Cien maltratadas solicitan en s¨®lo un mes la protecci¨®n inmediata judicial
El 30% de las solicitantes de las nuevas medidas contra la violencia dom¨¦stica son extranjeras
Desde la entrada en vigor, el pasado 2 de agosto, de la orden de protecci¨®n inmediata contra la violencia dom¨¦stica, 110 mujeres han acudido al juzgado de guardia de Madrid para pedir amparo frente a sus agresores. Esta orden permite al juez de guardia, casi sobre la marcha, obligar a un marido maltratador a dejar el hogar y a entregar provisionalmente la custodia de los hijos al c¨®nyuge agredido. Los jueces han rechazado la mayor¨ªa de las peticiones por considerar que no exist¨ªa un riesgo evidente para la integridad de la v¨ªctima.
No siempre los jueces otorgan esta protecci¨®n especial a las mujeres que lo solicitan ya que se trata de una medida extrema y s¨®lo aplicable en casos de riesgo objetivo para la integridad f¨ªsica de la v¨ªctima. "Cabe aplicar esta medida cuando, por ejemplo, un c¨®nyuge persigue a otro o le ha dado una paliza", destacan medios judiciales.
El pasado 2 de septiembre, tras la vuelta de las vacaciones, fue el d¨ªa que m¨¢s peticiones de protecci¨®n llegaron a los juzgados de la capital: ocho. Hasta entonces, la media era de tres y cuatro. La mayor parte de las solicitantes mantienen una relaci¨®n estable con el presunto agresor y un 30% son extranjeras. Entre las medidas contempladas en la nueva norma est¨¢n las ayudas de 300 euros al mes para las v¨ªctimas sin recursos econ¨®micos, que se pagan en menos de 72 horas.
Esta orden permite a los jueces penales adoptar medidas propias del ¨¢mbito civil y que, hasta ahora, s¨®lo correspond¨ªan a los juzgados de familia. Ya hay jueces que cuestionan la constitucionalidad de esta nueva norma porque ha sido regulada mediante una ley ordinaria cuando debi¨® hacerse a trav¨¦s de una ley org¨¢nica, de mayor rango jur¨ªdico.
Atascos
Los atascos desorbitados y las demoras -hasta de seis meses- en los ocho juzgados de familia de la capital - que, seg¨²n los jueces, deber¨ªan ser 16 dado su volumen de trabajo- son algunas de las causas que subyacen en el nacimiento de la nueva orden de protecci¨®n.
Numerosos jueces entienden que, con esta medida, existe un claro riesgo de criminalizar asuntos cuya v¨ªa es la civil y de congestionar as¨ª los juzgados de guardia. "Esto es como las urgencias m¨¦dicas; muchos usuarios obvian las de los ambulatorios y se van directamente a la del hospital", se?ala un magistrado de Madrid. "Algunos despachos de abogados est¨¢n llevando sus casos de violencia dom¨¦stica al juzgado de guardia para evitar las demoras de los juzgados de familia", se?alan otros medios.
Una petici¨®n de protecci¨®n obliga al juez de guardia a efectuar una comparecencia, es decir, a escuchar a ambos c¨®nyuges, juntos o por separado, dentro de las 72 horas siguientes, para decidir despu¨¦s sobre las medidas provisionales a aplicar. En Madrid se est¨¢n dando casos en que el juez no localiza al agresor en el plazo de 72 horas y, por tanto, no puede celebrar la obligada comparecencia. "En esos casos, estamos alertando a la polic¨ªa para que adopte medidas de protecci¨®n a la v¨ªctima", subraya un magistrado.
Las medidas que adopta el juez que concede la protecci¨®n -custodia de hijos, decidir qui¨¦n se queda en el piso y qui¨¦n debe abandonarlo- tienen una vigencia de un mes. Pero quedan sin efecto si en los 30 d¨ªas siguientes la v¨ªctima no demanda la separaci¨®n conyugal.
Tres de los seis juzgados de guardia que hay en Madrid atienden, junto a los juicios r¨¢pidos, este tipo de peticiones. La protecci¨®n se puede solicitar en los centros de servicios sociales, en la fiscal¨ªa, en las comisar¨ªas o en el juzgado de guardia.
Tres mujeres han muerto en Madrid a manos de sus maridos en lo que va de a?o. La ¨²ltima fue Emilia del Carmen de Blas Albert, de 50 a?os, asesinada el s¨¢bado 23 de agosto por su marido, Juan Manuel S¨¢nchez Garc¨ªa, en su domicilio del Corregidor Diego de Valderr¨¢banos, 69 (Moratalaz).
Las otras dos v¨ªctimas fueron Manuela Penabella, de 71 a?os, que fue asesinada por su esposo, de 73, en su domicilio de Puente de Vallecas, y Mar¨ªa Manga, de 48, que muri¨® tras recibir numerosos golpes en la cabeza propinados por su marido, de 47 a?os, en Ciempozuelos. Tambi¨¦n un hombre, Manuel Garc¨ªa Gonz¨¢lez, de 27 a?os, ha fallecido asesinado por su novia, de 26.
El a?o pasado fueron 5.136 las mujeres que denunciaron haber sufrido malos tratos a manos de sus maridos y compa?eros, un 14% m¨¢s que en 2001. Sin embargo, seg¨²n los autores del estudio La violencia de pareja contra la mujer: magnitud del problema, de la Consejer¨ªa de Sanidad, esas denuncias son s¨®lo la punta del iceberg ya que dos de cada tres v¨ªctimas soportan las agresiones en silencio.
Un marido vigilando desde la calle
Entre las peticiones de protecci¨®n presentadas a los jueces madrile?os el pasado mes de agosto figuran las dos que se relatan a continuaci¨®n. Una fue aceptada y la otra rechazada.
El magistrado dio protecci¨®n a una mujer que acudi¨® al juzgado de guardia para denunciar que su ex marido se hab¨ªa colocado delante de su casa y que la vigilaba a todas horas desde la calle.
El matrimonio hab¨ªa empezado con mal pie y pronto llegaron los problemas, con insultos y malos tratos frecuentes. De hecho, la pareja se separ¨® poco tiempo despu¨¦s de la boda. Pero continuaron vi¨¦ndose y, al final, los dos c¨®nyuges decidieron reiniciar su vida en com¨²n. Sin embargo, los problemas y la violencia afloraron de nuevo.
La esposa se qued¨® con el piso com¨²n y el marido decidi¨® dormir en un coche que hab¨ªan comprado entre los dos. La tensi¨®n creci¨® y la mujer termin¨® reclamando la titularidad del veh¨ªculo. Visiblemente enfadado, el hombre decidi¨® montar guardia d¨ªa y noche frente a la vivienda que hab¨ªa sido su hogar. Ella, asustada, pidi¨® protecci¨®n al juez de guardia. Y ¨¦ste se la concedi¨® porque, seg¨²n fuentes judiciales, "exist¨ªa un riesgo claro de que se repitieran las situaciones de maltrato".
Otras veces los jueces desestiman otorgar la protecci¨®n. Eso ocurri¨® en el siguiente caso.
La historia comenz¨® a ra¨ªz de una disparidad de criterios entre dos c¨®nyuges sobre qu¨¦ hacer en un d¨ªa libre. El marido quer¨ªa ir a la piscina con el hijo de ambos y a la esposa le apetec¨ªa visitar a una hermana, un plan al que el hombre se negaba. Esta trivial diferencia de pareceres fue el origen de una fuerte discusi¨®n con insultos rec¨ªprocos. La mujer se hart¨® y acudi¨® al juez para pedir una medida de protecci¨®n, alegando que el matrimonio llevaba un buen tiempo con problemas. El juez deneg¨® la solicitud porque no advirti¨® evidencias suficientes como para adoptar una medida extrema como la que ella le hab¨ªa solicitado: quedarse con la vivienda conyugal y tambi¨¦n con la custodia del hijo.
Cuatro mujeres murieron el a?o pasado en la regi¨®n a manos de sus maridos o compa?eros. Un a?o antes las fallecidas fueron siete.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.