Siete d¨ªas y siete noches en Canc¨²n
No, no hablo de turismo, sino de la reuni¨®n de ministros de Comercio de los 146 miembros de la Organizaci¨®n Mundial de Comercio (OMC), que se celebrar¨¢ del 10 al 15 de septiembre en M¨¦xico. Esta reuni¨®n es una etapa importante para concluir con ¨¦xito el "ciclo del desarrollo", la gran negociaci¨®n sobre comercio internacional que lanzamos en Doha en noviembre de 2001. No es el final, ?y con raz¨®n!, sino una escala intermedia para hacer el balance de la situaci¨®n y asegurarnos de que seguimos dispuestos a concluir esta ronda a finales de 2004. En Doha se elabor¨® un programa cargado: 20 temas relacionados con la reducci¨®n de barreras al comercio y la actualizaci¨®n de las reglas del comercio internacional, debatidos por 146 Estados y cuyo objetivo primordial es el desarrollo.
La Uni¨®n Europea ha optado por sostener su agricultura, ya que no es una actividad econ¨®mica como las otras
En calidad de comisario europeo responsable de Comercio, representar¨¦, junto a mi colega Franz Fischler, responsable de Agricultura, a los 15 Estados miembros de la Uni¨®n Europea y a los futuros 10 nuevos Estados miembros para defender nuestros intereses y nuestra visi¨®n de la mundializaci¨®n, controlada y enmarcada por unas reglas del juego id¨¦nticas para todos. Cargados con el peso de esta ambici¨®n, no creo que tengamos tiempo de disfrutar de los atractivos del lugar, sobre todo si se piensa en lo que va a ser nuestro calendario tem¨¢tico durante la semana...
- Agricultura. Los intercambios agr¨ªcolas son uno de los cap¨ªtulos m¨¢s "candentes" de este ciclo, lo reconozco. Nuestro objetivo es muy simple: conciliar la apertura de los mercados y el mantenimiento de zonas rurales viables en todo el mundo. La Uni¨®n Europea ha optado por sostener su agricultura, ya que no es una actividad econ¨®mica como las otras. Desempe?a otros muchos papeles, adem¨¢s del de producir; contribuye a la conservaci¨®n del medio ambiente, a la seguridad alimentaria o al bienestar de los animales.
No obstante, en diversos lugares se acusa a la Uni¨®n de "proteccionismo encubierto". ?Es eso cierto? Veamos las cifras: la Uni¨®n Europea es el primer importador mundial de productos agr¨ªcolas, con cerca de 60.000 millones de euros en 2001; nosotros solos importamos tantos productos de los pa¨ªses en desarrollo como los Estados Unidos, Jap¨®n, Canad¨¢ y Australia juntos. Gracias a las muchas preferencias concedidas a los pa¨ªses en desarrollo, los aranceles que aplicamos son del orden del 10%. Todo ello no ha impedido que la UE presentara el pasado mes de enero propuestas ambiciosas: ?una reducci¨®n de aranceles del 36%, la rebaja de un 45% de las subvenciones a la exportaci¨®n y una disminuci¨®n de las ayudas que afectan a los intercambios de m¨¢s del ?55%! Y la reciente reforma de la Pol¨ªtica Agr¨ªcola Com¨²n sigue el mismo camino: permite seguir sosteniendo la agricultura y, al mismo tiempo, afecta menos a los intercambios. La UE puede presumir ante sus socios de la OMC de haber cumplido con su deber de asegurar una competencia leal. Puede defender sus prioridades sin rubor: exigir de los dem¨¢s la misma disciplina y promover los productos europeos de calidad gracias a las indicaciones geogr¨¢ficas. El 13 de agosto pasado, europeos y americanos hemos acelerado el ritmo al presentar una iniciativa conjunta sobre agricultura. Ese texto debe permitir concluir estas negociaciones, ya que responde tanto a nuestras expectativas como a las de nuestros socios.
- Mercanc¨ªas. Hagamos un peque?o viaje al pasado: al principio se trataba de los productos industriales. Los primeros ciclos de negociaciones comerciales trataban esencialmente de la circulaci¨®n de las mercanc¨ªas y de la reducci¨®n de los derechos de aduana. Como este proceso va por buen camino, da lugar a menos debates. Y, sin embargo, los productos industriales representan m¨¢s del 70% de las exportaciones de los pa¨ªses en desarrollo y el 70% de los aranceles los pagan a otros pa¨ªses en desarrollo. S¨ª, es fundamental abrir el comercio entre pa¨ªses en desarrollo. De acuerdo con el esp¨ªritu de Doha, la UE ha propuesto a sus socios, tambi¨¦n aqu¨ª, una reducci¨®n de sus aranceles. Incluso ha llegado a sugerir la supresi¨®n de las restricciones a la exportaci¨®n para las materias primas y la reducci¨®n a cero, para todo el mundo, de los aranceles aplicados a los productos textiles y de la confecci¨®n, que son los principales productos de exportaci¨®n de los pa¨ªses en desarrollo, ?pero tambi¨¦n de los europeos! Y no perderemos nada con el cambio, ya que el aumento de los intercambios favorece el crecimiento.
- Servicios. Otro gran cap¨ªtulo de las negociaciones comerciales es el comercio de servicios. ?En qu¨¦ consiste? Es lo que hoy d¨ªa constituye la parte esencial de nuestras econom¨ªas y forma parte del llamado sector terciario: inform¨¢tica, asesor¨ªa, banca, seguros, distribuci¨®n, transporte, turismo. Es el sector m¨¢s din¨¢mico de la econom¨ªa europea. Representan dos tercios del producto interior bruto (PIB) y dos tercios del empleo en Europa, es decir, 110 millones de puestos de trabajo. Pero tambi¨¦n son esenciales para la econom¨ªa de los pa¨ªses en desarrollo, ya que representan en torno al 50% de su PIB. Un hecho significativo, pero poco conocido, es que 15 de los 40 primeros exportadores mundiales de servicios son pa¨ªses en desarrollo.
Sin embargo, la parte que ocupan en los intercambios internacionales no siempre refleja el papel fundamental y creciente que desempe?an en la econom¨ªa mundial. Diversos obst¨¢culos de entrada siguen obstaculizando el comercio de servicios y act¨²an como un freno del crecimiento econ¨®mico. La apertura de estos mercados es una demanda acuciante de los pa¨ªses en desarrollo. Debe hacerse de una manera controlada para garantizar simult¨¢neamente el crecimiento, la justicia y la solidaridad a escala mundial. Deseo recordar que la Uni¨®n Europea ha excluido de las negociaciones la educaci¨®n, la salud y la cultura, tres sectores que forman parte de nuestro modelo europeo de sociedad y no son unas mercanc¨ªas como las otras.
- Medicamentos. Conseguir que los enfermos, y en especial las v¨ªctimas de las tres grandes enfermedades contagiosas -sida, tuberculosis y paludismo-, tengan acceso a los medicamentos parece evidente. Y sin embargo, este cap¨ªtulo ha dividido durante mucho tiempo a los miembros de la OMC: los Estados Unidos han sido los m¨¢s reticentes a llegar a una soluci¨®n. Es un problema urgente y no podemos dejarlo de lado. Se trata de hacer una excepci¨®n a las normas de propiedad intelectual, que protegen leg¨ªtimamente la investigaci¨®n farmac¨¦utica, autorizando a los pa¨ªses en desarrollo a producir o comprar medicamentos gen¨¦ricos a menor coste. En Doha dejamos pendiente la cuesti¨®n de los pa¨ªses en desarrollo que no tienen capacidad para producir esos medicamentos y que, por lo tanto, tienen que importar medicamentos gen¨¦ricos (sin patente). En v¨ªsperas de la reuni¨®n de Canc¨²n, por fin se ha llegado a un acuerdo. Esto es una se?al alentadora de nuestra capacidad colectiva de regular la mundializaci¨®n. Es la prueba m¨¢s clara de que estas negociaciones, a pesar de su ritmo forzosamente demasiado lento, conducen a resultados concretos en favor de los pa¨ªses que m¨¢s los necesitan. De momento, nadie ha propuesto ninguna soluci¨®n m¨¢s eficaz...
- Nuevas reglas para el comercio mundial. Tras esta ex¨®tica denominaci¨®n se esconden cuatro temas de debate menos atractivos, pero no por ello menos esenciales: las inversiones, la competencia, la facilitaci¨®n de los intercambios y la transparencia de la contrataci¨®n p¨²blica. El objetivo es definir en la medida de lo posible las reglas aplicables en esos campos. ?Para uniformizar? No, para definir una plataforma m¨ªnima de reglas id¨¦nticas para todos y, por ende, no discriminatorias, transparentes y previsibles. Esa plataforma podr¨ªa sustituir, con ventaja, unos tratados bilaterales siempre desiguales para los pa¨ªses en desarrollo. Pero la UE no tiene una visi¨®n "maximalista": somos conscientes del esfuerzo adicional que requiere este ejercicio a los pa¨ªses en desarrollo y, por esta raz¨®n, se sigue el planteamiento de "cada cual a su ritmo y seg¨²n sus capacidades", garantizando al mismo tiempo ayuda t¨¦cnica a esos pa¨ªses para la adaptaci¨®n ulterior de sus normativas internas.
- Medio ambiente. Es otro aspecto nuevo de las negociaciones comerciales y en el que Europa ha hecho sentir su peso: integrar las consideraciones medioambientales en las negociaciones comerciales. Efectivamente, los intercambios comerciales tienen repercusiones sobre el medio ambiente. Si queremos ser fieles a nuestros compromisos expresados reiteradamente en diversas cumbres sobre desarrollo sostenible, debemos seguir esa misma l¨ªnea de conducta tambi¨¦n en la OMC. La Uni¨®n Europea ha asumido el papel de l¨ªder a la hora de animar a la OMC a tener en cuenta las normas medioambientales en sus decisiones. Nosotros hemos hecho ya parte del camino, a pesar de las reticencias de algunos que, una vez m¨¢s, ven en ese planteamiento un proteccionismo encubierto. Tenemos que asegurarnos de llegar a buen puerto antes del final de las negociaciones.
- La campanada de la ¨²ltima ronda. En su momento se sabr¨¢ si puede sonar o no la campanada que anuncie la ¨²ltima ronda de esta larga carrera. Esta negociaci¨®n es como una carrera de fondo: s¨®lo se consigue un buen resultado si el ritmo a media carrera es suficiente. Tras la falsa salida de Seattle y la verdadera de Doha, Canc¨²n nos dir¨¢ si estamos realmente en marcha para llegar a un resultado ambicioso en 2004.
Pascal Lamy es el comisario Europeo de Comercio.
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