La diplomacia paralela de Laura Bush
La esposa del presidente formaliza el regreso de EE UU a la Unesco
Laura Bush abandon¨® ayer el papel de esposa modelo jugado hasta ahora junto a su marido y ofici¨® en Par¨ªs una especie de diplomacia paralela a la de Colin Powell y los suyos. Si George W. Bush y Jacques Chirac no se entienden a prop¨®sito de Irak, el presidente franc¨¦s bes¨® la mano de la primera dama norteamericana y ¨¦sta calific¨® de "¨ªntima" la amistad franco-norteamericana; y si Ronald Reagan orden¨® la retirada de su pa¨ªs de la Unesco, hace 19 a?os, ella certific¨® ayer la vuelta de su pa¨ªs a la organizaci¨®n mundial para la educaci¨®n, la ciencia y la cultura.
Lo primero que hizo ayer fue acudir al palacio de El El¨ªseo, en una limusina trasladada ex profeso desde Estados Unidos. El presidente Chirac le recibi¨® en la explanada que da acceso al palacio y le bes¨® protocolariamente la mano, antes de charlar durante cuarenta minutos para subrayar este peque?o paso hacia la reconciliaci¨®n bilateral.
Completar¨¢ cinco d¨ªas de mensajes a los pa¨ªses que su marido necesita para salir bien de la aventura iraqu¨ª
El embajador estadounidense asegur¨® a Chirac que su presidente hab¨ªa enviado "el emisario m¨¢s importante que pod¨ªa enviar", en alusi¨®n a Laura Bush. ?Chirac lo habr¨¢ cre¨ªdo as¨ª? Su portavoz asegur¨® que el presidente franc¨¦s se hab¨ªa mostrado "muy sensible" a la designaci¨®n, un ambiguo comentario que no permite precisar si le ha parecido bien o mal. Otros pa¨ªses se hacen representar en la conferencia general de la Unesco por 5 jefes de Estado y 300 ministros.
Pero Chirac no puede extra?arse de que una persona sin rango oficial -salvo la consideraci¨®n de primera dama- ejerza tareas pol¨ªticas. La propia esposa del presidente franc¨¦s, Bernardette Chirac, lleva un par de a?os muy activos en asuntos pol¨ªticos y sociales. Y Cecilia Sarkozy, esposa del ministro del Interior, medita la posibilidad de imitar a Ana Botella y presentarse como candidata a las elecciones regionales del a?o que viene. Para los Sarkozy, la pol¨ªtica es un oficio tan duro que la carga debe repartirse en familia, un poco al modo de Bush, quien alude a Laura como su "arma secreta" en la victoria electoral de 2000.
A corto plazo, el regreso de Washington a la Unesco implica un cheque de 5,5 millones de d¨®lares, casi el 10% de la cuota anual que pagar¨¢ como miembro de la organizaci¨®n. Los 53 millones de d¨®lares anuales que aportar¨¢ le dan derecho a pedir prioridades. Para Laura Bush, ex profesora y bibliotecaria, hay que luchar contra el terrorismo por la v¨ªa de la educaci¨®n. Cit¨® la ense?anza primaria, "sobre todo de las ni?as", recordando que ellas constituyen el 60% de los 100 millones de ni?os que no van a la escuela en el mundo. E invit¨® a la Unesco a "ayudar a mantener la paz, extendiendo los valores que ayudar¨¢n a derrotar al terrorismo y conducir a un mundo mejor y m¨¢s seguro: educaci¨®n, tolerancia, respeto de la vida humana y de las diferencias".
Un reconocimiento, a fin de cuentas, de que la seguridad no debe ser la ¨²nica obsesi¨®n de la pol¨ªtica exterior de Estados Unidos. Con la mano en el coraz¨®n asisti¨® al momento en que la bandera de su pa¨ªs fue izada entre las de los otros 189 pa¨ªses miembros, en el exterior del espantoso edificio que sirve de sede a la Unesco en la capital francesa. Estados Unidos se retir¨® en 1984 acusando a la organizaci¨®n de llevar una l¨ªnea tercermundista, antinorteamericana y peligrosa para la libertad de prensa, pero el actual director general, Ko?chiro Matsuura, se felicit¨® de la llegada de los dos nuevos miembros -el otro es Timor Oriental- como "un paso decisivo hacia la universalidad".
Laura Bush continuar¨¢ viaje a Mosc¨², completando as¨ª cinco d¨ªas de mensajes a esos pa¨ªses a los que su marido necesita para salir con bien de la aventura iraqu¨ª. En los medios de comunicaci¨®n s¨®lo se habla de movimientos de tropas y de atentados, pero Laura Bush asegur¨® en Par¨ªs que las fuerzas de la coalici¨®n trabajan "con 36.000 iraqu¨ªes" para que 1.600 escuelas de ese pa¨ªs vuelvan a prestar servicio, insinuando la gran tarea de reconstrucci¨®n que le espera a la Unesco, ahora que Washington ha regresado a esta casa.
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