La Guardia Civil

La posible propuesta socialista de unificar Polic¨ªa y Guardia Civil es tan sensata que no s¨¦ si prosperar¨¢. Son visibles las ventajas; pero supone la disoluci¨®n de la Guardia Civil, y hasta ahora nadie se ha atrevido a tanto; ni la Rep¨²blica, que la sigui¨® utilizando como arma represora. Naturalmente, la primera respuesta del PP -partiendo del ministro del Interior- es negativa; y no alude a la calidad simb¨®lica del tricornio porque es negativa en el imaginario popular, sino a la t¨¦cnica dif¨ªcilmente defendible de la necesidad de los dos cuerpos separados. Su sistema de propaganda tiene dos bases: que todo lo que propongan los socialistas es err¨®neo y atiende m¨¢s a sus intereses espurios que al bien de Espa?a, y que es un ataque m¨¢s al Gobierno, y forma parte de la campa?a contra el orden. En este caso, la oportunidad -acusan- es la de las err¨®neas direcciones de los asuntos de las j¨®venes asesinadas en la provincia de M¨¢laga: el Gobierno prefiere depositar todos los disparates de esos asuntos en la idea democr¨¢tica del jurado. Insistiendo m¨¢s en el mismo punto, Acebes alude a la campa?a "contra el Ministerio del Interior" (El Mundo, ayer); y l¨®gicamente esa campa?a ser¨ªa af¨ªn a la del terrorismo, de manera que una vez m¨¢s esgrime su idea b¨¢sica de que los socialistas act¨²an en contra de su manera de extinguir esa plaga, que no puede ser m¨¢s que la derrota. Se podr¨ªa arg¨¹ir que est¨¢ bien, que le derroten de una vez: pero eso no sucede. No pueden, no saben; y a veces se piensa que no quieren, porque en esa forma de civilizaci¨®n imperial se basan para todo. En un pa¨ªs donde esa misma derecha peleona y aguerrida contribuye a que sea m¨¢s bien inculto -y lo inculto se apoya siempre en la tradici¨®n-, la posibilidad de que la Guardia Civil, con todas sus contradicciones internas, quede disuelta no se aclara mucho.

Parece que, al proponer la fusi¨®n, tiene una audacia y una decisi¨®n que no son frecuentes en el partido; pero no hay seguridad de que suponga un valor electoral. No importa: la izquierda debe reanudarse sobre sus principios. No est¨¢n en alza. Los olfateos de una mayor¨ªa electoral en formaci¨®n que favorecer¨ªa a la derecha en las dos elecciones primordiales -Madrid, Espa?a- que se avecinan corresponde al asentamiento conservador de los ¨²ltimos a?os.