Mejor no esperar a la madre Teresa
Abu Mazen ha presentado su dimisi¨®n a Yasir Arafat. En su discurso de renuncia culpa al propio Arafat de apu?alarlo por la espalda; a Israel y a Estados Unidos, de traicionarlo, y a la prensa escrita y hablada en ¨¢rabe, de re¨ªrse de ¨¦l. Sin embargo, no hay ni una sola palabra de autocr¨ªtica. Ni una palabra sobre el hecho de que el propio Abu Mazen no ha cumplido la tarea m¨¢s urgente de acuerdo con el acuerdo de la Hoja de Ruta: se comprometi¨® a desarmar a los grupos fan¨¢ticos palestinos, a los enemigos de la paz. Por lo que s¨¦, en los 100 d¨ªas que ha permanecido en el poder, Abu Mazen no ha confiscado ni un arma de fuego. Por supuesto, ¨¦l puede decir en su defensa que Sharon tampoco ha cumplido el principal compromiso que le corresponde seg¨²n las condiciones impuestas por la Hoja de Ruta: Sharon estaba obligado a desmantelar los asentamientos jud¨ªos ilegales en los territorios ocupados y a congelar todos los dem¨¢s asentamientos.
No tenemos que negociar con Arafat por el hecho de que sea agradable y dulce, sino precisamente porque es el l¨ªder de nuestros enemigos
No ha hecho nada de esto. La ¨²nica diferencia es que a Sharon ni se le pasa por la cabeza dimitir. Por el contrario, afirma que no puede negociar con Arafat ni con ninguno de sus representantes. ?sta es una postura imposible, porque a los israel¨ªes no les corresponde decidir qui¨¦n representa a los palestinos, al igual que los palestinos no pueden escoger qu¨¦ israel¨ª ser¨¢ su interlocutor. Es posible que Arafat sea un hombre desagradable, con un historial de violencia y traiciones, como bien sabe ya Abu Mazen. Sin embargo, los israel¨ªes no podemos elegir a la madre Teresa para que se convierta en l¨ªder de los palestinos. No tenemos que negociar con Arafat por el hecho de que sea agradable y dulce, ni porque sea nuestro amigo, sino precisamente porque es el l¨ªder de nuestros enemigos (si Arafat hubiera sido la madre Teresa, habr¨ªamos tenido paz desde hace tiempo y no habr¨ªa sido necesario negociar, regatear y realizar concesiones). La cuesti¨®n no es con qui¨¦n se negocia, sino cu¨¢l es la agenda de negociaciones.
Respuesta sencilla
Cada vez que Arafat exige que se permita a los refugiados palestinos establecerse en Israel propiamente dicho, da a entender que desea dos Estados palestinos y ninguno para el pueblo jud¨ªo. En 1948, cientos de miles de palestinos fueron expulsados de lo que ahora es el Estado de Israel. Al mismo tiempo, cientos de miles de jud¨ªos que llevaban miles de a?os viviendo en pa¨ªses ¨¢rabes fueron expulsados hacia Israel. La respuesta sencilla a esta tragedia es: Palestina para los palestinos e Israel para los israel¨ªes.
La cuesti¨®n de los refugiados fue el verdadero escollo de Camp David hace tres a?os y de todos los esfuerzos de paz iniciados desde entonces. Quiz¨¢ el mejor "primer paso" posible en estos momentos sea que Arafat establezca claramente que el Estado de Israel pertenece al pueblo jud¨ªo, al tiempo que Sharon anuncie p¨²blicamente que el Estado palestino debe convertirse en el pa¨ªs del pueblo palestino. ?ste es el ¨²nico punto de partida sensato para reiniciar las negociaciones. Ham¨¢s y la Yihad Isl¨¢mica no creen en la soluci¨®n de los dos Estados. En realidad, seg¨²n la plataforma oficial de Ham¨¢s, los jud¨ªos son una plaga, no una naci¨®n. Para esos grupos fan¨¢ticos, la guerra total contra los jud¨ªos incluye autobuses escolares, guarder¨ªas y sinagogas. Israel debe limitarse a luchar s¨®lo contra aquellos que atacan de hecho al pa¨ªs. S¨®lo aquellos que portan armas o fabrican bombas son un blanco leg¨ªtimo. Incluso en un momento de guerra total, es err¨®neo y est¨²pido intentar matar a los ide¨®logos, a los incitadores, a los sacerdotes y a los pol¨ªticos. Incluso si todos esos incitadores y combatientes de la yihad desaparecen, no es probable que quienes los suceda sea la madre Teresa.
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