Crecimiento y estabilidad

De las previsiones recientes del Fondo Monetario se deduce que Europa, en particular la eurozona, crecer¨¢ poco en 2004. Europa seguir¨¢ a la zaga en productividad, fundamento esencial de los prop¨®sitos definidos en la agenda de la Cumbre de Lisboa y base de la prosperidad de cualquier econom¨ªa. El FMI, poco sospechoso de heterodoxia, acaba de sugerir una vez m¨¢s la flexibilizaci¨®n de las restricciones respecto del d¨¦ficit p¨²blico, como condici¨®n para que la zona euro no obstaculice la esperada recuperaci¨®n de la econom¨ªa mundial.

Nadie cuestiona que en la Uni¨®n Monetaria existan mecanismos que eviten un descontrol de las finanzas p¨²blicas; pero han de utilizarse con la suficiente flexibilidad y particularizando en funci¨®n de las carencias de capital de los pa¨ªses. La formulaci¨®n actual del Pacto de Estabilidad, y no digamos su versi¨®n espa?ola, son mecanismos m¨¢s cercanos al masoquismo econ¨®mico que a la racionalidad presupuestaria.

La inversi¨®n es la precondici¨®n para que, adem¨¢s de crecimiento, aumente la productividad. El protagonismo de la inversi¨®n privada no ha de excluir la iniciativa dinamizadora de la p¨²blica. La reciente iniciativa franco-alemana de llevar a cabo proyectos de inversi¨®n p¨²blica en ¨¢reas en las que Europa mantiene un evidente retraso frente a EE UU o que son deseables con vistas al fortalecimiento del mercado ¨²nico, es de todo punto id¨®nea; sobre todo si se plantea como complementaria de las reformas estructurales necesarias en la pr¨¢ctica totalidad de los pa¨ªses de la regi¨®n.

Orientar las finanzas p¨²blicas hacia su saneamiento (sin sacrificar la recuperaci¨®n), reformar mercados y sectores y fortalecer el stock de capital (tecnol¨®gico y humano) p¨²blico y privado son objetivos absolutamente compatibles. Enfrentarlos no s¨®lo es un error t¨¦cnico, sino una forma de eludir el necesario debate de pol¨ªtica econ¨®mica en Europa y en Espa?a. La iniciativa de Par¨ªs y Berl¨ªn no s¨®lo tiene la virtud de favorecer el muy dif¨ªcil cumplimiento de la agenda de Lisboa y la de Barcelona, en la que se renov¨® el compromiso por la investigaci¨®n, sino que adem¨¢s sit¨²a el pr¨®ximo debate presupuestario en los diversos pa¨ªses de la UE en un contexto menos simplista que el actual. Saneamiento y crecimiento son compatibles.