Dos pa¨ªses y un destino
La cumbre franco-alemana de ayer en Berl¨ªn constituy¨® un aut¨¦ntico Consejo de Ministros conjunto. Schr?der y Chirac mostraron que el denostado eje franco-alem¨¢n ha decidido pisar el acelerador. Les sigan o no otros pa¨ªses, ellos no se frenar¨¢n. Comparten perspectivas para salir de sus problemas econ¨®mico y para la construcci¨®n europea, y tienen una aproximaci¨®n conjunta y m¨¢s constructiva en la crisis de Irak, que ma?ana discutir¨¢n con Blair en Berl¨ªn.
Raclaman que el pacto "de estabilidad", que ambos incumplen, lo es tambi¨¦n "de crecimiento". Sin renunciar a reformas estructurales en sus respectivos pa¨ªses, ayer recuperaron una vieja idea de Delors al proponer diez proyectos de infraestructuras comunes, especialmente en materia de transportes y telecomunicaciones, que van m¨¢s all¨¢ del paquete de 50.000 millones de euros de aqu¨ª a 2010 que propone la actual presidencia italiana de la UE. Tambi¨¦n ha quedado renovado el pacto para reformar las instituciones europeas, un pacto no exento de trampas, pues no se discuti¨® suficientemente en la Convenci¨®n, y cuyos efectos no satisfacen ni a Espa?a ni a muchos pa¨ªses medianos o peque?os. Las prisas por lograrlo, sin embargo, se pueden volver en contra de Par¨ªs y Berl¨ªn si, como defiende Aznar, no surge un consenso alternativo al que se plasm¨® en el vigente Tratado de Niza.
Francia y Alemania est¨¢n m¨¢s cerca que hace un lustro. Pecan de cierta prepotencia, pero forman un eje imprescindible, aunque no suficiente, para que Europa funcione. Ante la ampliaci¨®n
algo disolutiva de la UE a diez nuevos miembros, las rupturas surgidas con la crisis de Irak, y reacciones como el no de los suecos al euro, Berl¨ªn y Par¨ªs ya se han convencido de la necesidad de avanzar en la integraci¨®n europea con una geometr¨ªa variable o a varias velocidades, con ellos en la m¨¢xima, claro est¨¢.
A esta visi¨®n responde su apuesta, reiterada ayer, por impulsar una pol¨ªtica com¨²n de defensa que lleve a una Uni¨®n Europea de la Defensa, especialmente tras el rotundo mensaje de Blair de que no aceptar¨¢ ning¨²n avance en la autonom¨ªa militar europea que socave la OTAN o la relaci¨®n con EE UU.
Ayer en Berl¨ªn se entrevi¨® la nueva Europa, no la de Rumsfeld, sino una mucho m¨¢s compleja. ?Y Espa?a? ?No debe aspirar a participar en la vanguardia con Francia y Alemania en vez de quedarse atr¨¢s por Bush?
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