El Hay Festival celebra dos d¨¦cadas en Cartagena con Salman Rushdie, Jorge Ramos y Anne Applebaum
Este jueves 30 de enero y hasta el lunes 3 de febrero se abre uno de los eventos culturales m¨¢s importantes de Am¨¦rica Latina que despeg¨® en 2005 con la bendici¨®n de Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez. ¡°El festival no es un circo que viene y se va¡±, dice una de sus directoras, Cristina Fuentes La Roche
La idea inicial de ubicar el Hay Festival en Cartagena, copiando un festival cultural que hab¨ªa nacido en Gales d¨¦cadas antes, fue del escritor mexicano Carlos Fuentes, aunque la bendici¨®n la dio el Nobel colombiano Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez. Era 2005 y el expresidente Juan Manuel Santos recuerda el momento exacto, cuando desayunaba con ambos escritores y se acerc¨® a ellos una espa?ola, Cristina Fuentes La Roche, hoy coordinadora internacional del Hay Festival. ¡°Los dos se miraron y al mismo tiempo le dieron la bendici¨®n¡±, recuerda Santos, cuando ella les hizo la propuesta de crear el Hay Festival en Cartagena, el primero en Am¨¦rica Latina. Gabo se comprometi¨® a estar en la primera edici¨®n, con lo que el evento ya contaba con la garant¨ªa de arrastrar al menos a todos sus admiradores. El Hay Festival Cartagena, que cada a?o re¨²ne a pol¨ªticos, escritores, cineastas, comediantes y otros l¨ªderes de la cultura de todo el mundo, celebra este a?o su vig¨¦sima edici¨®n con un documental sobre su historia, un libro con las fotos de sus c¨¦lebres invitados y las mismas conversaciones de siempre.
¡°El Hay Festival en Cartagena es la joya de la corona¡±, asegura en el documental Philippe Sands, vicepresidente del Hay. ¡°El festival cre¨® ra¨ªces profundas en Cartagena, no es un circo que viene y se va¡±, dice por tel¨¦fono Fuentes La Roche sobre lo logrado en dos d¨¦cadas, repitiendo que fue un festival para ¡°conectar a Colombia con el mundo, y al mundo con Colombia¡±.
En 2005, cuando surgi¨® la propuesta, Colombia estaba intentando pasar la p¨¢gina a uno de sus periodos m¨¢s crueles de la guerra, despu¨¦s de las bombas de Pablo Escobar, del Cartel de Cali y el fortalecimiento de grupos paramilitares y guerrilleros. ¡°Colombia se estaba abriendo al mundo despu¨¦s de una ¨¦poca muy oscura de su historia y el festival en ese momento se sent¨ªa muy necesario¡±, recuerda Fuentes. Aun as¨ª, consigui¨®, adem¨¢s de la bendici¨®n de Gabo, recursos p¨²blicos del exterior (de la embajada brit¨¢nica), del sector privado (el empresario Julio Ardila L¨¹lle) y de los medios (como la difunta revista Arcadia, adem¨¢s de RCN radio y televisi¨®n). La boleta solo costaba 12.000 pesos, equivalentes a cinco d¨®lares en la ¨¦poca, lo que ayud¨® a la convocatoria.
¡°Ven¨ªan buses de estudiantes desde lo m¨¢s lejano del pa¨ªs, desde el profundo sur hasta este profundo norte¡±, recuerda el escritor H¨¦ctor Abad en el documental de aniversario. ¡°Yo ahorr¨¦, me vine en bus, y dorm¨ª en un hostal como de 30.000 pesos la noche, una de las experiencias m¨¢s bonitas de la vida¡±, dice el cr¨ªtico de cine Samuel Castro.
La primera edici¨®n abri¨® con un evento en el que estaban un periodista muy amigo de Gabo, Gustavo Tatis, y Jorge Franco, autor de la novela Rosario Tijeras. Luego vinieron m¨¢s nombres: la ensayista nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie, la Nobel de Paz filipina Mar¨ªa Ressa, el futbolista argentino Jorge Valdano, la periodista mexicana Lydia Cacho, hasta la trompeta del dominicano Wilfrido Vargas y el rap de los ingleses Asian Dub Foundation. Entre las caras m¨¢s recurrentes est¨¢n el escritor cubano Leonardo Padura, la cronista argentina Leila Guerriero, el periodista norteamericano Jon Lee Anderson. Y evidentemente es la casa de muchos colombianos, como H¨¦ctor Abad, Juan Gabriel V¨¢squez, Pilar Quintana, o Velia Vidal. Amalia Andrade, escritora cale?a, recuerda trabajar en el Hay Festival ayudando con la log¨ªstica, luego con las redes sociales y ahora como autora. ¡°Se me aguan un poquito los ojos cuando veo a todo el equipo, y a los chicos que van y lo recogen a uno, y digo: yo fui una de ellas¡±, dice.
El Hay Festival fue tildado de elitista, pero sus organizadores comentan que crearon el Hay Comunidades, llevando a m¨¢s de un Nobel de Literatura a las zonas m¨¢s pobres de Cartagena, adem¨¢s de Hay J¨®venes, o un Hay para los adolescentes explorando un futuro en el mundo del periodismo y teniendo la oportunidad de aprender de los cronistas m¨¢s reputados de Am¨¦rica Latina. ¡°Para m¨ª un hito fue cuando llevamos a Chimamanda al barrio Nelson Mandela de Cartagena, lleg¨® una multitud enorme de gente joven afro, y ella hablando del poder del pelo, del racismo, fue incre¨ªble¡±, cuenta Cristina Fuentes. Otra charla m¨ªtica fue la de Humberto de la Calle, cuando era negociador de paz del Gobierno con la guerrilla de las FARC y fue ovacionado por el p¨²blico cartagenero. ¡°Fue inolvidable¡±, recuerda De la Calle sobre el ba?o de aplausos a los esfuerzos por alcanzar la paz.
Este a?o el festival tendr¨¢ como plato fuerte a un viejo amigo del Hay en Cartagena, el escritor indio Salman Rushdie que hablar¨¢ con el novelista Juan Gabriel V¨¢squez en la noche del viernes. La noche del s¨¢bado terminar¨¢ con una conversaci¨®n con el periodista mexicano Jorge Ramos, quien dirigi¨® por a?os el noticiero de Univision, y que moderar¨¢ Diana Calder¨®n, periodista de Caracol Radio. La historiadora Anne Applebaum y la cineasta Ava DuVernay est¨¢n entre otras de las invitadas destacadas.
Cristina Fuentes La Roche insiste que la gran fortaleza del Hay Festival en realidad es conversar, que conversen quienes piensen parecido pero desde profesiones distintas, o quienes piensan diferente pero tienen la mente suficientemente abierta para argumentar. ¡°No queremos ser un festival activista, queremos ser un festival donde todo conviva¡±, dice. Es algo que tambi¨¦n valora la pianista colombiana Teresita G¨®mez, quien tambi¨¦n ha sido invitada al Hay. ¡°Yo, que tengo muchos a?os, veo como hemos adelantado a nivel literario, a nivel po¨¦tico, a nivel musical¡±, dice en el documental. ¡±A veces los seres humanos nos desafinamos, y cuando nos desafinamos, no escuchamos bien las armon¨ªas, y no podemos escuchar al otro, eso es lo peor. Estos festivales son importantes porque podemos escuchar al otro¡±. Veinte a?os de escuchar a todos los que llegan a Cartagena, desde Corea del Sur o desde el barrio Nelson Mandela.
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