"La Junta es culpable del desmadre urban¨ªstico en la costa"
Acaba de dejar el esca?o de diputado auton¨®mico del PP, que ha ocupado durante 13 a?os, por incompatibilidad con su nuevo trabajo al frente de la delegaci¨®n de Urbanismo del Ayuntamiento de M¨¢laga, del que es concejal tras las elecciones de mayo. Este ingeniero t¨¦cnico industrial, que cumplir¨¢ en diciembre 60 a?os, culpa a la Junta del "desmadre urban¨ªstico de la costa", elogia los presupuestos de la consejera Magdalena ?lvarez, pero critica su pol¨ªtica sobre las cajas, y sugiere que habr¨ªa que subir el precio cerrado de las viviendas de protecci¨®n oficial.
Pregunta. Cuando lleg¨® al Parlamento en 1990 fue portavoz popular en la comisi¨®n de Obras P¨²blicas y Urbanismo, un anticipo de su responsabilidad actual...
"La decisi¨®n de hacer o no un nuevo PGOU en M¨¢laga se tomar¨¢ en octubre"
"Subir¨ªa el precio de las viviendas de protecci¨®n oficial para que se hagan m¨¢s"
Respuesta. En aquella legislatura se aprob¨® una Ley importante que tiene que ver con algo que ahora anda en los peri¨®dicos todos los d¨ªas. Me refiero al desmadre urban¨ªstico de la costa. En 1994, de la mano del entonces consejero Juan L¨®pez Martos se aprob¨® por unanimidad de todos los grupos la Ley de Ordenaci¨®n del Territorio de Andaluc¨ªa. Pero el instrumento de aplicaci¨®n, que era un plan de ordenaci¨®n del territorio, nunca lleg¨® a desarrollarse. Ese plan tendr¨ªa que haberse ocupado del equilibrio territorial y resolver el sistema de comunicaciones, grandes equipamientos, protecci¨®n de espacios p¨²blicos, zonas de especial inter¨¦s...
P. Est¨¢ insinuando que la Junta es responsable de ese "desmadre urban¨ªstico".
R. Claramente culpable. La Junta tiene una responsabilidad notoria; no como actor, sino por la ausencia de vigilancia. Las veinte o treinta mil viviendas ilegales de Marbella no se hacen en dos a?os.
P. Pero ahora se ha hecho la Ley del Suelo.
R. Demasiado tarde. Cuando se han producido da?os irreparables.
P. ?Cree que los tribunales est¨¢n dando la talla en la lucha contra las irregularidades urban¨ªsticas?
R. En primera instancia, es una materia relativamente nueva y falta doctrina. En otros casos, uno se queda absorto. Por ejemplo con la sentencia del tribunal superior de una comunidad aut¨®noma que establece que el dinero que los ayuntamientos obtienen por venta de suelo tienen que dedicarlo a compra de suelo. Esa sentencia ha tenido las m¨¢s diversas interpretaciones. Hay jueces que en casos absolutamente iguales han adoptado soluciones distintas. Uno de los lados positivos de la nueva Ley del Suelo andaluza es que establece criterios definidos que pueden ayudar a los jueces.
P. ?Por qu¨¦ al PP le cuesta tanto llegar a compromisos con el Gobierno andaluz?
R. No conozco ning¨²n pacto ofrecido en estos a?os por el presidente Chaves que no fuese m¨¢s all¨¢ del propio pacto en s¨ª. Por ejemplo, la c¨¦lebre discusi¨®n sobre si es necesario o no cambiar el Estatuto de Andaluc¨ªa... Esa oferta, por la ¨¦poca en la que se hace, en v¨ªsperas de unas elecciones, parece que no encierra sino el inter¨¦s de desviar la atenci¨®n hacia temas que no son las preocupaciones diarias de los ciudadanos.
P. En ocasiones usted no ha escatimado elogios a sus adversarios. Por ejemplo, en Presupuestos, donde ha sido portavoz popular desde 1996.
R. Hay dos etapas claras en el tiempo que he pasado en el Parlamento. De 1990 a 1994, los presupuestos eran competencia de Jaime Montaner y no pasaban de ser un mero formulismo legal. La deuda y el d¨¦ficit estaban disparados, en los objetivos ni siquiera hab¨ªa elementos de cuantificaci¨®n para que a final de ejercicio se pudiera controlar. Se produjo un cambio radical con la llegada de la se?ora ?lvarez, que prepara el presupuesto de 1995. Empieza a poner en orden la deuda y a controlar el gasto. Y cambia sustancialmente tanto la formulaci¨®n del presupuesto como las posibilidades de seguimiento. En el bienio 1994-96 se cre¨® la oficina de control presupuestario dependiente del Parlamento de Andaluc¨ªa a la que mensualmente la Consejer¨ªa de Hacienda est¨¢ obligada a suministrar datos acerca de la marcha del presupuesto.
P. ?Le pone sobresaliente a la consejera?
R. No, por el fracaso de su pol¨ªtica econ¨®mica y por su falta de capacidad al gestionar la cuesti¨®n de las cajas de ahorro.
P. Ahora llega a la pol¨ªtica local como responsable en una gran ciudad del Urbanismo, utilizado por muchos ayuntamientos como una m¨¢quina suplementaria de hacer dinero...
R. Eso hay que cambiarlo. La Ley de Haciendas Locales ha quedado completamente desfasada. Hay que transferir competencias y medios de las comunidades aut¨®nomas a los ayuntamientos. Tambi¨¦n alguna del Gobierno de la Naci¨®n.
P. Si no, los ayuntamientos se convierten en los primeros especuladores. ?C¨®mo se abarata el precio de las viviendas?
R. Las posibilidades de abaratar las viviendas exigen algo m¨¢s que nuevas normas urban¨ªsticas. Habr¨ªa que revisar la pol¨ªtica fiscal relacionada con el suelo.
P. ?En qu¨¦ sentido?
R. Un suelo ahora se est¨¢ valorando por las expectativas urban¨ªsticas que tiene y no por su valor intr¨ªnseco. El precio est¨¢ desorbitado por lo que va a valer en el futuro, pero deber¨ªamos tener normas que impidieran mantener un terreno sin desarrollar una promoci¨®n. Hay que idear f¨®rmulas como los l¨ªmites de velocidad en las carreteras.
P. ?Est¨¢ planteando limitar el precio de las viviendas?
R. Eso no se puede hacer en una econom¨ªa de mercado. Con las de protecci¨®n oficial hay un l¨ªmite y yo lo subir¨ªa hasta un precio menor que el de las libres, pero suficiente para que se hagan m¨¢s, porque los empresarios privados se animen a hacerlas. Las instituciones p¨²blicas solas no pueden hacer todas las viviendas que se necesitan. Si la econom¨ªa sigue marchando bien, los tipos de inter¨¦s se mantienen bajos y contin¨²a una fuerte demanda, los precios seguir¨¢n subiendo.
P. ?Y si los ayuntamientos ponen el suelo gratis?
R. Conozco casos de ayuntamientos, como Roquetas, que han dado suelo municipal a la Empresa P¨²blica de Andaluc¨ªa para construir viviendas de protecci¨®n oficial y los pisos han salido al mercado al mismo precio que los hechos por promotores privados que han tenido que comprar el terreno.
P. ?No es arriesgado que la econom¨ªa regional dependa tanto de la construcci¨®n, que ya supera el 10% del PIB, y est¨¢ por encima de la industria?
R. No es deseable. Es dif¨ªcil mantener un sector de servicios potente, si no hay un sector secundario completo. No s¨®lo la construcci¨®n, tambi¨¦n la industria. En M¨¢laga tenemos un ejemplo de fortalecimiento del tejido industrial en el Parque Tecnol¨®gico, que se ha llevado muy bien, y es un ejemplo en Espa?a: industria no contaminante, productora y consumidora de servicios y con un futuro alentador, basado en la investigaci¨®n y las nuevas tecnolog¨ªas.
P. ?M¨¢laga va a hacer un nuevo PGOU?
R. Hay que adaptar el plan a la nueva Ley del Suelo antes de 1996. Caben tres posibilidades: fijar el l¨ªmite del suelo urbano; adaptar las ordenanzas y el concepto del plan, o la modificaci¨®n del PGOU. Es una decisi¨®n que tomaremos en octubre.
P. ?C¨®mo va a cambiar la fisonom¨ªa de M¨¢laga?
R. Si decidimos modificar el plan, tenemos que pensar en c¨®mo queremos que sea la ciudad dentro de 20 a?os. En mi opini¨®n debe aumentar la superficie verde de M¨¢laga, tenemos que tratar con mucho cuidado el poco espacio litoral que nos queda, tenemos que favorecer los equipamientos p¨²blicos de ¨ªndole cultural y deportiva, y el sistema de comunicaciones hay que perfeccionarlo bastante para mejorar los problemas de movilidad que ahora tenemos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.