem¨¢s de reiteradas agresiones a inmigrantes, homosexuales e indigentes. Precisamente David Ventura Aparicio, ahora imputado por la agresi¨®n del pasado 22 de agosto, ya fue condenado a 26 a?os de c¨¢rcel por el homicidio de Rouquier, de los que cumpli¨® ocho. Sergi Soto, el l¨ªder de los boixos fallecido en 1997, por quien se guard¨® en su d¨ªa un minuto de silencio en el campo, hab¨ªa sido condenado por agresiones a un socio del Espanyol y a un magreb¨ª, y hab¨ªa salido en televisi¨®n con opiniones en favor de la violencia contra los africanos.
Gaspart no puede alegar que desconoce o ha sido ajeno a las acciones de los boixos, tanto en el Gol Nord como en la calle, dados los fuertes v¨ªnculos que tiene con ellos. El pasado mes de enero, cuando volvieron a ser noticia por sus agresiones a seguidores del Bar?a y periodistas, no hizo nada para pararlos.
Incluso surgieron los llamados "casuals", boixos nois que con otra indumentaria para despistar a la polic¨ªa, acud¨ªan a los partidos, con el viaje pagado, e insultaban y agred¨ªan a quien les conven¨ªa. Ahora tras los actos del pasado 22 de agosto, la nueva directiva ha marcado por primera vez distancias con el grupo. Como ha demostrado la polic¨ªa, los presuntos responsables de la agresi¨®n fueron personas con un lamentable historial y perfectamente conocidas. El Bar?a, como cualquier otra entidad deportiva, tiene potestad para dar de baja e impedir el acceso a quienes ponen en peligro la convivencia o aprovechan los estadios para delinquir. En manos de la directiva est¨¢ ahora la soluci¨®n.
Xavier Rius-Sant es periodista.
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