Maestros chinos del drama
La traducci¨®n de tres obras teatrales de la dinast¨ªa Yuan, escritas por Guan Hanqing, Ji Junxiang y Wang Shifu, muestra el florecimiento de este g¨¦nero en la China del siglo XIII.
En la China del siglo XIII, dominada por los invasores mongoles que fundaron la dinast¨ªa Yuan, floreci¨® el teatro zaju, fruto de una cultura popular eminentemente urbana que, en una ¨¦poca en que la ¨¦lite letrada hab¨ªa sido degradada hasta ocupar uno de los escalafones m¨¢s bajos de la sociedad, hab¨ªa cobrado una vitalidad sin precedentes. Gran parte de esa contracultura -como la llama Stephen Owen en su Anthology of Chinese literature-, que se expresaba con exuberancia en canciones, farsas y cuentos en lengua vern¨¢cula, ya exist¨ªa en la anterior dinast¨ªa china, Song, aunque apenas se conservan textos anteriores al periodo Yuan.
El zaju (literalmente "teatro de variedades") era un espect¨¢culo de entretenimiento, accesible, fastuoso, divertido o tr¨¢gico, hecho para un p¨²blico que abarcaba todas las clases sociales. A juzgar por las formas teatrales m¨¢s recientes derivadas del zaju, como el jingju u ¨®pera de Pek¨ªn, las obras representadas conten¨ªan probablemente arias, di¨¢logos, danzas y acrobacia.
TRES DRAMAS CHINOS
Introducci¨®n, traducci¨®n y notas de Alicia Relinque Eleta
Gredos. Madrid, 2003
414 p¨¢ginas. 25 euros
Los zaju constaban de cuatro -excepcionalmente cinco- actos, con una "cu?a" (xiezi) a modo de pre¨¢mbulo o de entreacto. En cada acto, un protagonista cantaba una serie de arias, normalmente expresando sus sentimientos. Los dem¨¢s personajes daban la r¨¦plica hablando. Las arias sol¨ªan ser de un gran refinamiento po¨¦tico; los di¨¢logos, en cambio, se hac¨ªan en lenguaje coloquial, m¨¢s o menos elegante o vulgar, seg¨²n la categor¨ªa del personaje, siempre accesible a todos. Sin embargo, la protagonista, en cierto modo, era la m¨²sica, que constitu¨ªa la verdadera unidad de cada acto, ya que las divisiones no siempre correspond¨ªan a rupturas (que es lo que significa zhe, "acto") en la acci¨®n.
En pocas tradiciones teatrales las convenciones cobran tanta importancia como en la china. En un escenario pr¨¢cticamente desnudo, los personajes (que pertenec¨ªan a categor¨ªas muy definidas) entraban en escena siempre de la misma manera, se presentaban a s¨ª mismos y explicaban lo que les suced¨ªa o lo que se dispon¨ªan a hacer. Por lo dem¨¢s, la informaci¨®n sobre su condici¨®n, sus estados de ¨¢nimo y sus peripecias proced¨ªan de una m¨ªmica rigurosamente codificada, y del simbolismo de un espectacular vestuario y de un elaborado maquillaje.
De los tres dramaturgos que presenta Alicia Relinque se sabe muy poco, pese a que se trata de tres de los principales autores de zaju de la dinast¨ªa Yuan. Sus estilos son muy distintos, como lo son, por sus temas, las obras seleccionadas, pero los tres tuvieron una influencia muy considerable en teatro posterior.
En La injusticia contra Dou E
(Dou E yuan), de Guan Hanqing (1240?-1320?), una joven virtuosa, tras haber sido vendida por su padre a una viuda prestamista, es injustamente condenada unos a?os despu¨¦s por asesinato. La historia est¨¢ probablemente ambientada en una ¨¦poca muy anterior a la de Guan Hanqing, la dinast¨ªa Han (principios de nuestra era). Esta lejan¨ªa en el tiempo y el hecho de que la protagonista sea una mujer permiten al autor de esta concisa obra de gran intensidad dram¨¢tica denunciar los abusos e iniquidades de la ¨¦poca. Ya en la poes¨ªa m¨¢s antigua, la voz femenina sirvi¨® a los autores masculinos para expresar su indignaci¨®n o su pesar por las injusticias de su tiempo. En la mayor parte de las obras que se conservan de Guan Hanqing, las protagonistas son mujeres, v¨ªctimas por antonomasia, aunque, eso s¨ª, v¨ªctimas llenas de temperamento. Guan Hanqing combina magistralmente vigor, elegancia y naturalidad en un estilo representativo de la llamada "escuela del color natural" (bense pai). Por la abundancia y la influencia de sus obras, as¨ª como por razones mucho m¨¢s discutibles, la cr¨ªtica china lo ha comparado con Shakespeare.
El hu¨¦rfano del clan de los Zhao (Zhao shi gu er) es la ¨²nica obra que se conserva de Ji Junxiang. Narra un sangriento episodio del periodo Reinos Combatientes (403-222 antes de Cristo). El general Du'an Gu consigue, con calumnias, que sean condenados a muerte el ministro Zhao Dun y toda su estirpe, unas trescientas personas. S¨®lo se salva un ni?o reci¨¦n nacido, que llevar¨¢ a sus espaldas la responsabilidad de vengar la injusticia que devast¨® a su clan. Al igual que La injusticia contra Dou E, El hu¨¦rfano del clan de los Zhao recurre a la ambientaci¨®n en una ¨¦poca lejana para expresar con inusitado vigor el resentimiento de una naci¨®n oprimida. Esta tragedia, pese a su final apresurado, conocer¨ªa un destino ins¨®lito, ya que fue traducida en 1735 por un jesuita franc¨¦s y fue objeto de numerosas adaptaciones en varios pa¨ªses, entre las cuales destaca la de Voltaire (L'orphelin de la Chine, 1755).
Historia del ala oeste (Xi-
xiang ji), de Wang Shifu, es la m¨¢s larga de las tres obras presentadas aqu¨ª (21 actos repartidos en 5 libros, o sea 5 zaju). Narra el enamoramiento de la altiva y castigadora Cui Yingying y del estudiante Zhang Junrui, algo gazn¨¢piro, cuando se conocen en el monasterio budista donde se alojan ella, su severa madre y la pizpireta criada Hongniang. La Historia del ala oeste fue considerada por la ¨¦lite biempensante como una obra pr¨¢cticamente pornogr¨¢fica y perniciosa para la moralidad p¨²blica. Por otra parte, se convirti¨® en la referencia por antonomasia del amor apasionado que logra vencer las convenciones del matrimonio de conveniencia. El estilo de las arias es especialmente sutil y ornamentado, a veces preciosista y enrevesado, algo en lo que contrastan claramente las dos obras anteriores. En particular, la cr¨ªtica lo opone al estilo sobrio y claro de Guan Hanqing. La verbosidad y la floritura restan intensidad a la obra, aunque en contrapartida permiten un mayor desarrollo de los recovecos de la personalidad y los estados de ¨¢nimo de los protagonistas, algo relativamente inusual en la literatura china tradicional.
Los personajes de los Tres dramas chinos son estereotipos de la literatura popular china, lo cual, unido a los refinamientos del lenguaje en Historia del ala oeste, puede desconcertar al lector de aqu¨ª y de ahora. Alicia Relinque lo palia eficazmente con una extensa introducci¨®n y abundantes notas. No traduce los t¨ªtulos de las melod¨ªas de las arias, pero ello confiere mayor fluidez a la lectura. Lo realmente extraordinario y lo que constituye un privilegio es que se presente por primera vez al lector de este pa¨ªs una traducci¨®n seria, fiable y bien documentada de obras del periodo Yuan, que, por las especiales circunstancias hist¨®ricas, poseen una frescura, una espontaneidad y una fuerza que rara vez volver¨ªan a tener despu¨¦s. Al lector le quedar¨¢ imaginar esas obras representadas con la m¨²sica, las voces atipladas o engoladas, la m¨ªmica sutil o histri¨®nica, y el suntuoso vestuario que les corresponde.
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