Los ¨¢ngeles terribles
Juan Cobos Wilkins juega con la ambig¨¹edad del bien y el mal en su segunda novela
Juan Cobos Wilkins acaba de publicar su segunda novela, Mientras tuvimos alas, en Plaza y Jan¨¦s. Tras una brillante trayectoria po¨¦tica con libros como Llama de clausura, Escritura o Para¨ªso y la antolog¨ªa La imaginaci¨®n pervertida, Cobos Wilkins sac¨® a la calle su primera novela, El coraz¨®n de la tierra.
Mientras tuvimos alas supone, pues, la reafirmaci¨®n de este escritor natural de Riotinto (Huelva) en el territorio narrativo. "Empec¨¦ a escribir Mientras tuvimos alas antes que El coraz¨®n de la tierra. Cuando llevaba escritas 30 p¨¢ginas de Mientras tuvimos alas, me apareci¨® de manera fulgurante, rotunda e inapelable El coraz¨®n de la tierra. Era un tema que yo retrasaba desde hac¨ªa muchos a?os", recuerda.
Cobos Wilkins dej¨® que esa fuerza que le sal¨ªa de las entra?as se convirtiera en literatura. Luego retom¨® Mientras tuvimos alas. "Esta novela es inocente o perversa seg¨²n quiera el lector. Es una historia de inocencia o perversidad. El ejemplo de todo lo que digo est¨¢ en la novela. Ocurri¨® cuando un d¨ªa mir¨¦ uno de esos cuadros que hab¨ªa antiguamente en muchos dormitorios y en los que se ve a un ni?o al borde de un precipicio. El ni?o intenta coger unas florecillas al borde del v¨¦rtigo. Y detr¨¢s aparece un ¨¢ngel extendiendo los brazos. Un d¨ªa, ese cuadro que yo hab¨ªa visto siempre me hizo pensar si el ¨¢ngel proteg¨ªa o iba a empujar al ni?o al vac¨ªo. Y ah¨ª est¨¢ la mezcla de inocencia y perversidad", explica el escritor onubense. "Esto me llev¨® a reflexionar sobre un hermos¨ªsimo verso de Rilke que dice: 'Todo ¨¢ngel es terrible", agrega.
"El siguiente paso era la ambig¨¹edad del mal y la ambig¨¹edad del bien, que est¨¢n muy presentes en la novela", dice el autor. El proceso le condujo a "otro descubrimiento", que parti¨® de uno de sus versos. "?Y si el pr¨ªncipe entre ser o no ser elige o? Entonces vi un d¨ªa que entre las dos opciones rotundas y dram¨¢ticas -ser / no ser- hay una fisura, una opci¨®n: la o. ?Qu¨¦ sucede cuando elegimos la o? De eso trata Mientras tuvimos alas", comenta.
Ese espacio narrativo de ambig¨¹edad tiene como marco geogr¨¢fico "el litoral onubense en unos a?os en que los buitres y cuervos inmobiliarios y sus adl¨¢teres no se hab¨ªan lanzado en bandada para destrozarlo". Son los a?os que median entre la llegada del hombre a la Luna y la muerte de Franco. Por ese mundo de fantas¨ªa y delicadeza, hallazgos y prodigios, temores y palabras innombrables, talismanes y augurios, se mueve una galer¨ªa de personajes apasionados. "Un ni?o hipersensible, solitario, muy fantasioso y travieso, que lee mucho y al que obligan a guardar reposo porque padece un soplo al coraz¨®n; un padrino que colecciona libros de escritores suicidas y mant¨ªs religiosas; una tata con nombre de emperatriz de Bizancio; una prima que aparece y desaparece; una mujer enigm¨¢tica que cuenta olas en la orilla...", desgrana Cobos Wilkins.
Arcadio, el ni?o con el soplo al coraz¨®n, descubre el mundo adulto y pasea por el filo de la navaja de una realidad en la que para¨ªso e infierno se superponen como las dos caras de una misma moneda. Sabe que su aventura es irrepetible e incompartible. E intuye que el para¨ªso s¨®lo existir¨¢ como un recuerdo del pasado.
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