Triple pista en Fuengirola
La investigaci¨®n de tres agresiones condujo indirectamente a la polic¨ªa hasta King
La polic¨ªa sospech¨® de un hecho poco usual el pasado 12 de agosto: tres j¨®venes hab¨ªan sido salvajemente agredidas en Fuengirola entre los d¨ªas 10 y 11 y no pod¨ªan recordar si a la agresi¨®n sigui¨® un intento de violaci¨®n. Apenas pod¨ªan reconocer alg¨²n rasgo de la identidad del agresor por el aturdimiento y la sorpresa del asalto. Una de ellas estaba ingresada en la unidad de cuidados intensivos del hospital de la localidad. Todas ellas sufr¨ªan fuertes golpes en la cara, en la boca y en la cabeza. No mediaron palabras cuando fueron sorprendidas. Dos de los asaltos se hab¨ªan producido con apenas media hora de diferencia. La polic¨ªa decidi¨® trabajar sobre la hip¨®tesis de que tales asaltos pod¨ªan ser obra de una misma persona, un presunto agresor sexual que actuaba con una violencia fuera de lo normal.
La comisar¨ªa de M¨¢laga dio ¨®rdenes espec¨ªficas a sus unidades de que estuviesen vigilantes ante cualquier hecho o sospecha que pudiera tener alguna relaci¨®n con estos sucesos. Se busc¨® en la base de datos la identidad de individuos con antecedentes por agresi¨®n sexual que vivieran por los alrededores, se rastre¨® incluso entre antiguos reclusos que pudieran responder a ese perfil. El d¨ªa 14 de agosto desapareci¨® Sonia Carabantes en la localidad de Co¨ªn, pero ese hecho qued¨® al margen de la investigaci¨®n: era competencia de la Guardia civil y nada m¨¢s se sab¨ªa por el momento. Cuando d¨ªas despu¨¦s fue hallado el cuerpo de Sonia Carabantes, la polic¨ªa tom¨® en consideraci¨®n algunos detalles ofrecidos por los forenses, como el hecho de que Sonia tuviera rota una clav¨ªcula, se?al de que hab¨ªa sido fuertemente golpeada. Alg¨²n miembro de los equipos de investigaci¨®n tuvo la intuici¨®n de que pudiera existir alguna relaci¨®n entre todos esos casos, siquiera fuera por la coincidencia en las fechas.
En la b¨²squeda de individuos sospechosos localizaron a un ciudadano holand¨¦s con antecedentes por agresi¨®n sexual que parec¨ªa haber trabajado en Co¨ªn en fechas pr¨®ximas a la desaparici¨®n de Sonia. Esa informaci¨®n fue trasladada a la Guardia civil, quien comprob¨® que el holand¨¦s no coincidi¨® con Sonia porque acudi¨® a Co¨ªn en fechas posteriores a su desaparici¨®n.
Las ¨®rdenes del comisario jefe eran muy precisas: hab¨ªa que comprobar todas y cada una de las informaciones que se fueran recibiendo por irrelevantes que parecieran. Era una orden machacona, una manera de mantener la tensi¨®n en la investigaci¨®n. Se trabaj¨® tambi¨¦n con otra hip¨®tesis, como era el caso de la coincidencia en la celebraci¨®n de fiestas patronales con la desaparici¨®n de Roc¨ªo Wanninkhof en Mijas, Sonia Carabantes en Co¨ªn y Mar¨ªa Teresa Fern¨¢ndez en Motril. Era la primera vez que la polic¨ªa un¨ªa estos tres apellidos. Era una posibilidad: en muchas ocasiones, junto a los feriantes se desplazan individuos que est¨¢n en busca y captura por diferentes delitos, as¨ª que se procedi¨® a cruzar datos de los feriantes para observar coincidencias.
En ese cruce de datos e informaciones que no parec¨ªan dar todav¨ªa ning¨²n resultado, surgi¨® el comentario de un polic¨ªa a quien una amiga le hab¨ªa asegurado que su marido lleg¨® a casa con las manos y la ropa manchadas de sangre hace cuatro a?os cuando el caso Wanninkhof. Esa mujer ten¨ªa miedo de que su marido le arrebatara a su hija. Hab¨ªa despertado a ese recuerdo con la noticia de la muerte de Sonia Carabantes. Se trataba de una informaci¨®n muy antigua, que no deb¨ªa tener relaci¨®n con el caso en vigor, un hilo aparentemente muy d¨¦bil, pero se decidi¨® comprobarlo: hubo una segunda entrevista con esa mujer.
De la conversaci¨®n surgi¨® un nombre, el de Tony Alexander King, y un dato impreciso sobre su domicilio actual, en Alhaur¨ªn el Grande. La polic¨ªa reclam¨® informaci¨®n de un agregado brit¨¢nico en M¨¢laga y ¨¦ste confirm¨®, sin mayor precisi¨®n, que dicha persona ten¨ªa antecedentes por agresi¨®n sexual. Era una pista como tantas otras que hab¨ªan tenido hasta la fecha. Llegado el 1 de septiembre se supo que el ADN del presunto asesino de Sonia Carabantes coincid¨ªa con restos de ADN de un cigarrillo encontrado junto al cad¨¢ver de Roc¨ªo Wanninkhof. Como quiera que en este segundo caso el cad¨¢ver de Sonia apareci¨® con las piernas abiertas, se ampli¨® la b¨²squeda de informaci¨®n en los bancos de datos sobre individuos con antecedentes por necrofilia.
Encontrar a Tony Alexander King en Alhaur¨ªn cost¨® unos d¨ªas, hasta que se localiz¨® su lugar de trabajo y su domicilio, un piso en el interior de un colegio. Se supo tambi¨¦n que este hombre de aspecto corpulento viv¨ªa en compa?¨ªa de una mujer con tres hijos, dos de ellos adolescentes, pero nada hac¨ªa sospechar de su comportamiento salvo sus antecedentes. Tampoco fumaba Royal Crown, la marca de cigarrillos encontrada al lado del cad¨¢ver de Roc¨ªo Wanninkof, sino LM Light. Se le someti¨® a una discreta vigilancia. No ten¨ªan datos sobre su presencia en Co¨ªn coincidiendo con la celebraci¨®n de la feria.
Parachoques
Durante la vigilancia, Tony Alexander King utiliz¨® su coche, y fue un detalle el que alert¨® definitivamente a la polic¨ªa: le faltaba un trozo de tulipa en el parachoques, uno de los objetos que se hab¨ªan encontrado junto al lugar donde hab¨ªa desaparecido Sonia Carabantes. Una consulta a la Guardia Civil permiti¨® cotejar las caracter¨ªsticas de dicha tulipa y concluir que concordaban con las de ese veh¨ªculo. Quiz¨¢s no era el hombre que estaban buscando a mediados de agosto, el responsable de los asaltos a las tres j¨®venes de Fuengirola, pero ten¨ªa muchas explicaciones que dar sobre sucesos mucho m¨¢s graves. Se procedi¨® a su detenci¨®n y, en muy pocas horas, todas las piezas encajaron: el coche, adem¨¢s, ten¨ªa visibles manchas de sangre, sobre todo en el asiento trasero y en el interior del maletero. Era la sangre de Sonia Carabantes. Ahora la polic¨ªa volver¨¢ atr¨¢s sobre aquellos tres casos de Fuengirola que llevaron a King: es probable que el resultado sea negativo y que haya que seguir insistiendo. Seguir¨¢ siendo un caso abierto.
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