El d¨ªa que Yeltsin someti¨® al Parlamento
El Kremlin orden¨® hace 10 a?os el bombardeo de la Duma, donde se hab¨ªan atrincherado los nost¨¢lgicos del comunismo
R¨¢fagas de metralleta retumbaron frente a la alcald¨ªa de Mosc¨². En el centro de televisi¨®n de Ost¨¢nkino, los asaltantes, repelidos a tiros, retrocedieron dejando cad¨¢veres tras de s¨ª. Antes, una multitud furiosa avanz¨® incontenible por el anillo de circunvalaci¨®n y los escudos plateados de los desmoralizados polic¨ªas volaron por los aires sobre el r¨ªo Moscova.
Rusia se enfrentaba al desenlace de la gran pugna que hab¨ªa envenenado las relaciones entre los vencedores del golpe de Estado de 1991. Por un lado, el presidente de Rusia, Bor¨ªs Yeltsin. Por otro, su vicepresidente, el general veterano de Afganist¨¢n Alexandr Rutsk¨®i, y el jefe del S¨®viet Supremo (Parlamento permanente), el checheno Rusl¨¢n Jasbul¨¢tov. Aquellos pol¨ªticos celebraron juntos el derrumbe del comunismo, pero fueron incapaces de una convivencia productiva. Desde el oto?o de 1992, por lo menos, los yeltsinistas intentaron presentar sus relaciones con Rutsk¨®i y Jasbul¨¢tov como un enfrentamiento entre dem¨®cratas y nost¨¢lgicos del comunismo. La victoria se decidi¨® a favor de los primeros en la madrugada del 4 de octubre, cuando Yeltsin orden¨® asaltar el Parlamento, donde se hab¨ªan atrincherado sus adversarios.
Decenas de personas murieron en el ataque que propici¨® despu¨¦s un r¨¦gimen presidencialista
La pugna entre Yeltsin y Rutsk¨®i ocurri¨® sobre la resaca de la desintegraci¨®n del pa¨ªs
Tras los esquemas maniqueos hab¨ªa gentes con ideas primitivas de la pol¨ªtica ajenos a los mecanismos de consenso de una democracia. S¨®lo hasta cierto punto tend¨ªan hacia dos modelos distintos de desarrollo: liberalismo, por parte de los yeltsinistas, o alg¨²n tipo de socialismo, por parte de Jasbul¨¢tov y Rutsk¨®i. La pugna, marcada por ambiciones personales, ocurr¨ªa sobre la resaca de la desintegraci¨®n del pa¨ªs y las duras secuelas sociales de la liberalizaci¨®n de los precios en 1992. Durante mucho tiempo, los yeltsinistas insistieron en que los partidarios del Parlamento eran marginales opuestos al progreso.
Ambas partes urd¨ªan planes para eliminarse. En marzo, Yeltsin trat¨® de disolver el Congreso de los Diputados Populares de la URSS (el superparlamento no permanente). El Congreso le respondi¨® con la misma moneda. El 21 de septiembre, el presidente, excedi¨¦ndose en sus competencias constitucionales, firm¨® el decreto 1.400, por el cual disolv¨ªa el sistema parlamentario heredado de la ¨¦poca sovi¨¦tica. Rutsk¨®i y Jasbul¨¢tov se opusieron. El primero asumi¨® competencias presidenciales y el segundo renov¨® el procedimiento para destituir a Yeltsin, con el apoyo del Tribunal Constitucional. La tensi¨®n se extend¨ªa por las provincias, mientras Jasbul¨¢tov, Rutsk¨®i y sus seguidores resist¨ªan desde el Parlamento. La Casa Blanca, sede parlamentaria entonces, se convirti¨® en meca de las v¨ªctimas del naufragio sovi¨¦tico. Veteranos de las zonas conflictivas como el Transdniester o Abj¨¢sia, conviv¨ªan con sacerdotes ortodoxos, jubilados y j¨®venes neonazis, y todos eran bombardeados por los insoportables ritmos que surg¨ªan de los altavoces de una tanqueta amarilla. En el interior del edificio asediado, la Administraci¨®n presidencial cortaba paulatinamente el tel¨¦fono, la electricidad y el agua. La mediaci¨®n de la Iglesia ortodoxa rusa no dio resultado y en la ma?ana del 3 de octubre, la situaci¨®n se descontrol¨®. Las fuerzas del Ministerio del Interior fueron incapaces de contener a la multitud, que se agolp¨® junto a la Casa Blanca. Fue entonces cuando Rutsk¨®i, desencajado, la exhort¨® a tomar los estudios centrales de la televisi¨®n en Ost¨¢nkino. El asalto dej¨® varias decenas de muertos. En la madrugada del 4 de octubre Yeltsin acudi¨® al Ministerio de Defensa y pidi¨® al ministro, P¨¢vel Grashov, que tomara la Casa Blanca. El ministro pidi¨® la orden por escrito. "Vi que el Ej¨¦rcito, pese a todas las promesas del ministro de Defensa, no estaba en condiciones de ponerse de inmediato a la defensa de Mosc¨²", escribi¨® Yeltsin en sus memorias. Tras alegar que los tanquistas estaban cosechando patatas, el jefe del Estado Mayor encontr¨® oficiales que cumplieron la orden de disparar desde los tanques apostados frente a la Casa Blanca y dejaron enormes boquetes negros en su fachada. Por la tarde, una vez liquidada la resistencia, Jasbul¨¢tov y Rusk¨®i y otros dirigentes del Parlamento fueron trasladados a la prisi¨®n de Lef¨®rtovo, donde estuvieron hasta la amnist¨ªa de febrero de 1994. Seg¨²n los responsables de la instrucci¨®n del caso, durante el 3 y el 4 de octubre por lo menos hubo 123 muertos, pero a¨²n sigue habiendo discrepancias.
"Estoy convencido de que hubiera sido posible evitar el fratricidio si hubiera sonado una voz a tiempo que advirtiera a los ciudadanos de Rusia de los pasos fatales de la gente encerrada en los pasillos del poder que llevaban a enfrentamientos de consecuencias imprevisibles", afirmaba el fil¨®sofo Mija¨ªl Gefter, el coordinador de aquella investigaci¨®n, en su carta de renuncia como miembro de un consejo de asesores de Yeltsin.
Seg¨²n una reciente encuesta del Fondo Opini¨®n P¨²blica, el 27% de los rusos cree que la raz¨®n estaba de parte del S¨®viet Supremo, mientras el 14% piensa que estaba de parte del presidente y el 20% opina que ninguna de las partes ten¨ªa raz¨®n. El 72%, sin embargo, ha olvidado qui¨¦n dirig¨ªa entonces el Parlamento.
Tras la victoria, Yeltsin se asegur¨® de que la nueva Constituci¨®n presidencialista diera un papel subordinado al Parlamento. La ley fundamental se aprob¨® en diciembre de 1993 en un refer¨¦ndum de dudosa legalidad ante el que Occidente cerr¨® los ojos. El modelo legitimado entonces ha permitido renovar la Duma Estatal en tres ocasiones (1993, 1996 y 1999), pero se ha convertido en un freno para la modernizaci¨®n. El serio retroceso de los liberales en los comicios de 1993 oblig¨® a los vencedores de octubre a incorporar los s¨ªmbolos y las consignas de los vencidos en su propio programa pol¨ªtico. En este sentido, Vlad¨ªmir Putin es ya un producto de s¨ªntesis.
En cuanto a los principales protagonistas, Rutsk¨®i est¨¢ involucrado en esc¨¢ndalos financieros de su ¨¦poca de gobernador de la provincia de Kursk, de 1996 a 2000. Jasbul¨¢tov es profesor de Derecho y Val¨¦ri Zorkin, que era el presidente del Tribunal Constitucional en 1993, volvi¨® a ocupar este cargo el pasado febrero. Una gruesa verja fue construida alrededor de la Casa Blanca, restaurada y convertida en sede del Gobierno.
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