Cinco muertos en un combate entre soldados y campesinos en Bolivia
La oposici¨®n trata de desbaratar los planesdel Gobierno de exportar gas a trav¨¦s de Chile
Los cortes de caminos en el altiplano de Bolivia se extender¨¢n a todo el pa¨ªs tras los violentos enfrentamientos protagonizados el s¨¢bado por campesinos y soldados, que se saldaron con cinco muertos y al menos una veintena de heridos. As¨ª lo advirtieron ayer los principales dirigentes ind¨ªgenas, que reiteraron su decisi¨®n de exigir la renuncia del presidente, Gonzalo S¨¢nchez de Lozada, si persiste en el proyecto de exportar gas natural a trav¨¦s de puertos chilenos.
Los enfrentamientos se produjeron en la poblaci¨®n de Warisata, a unos 148 kil¨®metros al noroeste de La Paz, cuando, seg¨²n la versi¨®n oficial, los campesinos atacaron a los militares y polic¨ªas que escoltaban una caravana de veh¨ªculos con turistas, de ellos 40 extranjeros, que se hab¨ªan quedado retenidos en la localidad de Sorata por los bloqueos de caminos desde el pasado d¨ªa 14. Un soldado y cuatro campesinos perdieron la vida.
El l¨ªder de la Confederaci¨®n ?nica de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), Felipe Quispe, declar¨® ayer que el enfrentamiento se produjo debido a una confusi¨®n. "Nosotros no tenemos un alfiler, ?con qu¨¦ vamos a matar a la gente? Siempre hemos tributado con muertos pero no hemos matado", dijo Quispe, quien rechaz¨® que los campesinos tengan armas.
Sin embargo, el mismo Quispe dijo al peri¨®dico La Raz¨®n, de La Paz, que la operaci¨®n militar y policial para rescatar a los turistas retenidos en Sorata y la detenci¨®n de dos de sus dirigentes de esa localidad fue "una provocaci¨®n" de los militares. "Hemos dicho: si quieren guerra, guerra daremos". Y a?adi¨®: "Si no hay m¨¢s remedio, qu¨¦ vamos a hacer, tendremos que ir a la lucha armada".
El pasado viernes, la sede del Gobierno fue escenario de manifestaciones de campesinos, gremialistas y afiliados a la Central Obrera Boliviana (COB), con una gama de peticiones y demandas que convergen en la meta de sustituir el modelo econ¨®mico y mejorar la calidad de vida de los bolivianos, entre los m¨¢s pobres del planeta. De las protestas aflor¨® una inesperada bandera de lucha que ha sido asumida por los trabajadores y campesinos con vehemencia y pasi¨®n: el gas natural descubierto en Bolivia en la ¨²ltima d¨¦cada y cuyas reservas est¨¢n entre las mayores del continente. Y corri¨® tambi¨¦n un preocupante lema entre los marchistas: "guerra civil".
El gas ha centrado en los dos ¨²ltimos a?os la pol¨¦mica en ¨¢mbitos pol¨ªticos y econ¨®micos bolivianos, y ahora cobra fuerza en el ¨¢mbito ciudadano. El punto de mayor controversia es qu¨¦ puerto, si chileno o peruano, se va a utilizar para la exportaci¨®n del gas, ya que Bolivia carece de acceso al mar desde la guerra de 1879, en la que perdi¨® su territorio costero frente a Chile y que ha quedado como una herida abierta en el pa¨ªs del altiplano.
Las posiciones de muchos sectores tradicionalmente antichilenos han cobrado tal fuerza que los principales opositores al Gobierno han condicionado ya la continuidad de S¨¢nchez de Lozada en la Presidencia a su decisi¨®n de vender gas a trav¨¦s de Chile. "Si es as¨ª, tiene que irse a su casa", dijo el diputado y l¨ªder de los cocaleros Evo Morales, jefe tambi¨¦n del mayor partido de oposici¨®n, el Movimiento al Socialismo (MAS), que no concibe beneficiar a Chile ni utilizando sus puertos, ni d¨¢ndole gas, ni instalando plantas de procesamiento para transportar el hidrocarburo por v¨ªa mar¨ªtima.
El Gobierno boliviano considera crucial para su deteriorada econom¨ªa la exportaci¨®n de gas -que se vende ya a Brasil- a EE UU y a otras naciones de la regi¨®n, entre ellas M¨¦xico, Chile y Paraguay, como un primer paso para conseguir los recursos suficientes que den un impulso a la econom¨ªa y mejoren el nivel de vida de los bolivianos. A pesar de la existencia de un potencial mercado en el Estado norteamericano de California, las multinacionales interesadas en llevar gas boliviano no han suscrito a¨²n acuerdos de venta, por lo que tampoco el Gobierno ha adoptado decisiones hasta ahora.
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