"En las improvisaciones est¨¢ siempre la pregunta ?c¨®mo vamos a salir de ¨¦sta?"
Siempre quise tocar el piano, pero en mi casa no hab¨ªa. S¨ª lo ten¨ªan en la de mis abuelos y en la de una t¨ªa, y cuando ve¨ªa tocar a mis t¨ªos yo aspiraba a hacerlo. Mis padres me inscribieron en el conservatorio a los nueve a?os para ver c¨®mo iba antes de invertir en un piano. Para practicar me dibujaba las teclas sobre una cartulina. Pod¨ªa o¨ªr en mi cabeza los sonidos de lo que estaba tocando", cuenta. "Un a?o despu¨¦s, como premio, se metieron en comprar uno, que todav¨ªa est¨¢ en casa de mi madre".
Live at the Blue Note es su primer directo. "La raz¨®n principal, aunque parezca incre¨ªble, es que una cl¨¢usula en mis anteriores contratos no me lo permit¨ªa. Alegaban que los discos en directo no vend¨ªan tanto como los grabados en estudio, pero los aficionados me lo ped¨ªan desde hace diez a?os". No se ha privado en la duraci¨®n: dos horas y quince minutos en un doble compacto. "El presidente de Telarc me dijo: 'Si llevan diez a?os esperando hay que darles un banquete musical'. Y propuso grabar los dos pases de la actuaci¨®n". Michel Camilo confiesa que "en las improvisaciones est¨¢ siempre en el aire la pregunta ?c¨®mo vamos a salir de ¨¦sta? Hay piezas que nunca hab¨ªamos tocado delante del p¨²blico y nos lanzamos sin paraca¨ªdas", dice riendo.
El disco se grab¨® en Nueva York, en marzo de 2003. "La primera noche apareci¨® Bush en televisi¨®n declarando la guerra a Irak. Pensamos que no vendr¨ªa nadie, pero tuvimos el club lleno. Parece que el p¨²blico quer¨ªa escapar un poco de la cruda realidad del momento". Est¨¢n Charles Flores, en lugar de Anthony Jackson, al contrabajo y, a la bater¨ªa, Horacio, El Negro Hern¨¢ndez, que pese al apodo es de raza blanca: una secci¨®n r¨ªtmica cubana. "Hay qu¨ªmica entre ellos. Una qu¨ªmica muy caribe?a, muy latina, muy especial. La clave est¨¢ profunda como decimos nosotros".
Hay 16 obras del pianista -la mitad in¨¦ditas- y dos versiones: Tequila y Blue bossa. "De vez en cuando nos reunimos en mi casa. Las chicas nos hacen un arroz caldoso y nosotros estamos oyendo m¨²sica o tocando. Somos grandes amantes del Margarita, as¨ª que se me ocurri¨® que pod¨ªamos tocar Tequila. Mientras prepar¨¢bamos los tragos me invent¨¦ el arreglo. Est¨¢bamos bregando con el metro porque est¨¢ en 7/8 que no es lo acostumbrado y mucho m¨¢s lento que el original. Sandra, Margareth y Miriam, nuestras esposas, salieron de la cocina diciendo que les encantaba".
"Inicialmente era la ¨²nica pieza que no iba a ser original m¨ªa. ?Qu¨¦ pas¨®? Que un se?or se par¨® en medio de la grabaci¨®n y dijo 'hoy es mi cumplea?os, he tra¨ªdo a todos mis amigos, y vinimos especialmente a o¨ªrte tocar Blue bossa. Tienes que toc¨¢rmela como regalo'. Lo que hice fue, en vez de empezar por Blue bossa, hacerlo por el Happy Birthday"
, cuenta Michel Camilo (Santo Domingo, 1954), que ha escrito las bandas sonoras de Two Much, Amo tu cama rica o Los peores a?os de nuestra vida.
Lleg¨® a Nueva York en 1979, como pianista de bebop, para ampliar estudios en Juilliard y Mannes. All¨ª, parad¨®jicamente, recuperar¨ªa sus otras ra¨ªces: "Sent¨ª una nostalgia inmensa en la gran urbe por mi gente, mi cultura, mis amigos. En mi familia hay compositores de merengues y boleros". Mario Rivera, el saxo tenor domininicano, le recomend¨® a Tito Puente para tocar en la orquesta de ¨¦ste una noche de 1983 en Montreal. "Entre el p¨²blico se encontraba Paquito D'Rivera y me ofreci¨® ser pianista en su grupo. Justo antes de debutar con ¨¦l en un club de Nueva York me dijo: '?yeme, en mi grupo no hay problemas de celos. Simplemente toca, no te eximas de nada'. Y eso es muy raro en el mundo del jazz. Paquito era un l¨ªder muy generoso. Llamaba a su grupo la escuelita y todos aprend¨ªan de todos".
Este a?o ha dado clases magistrales en la Berklee de Boston, seminarios en Valencia y Bilbao, y antes estuvo dos veces en Montreux. "Siempre digo que el que m¨¢s aprende soy yo porque tener que explicar lo que hago y tener que contestar preguntas te fuerza a conceptualizar lo que dabas por sentado. Y uno descubre que detr¨¢s de ese instinto existe un sistema", afirma.
Michel Camilo s¨ª es profeta en su tierra. En 2001 recibi¨® la Gran Cruz de Plata de la Orden de Duarte, S¨¢nchez y Mella, "la condecoraci¨®n m¨¢s alta del pa¨ªs". "El presidente de la Rep¨²blica rompi¨® el protocolo y me impuso la banda con la medalla en el escenario del Teatro Nacional ante la audiencia y la Orquesta Sinf¨®nica Nacional. Fue muy especial porque muchos de los m¨²sicos me conoc¨ªan de cr¨ªo. Yo crec¨ª en esa sinf¨®nica. Con 16 a?os, era el m¨¢s joven, una especie de mascota".
Recuerda su concierto con la Orquesta Sinf¨®nica de la BBC. "En los famosos Proms de Londres, con el Royal Albert Hall abarrotado. Tuve que hacer tres bises. No hay sensaci¨®n igual a la de noventa m¨²sicos sobre el escenario. Como nadar en m¨²sica, porque est¨¢ a tu alrededor".
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