La ciencia echa una mano a la Biblia
La prueba del carbono 14 demuestra que un acueducto subterr¨¢neo de Jerusal¨¦n fue construido en tiempos del rey Ezequ¨ªas
La pol¨¦mica ha quedado zanjada. El viejo acueducto subterr¨¢neo que recorre la ciudad de Jerusal¨¦n a 52 metros de profundidad es en efecto el t¨²nel de Silo¨¦ al que alude la Biblia y que mand¨® construir Ezequ¨ªas, rey de Jud¨¢ durante su reinado, entre los a?os 727-698 antes de Cristo.
Frente a las ¨²ltimas teor¨ªas que afirmaban que esta obra de perfeccionada ingenier¨ªa es posterior a aquella ¨¦poca, un equipo de investigadores de la Universidad Hebrea de Jerusal¨¦n y de la universidad brit¨¢nica de Reading ha demostrado que las excavaciones y trabajos fueron realizados alrededor de 700 a?os antes de nuestra era.
La prueba de dataci¨®n por carbono 14 aplicada a muestras de escayolas y maderas de un fragmento del t¨²nel, as¨ª como la de dataci¨®n por uranio-torio de estalactitas que crecieron una vez perforado el canal, confirman el resultado de la investigaci¨®n, publicado hoy en la revista cient¨ªfica Nature.
Es la primera vez que una estructura mencionada en el Antiguo Testamento (en este caso, en el II Libro de los Reyes y en el II Libro de las Cr¨®nicas) ha sido datada por m¨¦todos radioqu¨ªmicos, basados en la desintegraci¨®n de elementos radioactivos. El t¨²nel, de 533 metros de largo, entre 0,58 y 0,65 metros de ancho y una altura que oscila entre 1,1 y 3,4 metros, fue construido sin utilizar soportes intermedios de hierro, lo que realza el valor de su ingenier¨ªa, que presenta un curso tortuoso que los expertos atribuyen a una adaptaci¨®n a las formaciones rocosas perforadas.
Ante el asedio en 701 AC de los asirios, capitaneados por Senaquerib, y el peligro de que la ciudad santa se quedara desabastecida de agua, Ezequ¨ªas, que lleg¨® al trono con 25 a?os a la muerte de su padre, Ajaz, pens¨® en c¨®mo dar de beber a la ciudad, al tiempo que impedir que los asaltantes tuvieran acceso al agua. Para ello, el Rey Virtuoso consult¨® a sus sabios y mand¨® perforar un canal en la roca del valle de Cedr¨®n para conducir el agua desde el Manantial de la Doncella, a las afueras de Jerusal¨¦n, hasta el otro extremo de la ciudad, en cuya desembocadura fue construida la alberca de Silo¨¦. En estas aguas, seg¨²n el Evangelio de San Juan, Jes¨²s cur¨® a un ciego de nacimiento.
En 1880, un ni?o que se estaba ba?ando a la salida del t¨²nel descubri¨® en un fragmento de la roca una inscripci¨®n de seis l¨ªneas en hebreo, que m¨¢s tarde interpret¨® Conrad Schick, uno de los primeros exploradores de Jerusal¨¦n. Pero el libelo, hoy en el Museo del Antiguo Oriente de Estambul, no hace referencia a la fecha de las obras, sino a algunas de las etapas por las que fueron avanzando. Con frases entrecortadas, describe el momento del encuentro de los dos grupos de trabajadores que perforaron la roca desde cada extremo del t¨²nel y c¨®mo las aguas iniciaron su recorrido.
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