Siempre Ham¨¢s
Un nuevo atentado, atribuido al fanatismo terrorista de Ham¨¢s, causaba ayer al menos siete muertos en una parada de autob¨²s de Tel Aviv pr¨®xima a una base militar. Pero horas antes, en Hebr¨®n, ca¨ªan dos dirigentes de la banda palestina, asesinados selectivamente por el Ej¨¦rcito israel¨ª, y la semana pasada, un bombardeo her¨ªa al l¨ªder espiritual de Ham¨¢s, Ahmed Yas¨ªn, recluido en su casa por una antigua invalidez, y el 19 de agosto, otro atentado palestino causaba la muerte a 22 civiles, entre ellos varios ni?os, en Jerusal¨¦n, y anteriormente...
El c¨ªrculo vicioso se remonta a a?os o d¨¦cadas, como se prefiera, de forma que para unos, los jud¨ªos sionistas, tiene su origen en la insania del ¨¢rabe, que nunca renunciar¨¢ a la destrucci¨®n del Estado de Israel, y para otros, el mundo palestino, la ra¨ªz de todos los males es la ocupaci¨®n y despojo territorial progresivo que sufren los habitantes del antiguo mandato brit¨¢nico a manos de la inmigraci¨®n jud¨ªa.
?Tiene sentido, hoy, una pormenorizada atribuci¨®n hist¨®rica de responsabilidades? No, si se trata de dar soluci¨®n al problema, lo que tampoco significa que al amanecer de cada d¨ªa haya que partir de cero. Hay que partir, en cambio, de las resoluciones de la ONU y de la legislaci¨®n internacional. La primera exige la retirada israel¨ª a las fronteras anteriores a la guerra de 1967 y la segunda condena una ocupaci¨®n que vulnera las convenciones de Ginebra y La Haya.
Ante la patente falta de inter¨¦s del primer ministro israel¨ª, Ariel Sharon -de visita oficial en la India-, de acatar las prescripciones de la ONU o de leerse ning¨²n texto sobre lo que se puede y no se puede hacer en territorio ocupado (Cisjordania, Gaza, Jerusal¨¦n Este y el Gol¨¢n), la llamada Hoja de Ruta, que ya no conduce a ninguna parte, o la eventual ratificaci¨®n en el cargo del nuevo primer ministro palestino, Ahmed Qurei, parecen apenas los pasos de un tr¨¢gico e in¨²til ballet.
Todos saben, sin embargo, por d¨®nde pasa el camino, si no directamente de la paz, s¨ª, al menos, de una negociaci¨®n que fuera veros¨ªmil. Por la Casa Blanca, hoy tan ocupada reconstruyendo Irak.
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