"Estoy aprendiendo a ser mala"
Durante a?os, Ren¨¦e Zellweger avanz¨® contra todo pron¨®stico. Parec¨ªa imposible que la joven tejana de 34 a?os pudiera ser algo m¨¢s que "la chica" de Tom Cruise en Jerry Maguire; su acento americano y su figura esquel¨¦tica parec¨ªan el beso de la muerte para la adaptaci¨®n al cine de El diario de Bridget Jones, y sin ninguna experiencia musical y esa mirada algo miope era la peor candidata para encarnar a la vampiresa Roxie Hart en el musical Chicago. Dos candidaturas al Oscar m¨¢s tarde dieron prueba de lo equivocados que estaban los pron¨®sticos y ahora esta joven, hija de padre suizo y madre noruega, que so?aba con ser periodista como Barbara Walters, es una de las mayores estrellas de Hollywood, con un sueldo que ronda los 15 millones de d¨®lares y con m¨¢s trabajo del que puede so?ar. "Mi situaci¨®n es m¨¢s que surrealista, algo que nunca hubiera podido ni imaginar", reconoce, poni¨¦ndoselo a¨²n m¨¢s dif¨ªcil con pel¨ªculas tan opuestas como Abajo el amor (que se estrena hoy en Espa?a), resucitando el esp¨ªritu de las comedias de Doris Day y Rock Hudson, y el drama ¨¦pico Cold mountain sobre la guerra civil estadounidense. Eso, adem¨¢s de una nueva vuelta a las carnes de Bridget Jones.
"Nunca he basado mis decisiones profesionales en el tama?o del cheque"
"La verdad es que nunca crec¨ª pensando en un pr¨ªncipe azul que me solucionara la vida"
Pregunta. ?Ya est¨¢ todo listo para rodar la segunda parte de Bridget Jones?
Respuesta. La idea es poder rodar este oto?o, pero todav¨ªa no est¨¢ todo preparado. El gui¨®n no est¨¢ listo y creo que todos compartimos el mismo sentimiento de que la ¨²nica forma de hacer algo as¨ª es que se trate de un filme de la misma calidad que el anterior. El resto de las historias sobre lo que me van a pagar o me van a dejar de pagar o sobre si engordar¨¦ o no para la pel¨ªcula no tienen nada que ver. Lo ¨²nico que importan son las historias que Bridget puede contar.
P. Ahora nadie pone en duda que Ren¨¦e Zellweger es la ¨²nica Bridget Jones.
R. Siempre es interesante escuchar las opiniones de los dem¨¢s, pero durante toda mi carrera, al margen de lo que hayan dicho a favor o en contra, s¨®lo he escogido aquello que he sentido de manera org¨¢nica. Nunca me he tomado mi carrera de forma fr¨ªvola, ni he basado mis decisiones en el tama?o del cheque. Son cuatro meses de tu vida que nunca podr¨¢s recuperar, as¨ª que mis decisiones se basan en proyectos que significan algo en mi vida.
P. ?Cu¨¢l fue su inter¨¦s en Abajo el amor? ?Le gustaban los filmes de Doris Day?
R. Nunca lo vi de esa forma. De hecho, soy bastante ignorante en lo que al cine se refiere. Fue m¨¢s un intento de comprender la idiosincrasia de una ingenua, de sentirme en medio de la inocencia de aquel entonces. No s¨®lo de las pel¨ªculas de Doris Day, sino otras como Los caballeros las prefieren rubias o C¨®mo casarse con un millonario. Eran otros tiempos.
P. ?Ve en usted algo de esa inocencia?
R. Es gracioso porque creo que estoy aprendiendo a ser mala. No es que me guste la idea y me es dif¨ªcil porque soy una persona amable de natural, y creo que con la verdad se va muy lejos, pero cuando tienes que hablar con cien personas que no has visto en tu vida, por muy mala que sea diciendo que no, tengo que hacerlo porque si no me agoto siendo amable con gente que no conozco a expensas de un tiempo que podr¨ªa pasar con mi familia o mis amigos.
P. Es lo que com¨²nmente se llama el precio de la fama.
R. Pero tambi¨¦n es lo que me enfada, cuando se me acerca una extra?a para decirme que debo de comer m¨¢s o un camionero piensa que por lo que ha le¨ªdo ya sabe todo lo que pasa en mi vida. Estoy aprendiendo mucho en estos a?os.
P. ?Significa eso que no hay forma de preguntarle por su vida amorosa?
R. Por el momento, no hay necesidad de hacer concesiones porque no hay tiempo para relaciones. Nunca en mi vida me he sentido tan ajetreada como ahora, pero no me preocupa. Nunca crec¨ª pensando en un pr¨ªncipe azul que me solucionara la vida. M¨¢s bien so?aba con una vida de aventuras y conocimiento que me permitiera conocer mundo y ser creativa. Prefer¨ªa una vida as¨ª m¨¢s que pasarme el tiempo pensando en bodas, y creo que lo he conseguido.
P. Con un filme tan rom¨¢ntico es inevitable preguntar cu¨¢n lejos ir¨ªa por amor.
R. La respuesta es sencilla. Depende del chico. No me voy a pillar los dedos, porque si hay algo que he aprendido dentro de mi poca experiencia amorosa es que no me voy a comprometer a nada por culpa del amor.
P. ?Se considera feminista?
R. Tengo la suerte de pertenecer a una generaci¨®n en la que ni tan siquiera tengo que ser feminista. Creo que es un concepto que podemos dar por sentado porque hemos crecido con mujeres ocupando puestos de poder, con periodistas como Barbara Walters dando ejemplo en televisi¨®n, o Cher vistiendo siempre como ha querido. Una generaci¨®n que sabe c¨®mo trabajar y pagarse las facturas. En el fondo, una generaci¨®n mimada porque la lucha ya nos la han dado hecha.
El estilo de los sesenta
Zellweger se ve a s¨ª misma como un chavalillo al que nunca le interes¨® la moda; tan s¨®lo el estar c¨®moda y lista para poder jugar en cualquier momento un partido de baloncesto. Sin embargo, llegada la alfombra roja, sea de los Oscar o de cualquier otra gala de premios, pocas estrellas tienen tanto estilo vistiendo un valentino, un gaultier o un chanel. "Me ser¨ªa dif¨ªcil escoger un dise?ador preferido", se defiende, coquetona, incapaz tambi¨¦n de escoger un solo modelo de los numerosos cambios de vestuario en Abajo el amor. "Todo estaba hecho a mano con tal cuidado del detalle que me hizo comprender a¨²n m¨¢s el arte de la costura", reafirma sobre un vestuario que tambi¨¦n le hizo resaltar curvas que ni sab¨ªa que ten¨ªa. Algo m¨¢s dif¨ªcil fue actuar con alguno de estos modelos, como el salto de cama de gasa que utiliz¨® para esa escena donde tuvo que bajar una escalera de caracol con unas sandalias de tac¨®n sin sujeci¨®n alguna y resbal¨¢ndose al contacto con las medias de cristal. "S¨®lo pod¨ªa pensar que me iba a partir la nuca y matarme delante de las c¨¢maras en ropa interior, de dise?o, eso s¨ª", bromea, contenta de haber pasado la experiencia porque, por muy c¨®moda que haya llegado a sentirse reviviendo el esp¨ªritu de los sesenta, "lo m¨ªo es un estilo algo m¨¢s sencillo, simple y tradicional".
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