"Nuestra idea es que haya una alternativa a la pena de c¨¢rcel"

En su intervenci¨®n la semana pasada ante la Asamblea General de la ONU, el presidente de Colombia, ?lvaro Uribe, defendi¨® un proyecto de ley que establece la suspensi¨®n de penas de c¨¢rcel para los delitos, incluso los m¨¢s atroces, cometidos por los grupos paramilitares y por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n Nacional (ELN). La inhabilitaci¨®n para ser elegido o la prohibici¨®n de residir en ciertos lugares o aproximarse a sus v¨ªctimas son los castigos que sustituir¨ªan a las penas de presidio. "La paz definitiva es la mejor justicia", dijo Uribe. Los detractores de la iniciativa, algunos partidarios del presidente, aseguran que es una "impunidad disfrazada" y que las "atrocidades deben significar prisi¨®n". El art¨ªfice de la Ley de Alternatividad Penal es el comisionado para la Paz, Luis Carlos Restrepo.

Pregunta. No falta quien califica las penas alternativas a la c¨¢rcel como una ridiculez jur¨ªdica. Y la ONU asegura que se corre el peligro de la impunidad porque no hay reparaci¨®n a las v¨ªctimas.

Respuesta. Lo importante no es castigar al victimario, sino reparar a la sociedad y a la v¨ªctima. La consecuci¨®n de la paz la entendemos como la reparaci¨®n de la sociedad. Si una persona que pertenece a un grupo armado nos ayuda efectivamente a desmontar su organizaci¨®n creemos que ¨¦sa es una reparaci¨®n eficaz a la sociedad. Si adem¨¢s esa persona puede contribuir, de manera material o simb¨®lica, a la reparaci¨®n de las v¨ªctimas, completamos de manera plena el horizonte de la reparaci¨®n. El proyecto de ley deja en manos del juez las decisiones. Lo que no compartimos es que vayamos en contra del principio filos¨®fico fundamental que es buscarle una alternativa a la pena de c¨¢rcel.

P. ?No acepta que al menos paguen parte de la condena?

R. No, nuestra idea es que haya una alternativa a la pena de c¨¢rcel.

P. ?C¨®mo se explica que Carlos Casta?o, jefe paramilitar con 27 ¨®rdenes de captura por masacres y asesinatos, o Jorge Brice?o, comandante de las FARC, queden libres a cambio de comprometerse a no ir a determinado lugar del pa¨ªs?

R. Nosotros tenemos que buscar una alternativa para esas personas que han cometido delitos atroces. Sin esto no puede haber una negociaci¨®n efectiva y s¨®lo queda la opci¨®n militar. El mundo nos pide que exploremos la salida negociada. Estos se?ores no van a negociar para ir a la c¨¢rcel. Este instrumento nos permite asegurar un pleno esclarecimiento de los hechos, pues exige al desmovilizado confesar sus delitos. No va a haber impunidad.

P. ?Hasta qu¨¦ punto se puede decir que esas investigaciones se van a cumplir en un pa¨ªs en el que hay tanta impunidad?

R. Lo que pretendemos con esta ley es fortalecer la justicia reduciendo el conflicto. Como no va a haber una amnist¨ªa global, las instituciones judiciales van a mantener plena capacidad de investigaci¨®n. Por eso, no hay perd¨®n ni olvido.

P. En El Salvador fue muy importante la comisi¨®n de la verdad, ?no se ha pensado en esto?

R. Las comisiones de la verdad son extrajudiciales, propias de pa¨ªses donde la justicia est¨¢ colapsada. Por esa raz¨®n excluimos esta posibilidad. El gran problema que tenemos es que por el poder de estas organizaciones armadas ha sido pr¨¢cticamente imposible detenerlos y llevarlos a las c¨¢rceles. Lo que queremos es que colaboren a desmontar su organizaci¨®n.

P. Otro riesgo es que se puedan cobijar otro tipo de delitos como el narcotr¨¢fico.

R. Es muy dif¨ªcil encontrar un jefe de una organizaci¨®n armada en Colombia que no tenga de una u otra forma responsabilidad en el narcotr¨¢fico. Pero de manera pragm¨¢tica s¨ª hay una distinci¨®n: las autodefensas se definen por una actividad antisubversiva, y la guerrilla por un prop¨®sito antiestatal. Aunque act¨²en como una mafia por momentos y se alimenten del narcotr¨¢fico, es evidente que tienen otro prop¨®sito. Con organizaciones de narcotraficantes no vamos a negociar.

P. ?Cree que alg¨²n jefe de las FARC o del ELN se entregar¨¢?

R. S¨ª. Mucha gente me ha dicho que a los miembros de la guerrilla no les interesa su situaci¨®n judicial. Es falso. No ofrecer alternativas judiciales a los miembros de la guerrilla es incitarlos a que sigan pensando que el ¨²nico camino es derrocar el sistema.