Sally Potter, aprendiz de esteta
Estrenada en el Festival de Cine de Venecia del a?o 2000, Vidas furtivas est¨¢ ambientada en el Par¨ªs inmediatamente anterior a la invasi¨®n nazi y tiene como protagonista a una inglesa de origen jud¨ªo que intenta sobrevivir como artista de tres al cuarto en una producci¨®n oper¨ªstica. All¨ª entablar¨¢ relaci¨®n con una rusa deseosa de encontrar un marido de bolsillo f¨¢cil, un cantante de ¨®pera italiano y un gitano que se gana el pan gracias a un caballo blanco. Cuatro desarraigados que habitan una Europa a punto de estallar.
VIDAS FURTIVAS
Direcci¨®n: Sally Potter. Int¨¦rpretes: Christina Ricci, John Turturro, Cate Blanchett, Johnny Depp. G¨¦nero: drama. Reino Unido-Francia, 2000. Duraci¨®n: 100 minutos.
Dudoso prestigio
Sally Potter hab¨ªa obtenido un dudoso prestigio gracias a su g¨¦lida adaptaci¨®n de Orlando (1992), obra de la ahora de moda Virginia Woolf, una pel¨ªcula que gust¨® a unos cuantos y cabre¨® a otros muchos, sobre todo por culpa de un gratuito esteticismo que ha sobrevolado a lo largo de su carrera por encima de sus discutibles m¨¦ritos. Cinco a?os despu¨¦s, la directora londinense dio la raz¨®n a sus detractores al perpetrar un eg¨®latra ejercicio de onanismo cinematogr¨¢fico en la m¨¢s que pedante La lecci¨®n de tango. As¨ª que para los que no sean admiradores de la filmograf¨ªa de Potter, Vidas furtivas puede considerarse como su mejor pel¨ªcula, lo que tampoco es mucho. Al menos tiene dos magn¨ªficas interpretaciones, las de Cate Blanchett y John Turturro, ambas con unos estupendos trabajos de asunci¨®n de acentos, ruso e italiano, respectivamente. Adem¨¢s, el pr¨®logo de la historia, gracias a la m¨²sica de Osvaldo Golijov y a la viveza de la ni?a Claudia Lander, tiene una fuerza considerable. Pero el resto se viene abajo otra vez por la gratuidad de los m¨¦todos de Potter, presididos por un preciosismo en el alambre de la horterada (los caballos blancos impolutos por el Par¨ªs nocturno; los filtros en la secuencia de la despedida entre Christina Ricci y Johnny Depp, las im¨¢genes de la nataci¨®n sincronizada...). Por no hablar de la inexpresividad de Christina Ricci, que mejor la dejamos para otro d¨ªa.
Babelia
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