El miedo de los partidos a la democracia directa
"Y me comprometo a que el pr¨®ximo candidato a la Presidencia de la Junta de Andaluc¨ªa sea elegido en refer¨¦ndum por las bases". Estas palabras fueron pronunciadas por el actual Coordinador Andaluz de IU LV CA ante m¨¢s de quinientos delegados de la ¨²ltima Asamblea Andaluza que las rubricaron con un aplauso. A?adi¨®, adem¨¢s, "lo importante no es que las bases hayan hablado, sino que a partir de ahora decidan". Estas palabras textuales formaban parte del discurso de elecci¨®n, por tanto, de un compromiso firme que pudo decidir el voto y el resultado de una asamblea muy re?ida. Incluso alguno de los que hoy teorizan "la maldad" de las primarias me comentaron con satisfacci¨®n: "Este compromiso ha sido decisivo. Os hemos sobrepasado en propuestas abiertas y de participaci¨®n".
Pues bien, ha llegado el momento de hacer realidad el compromiso y no s¨®lo va a ser incumplido, sino denostado como un m¨¦todo "presidencial", "rupturista", "populista", "impropio de un proyecto colectivo" y acusados los que lo promovemos de usarlo "como arma arrojadiza", movidos por "intereses personales" y deseosos de "poder". Tal c¨²mulo de descalificaciones contra una propuesta de participaci¨®n merece ser analizada seriamente y muchas de estas afirmaciones tienen un trasfondo ideol¨®gico sumamente preocupante.
Las primarias, los refer¨¦ndums, la elecci¨®n directa son m¨¦todos que suponen el ejercicio de la democracia directa sin delegaci¨®n de voto ni mediaci¨®n de "aparatos". Todos los afiliados, el mismo d¨ªa, pueden decidir sobre un tema o la elecci¨®n de una persona entre un abanico de opciones en igualdad de condiciones. No conozco mejor m¨¦todo para un proyecto colectivo que contar con la opini¨®n de todos aquellos que lo componen. Es as¨ª como, actualmente, se eligen en IU LV CA a los alcaldes y concejales, as¨ª como los diputados y diputadas de cada circunscripci¨®n. Sin embargo no al candidato a la Presidencia de la Junta de Andaluc¨ªa porque (v¨¦ase la incongruencia) "resulta presidencial".
El miedo a la democracia directa de los partidos pol¨ªticos supone una verdadera incongruencia respecto a lo que se dice defender. Los presupuestos participados, la democracia directa en las decisiones, aparecen como eje central en las propuestas de IU LV CA. Sin embargo, aquello que se dice querer para la ciudadan¨ªa, se niega a su propia organizaci¨®n. ?Qui¨¦n nos va a creer?
Pero a¨²n se llega m¨¢s lejos en estas afirmaciones: "someter a la organizaci¨®n a una votaci¨®n entre varios candidatos, la dividir¨ªa". O sea, que es mejor que no haya varios candidatos, o que no haya votaci¨®n. Esta curiosa afirmaci¨®n nos llevar¨ªa a considerar las elecciones como "una divisi¨®n de la sociedad", confundiendo la democracia interna, la pluralidad de alternativas, como un mal y no como un enriquecimiento. Incluso en alg¨²n momento de exaltaci¨®n se llega a proclamar que "las primarias han dado malos resultados en el PSOE", por lo que no debemos realizarlas en IU LV CA, cuando la carta fundacional de nuestra formaci¨®n pol¨ªtica (hoy tan olvidada) ten¨ªa como se?a de identidad la democracia directa y un alternativo ejercicio del poder.
De otro lado se sit¨²an las descalificaciones a quienes leg¨ªtimamente aspiran al poder. Se dice que tienen intereses personales, rompen la unidad, son minoritarios, se sit¨²an fuera de la organizaci¨®n. Son afirmaciones cuya utilizaci¨®n deslegitima a quien las pronuncian y forman parte del m¨¢s viejo estilo de exclusi¨®n, y de uso abusivo de los que precisamente tienen todo el poder. La trayectoria pol¨ªtica de quienes discrepamos de la actual direcci¨®n es limpia como el agua, desinteresada. Y el camino emprendido de descalificaciones y "creaci¨®n de normas nuevas" para evitar nuestra elecci¨®n, nos llevar¨¢ a demostrarlo de forma fehaciente en los pr¨®ximos meses.
Finalmente, una consideraci¨®n de mayor importancia. Desde hace tiempo se ha abierto un foso entre la juventud, los movimientos sociales alternativos, aquellas "personas buenas", a las que duele la injusticia, la guerra, la desigualdad y su representaci¨®n pol¨ªtica. "No votan", decimos. No votan porque no conf¨ªan en nuestra autenticidad, porque creen que la democracia tiene que ser cada vez m¨¢s participativa y directa, menos ritual y alejada de la ciudadan¨ªa. Con estos regates a la democracia, seguimos abriendo el foso que nos separa de ellos.
Concha Caballero es Diputada en el Parlamento de Andaluc¨ªa por IU LV CA
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.