El presunto asesino de Encarnaci¨®n L¨®pez declara que o¨ªa voces que le "aconsejaban" matar
La ausencia de un perito forense de la defensa obliga a aplazar la vista oral
El juicio contra Lesbir Fahim, un magreb¨ª de 26 a?os de edad que confes¨® ante el tribunal ser autor del asesinato de Encarnaci¨®n L¨®pez, vecina de Santa Mar¨ªa del ?guila, el 5 de febrero de 2000, comenz¨® ayer en la Audiencia de Almer¨ªa. Fahim reconoci¨® haber comprado un cuchillo ese mismo d¨ªa "para matar a alguien" y afirm¨® que o¨ªa voces que le "aconsejaban" hacerlo. Tambi¨¦n declar¨® que estaba enfermo y que no sab¨ªa lo que hac¨ªa. El asesinato de L¨®pez motiv¨® un brote xen¨®fobo en El Ejido.
"Lo estaba pasando mal psicol¨®gicamente, no com¨ªa ni dorm¨ªa y cuando mat¨¦ me qued¨¦ tranquilo. Me daba igual a qui¨¦n", dijo Fahim en la sala. El acusado confes¨® que primero puso sus intenciones en una mujer, distinta a Encarnaci¨®n, que se le "escap¨®". En ese momento ya portaba un cuchillo comprado esa misma ma?ana que llevaba camuflado en una bolsa de pl¨¢stico. Cuando vio a Encarnaci¨®n se fue hacia ella y le asest¨® dos pu?aladas. "En aquel momento no me arrepent¨ª, pero actualmente estoy muy arrepentido. O¨ªa voces de personas y animales que me aconsejaban que matara a alguien para que saliera el mal que ten¨ªa dentro. Me ve¨ªa obligado a obedecer las voces. No ve¨ªa, s¨®lo o¨ªa. Eran voces extra?as. Era de gente poderosa. Llevaba sinti¨¦ndome mal una semana", relat¨® el acusado.
Ante el tribunal comparecieron como testigos varios agentes, dos comerciantes del mercadillo de Santa Mar¨ªa del ?guila donde ocurrieron los hechos, el agricultor para el que Fahim trabaj¨® mucho antes de cometer su crimen, la mujer que consigui¨® zafarse de ¨¦l en el mismo mercado y la hermana de la v¨ªctima, Martirio L¨®pez Valverde. Todas las declaraciones de los agentes de polic¨ªa coincidieron en que el acusado "siempre" se mostr¨® tranquilo durante y despu¨¦s de su detenci¨®n.
Fahim no huy¨® a ninguna parte. Cuando mat¨® a Encarnaci¨®n si dirigi¨®, tranquilamente, al lugar en el que viv¨ªa en ?guilas Bajas, "un antiguo corral con caballerizas", tal y como describi¨® uno de los polic¨ªas. "En cada cuadra viv¨ªan dos o tres inmigrantes. En una de ellas hab¨ªa unas fotocopias de un contrato con su nombre. El hombre apareci¨® al cabo del rato. Estaba tranquilo. Parec¨ªa uno m¨¢s. Algunos compatriotas [se llevaban el dedo ¨ªndice a la sien] hac¨ªan gestos de que estaba loco y que le pusi¨¦ramos los grilletes. No le engrilletamos porque no nos parec¨ªa violento, lo hicimos al ver la sangre y por el gesto que nos hac¨ªan sus compa?eros", dijo el agente.
El momento m¨¢s tenso del juicio tuvo lugar con la declaraci¨®n de la hermana que acompa?aba aquel d¨ªa a la fallecida, Martirio L¨®pez, que se?al¨® al acusado y le recrimin¨® su acto. "Lo siento", le dijo Fahim desde el banquillo de los acusados. "No, lo siento, no. Ya es tarde. Haberlo pensado antes", remach¨® Martirio.
El juicio ha quedado suspendido hasta una nueva fecha por la ausencia de uno de los peritos forenses, Francisco Javier Fern¨¢ndez Osuna, autor del informe realizado en el hospital Penitenciario Psiqui¨¢trico de Sevilla y que confirma que el acusado padece una esquizofrenia paranoide, seg¨²n el abogado defensor, Agust¨ªn L¨¢zaro. La defensa aleg¨® la eximente de enajenaci¨®n mental para solicitar la absoluci¨®n del acusado, en prisi¨®n desde lo ocurrido en 2000 en el centro penitenciario de El Acebuche.
El abogado de la acusaci¨®n particular pide para el acusado 20 a?os de c¨¢rcel por el asesinato y uno m¨¢s por un delito de tentativa de lesiones. El Ministerio Fiscal, por su parte, reclama 14 a?os por asesinato y otro a?o por un delito de tentativa de lesiones.
La violenta muerte de Encarnaci¨®n L¨®pez tuvo lugar tan s¨®lo 14 d¨ªas despu¨¦s de que dos agricultores muriesen degollados a manos de uno de sus trabajadores inmigrantes. Los tres sucesos en tan poco margen de tiempo ocasionaron revueltas y enfrentamientos.
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