Un estremecimiento
Las claves de la lectura de La traviata, que, al fin, ha podido presentar el Teatro Real en versi¨®n esc¨¦nica, est¨¢n en el ¨²ltimo cuadro, el de la muerte de Violetta. Un ba?o al fondo con un espejo, una cama, una ventana. Tres focos de luz los iluminan alternativamente. Las im¨¢genes evocan, con poes¨ªa e intensidad emocional, respectivamente, el paso del tiempo, el deseo y el ansia de libertad.
Violetta ya se hab¨ªa mirado al espejo del ba?o en el descriptivo primer acto, aunque en una situaci¨®n an¨ªmica muy diferente. El viento entraba entonces parsimonioso y mov¨ªa con suavidad una cortina. El deseo estaba en efervescencia y la libertad interior lat¨ªa en el clima opresivo de Par¨ªs durante la ocupaci¨®n alemana a principios de los cuarenta. Las ventanas al exterior dejaban traslucir un fondo de melancol¨ªa en los troncos gris¨¢ceos sin ramas de la racionalista casa de campo del segundo cuadro, donde los conflictos empiezan a tomar un camino sin retorno. En el tercero no hay ventanas y el director esc¨¦nico, Pier Luigi Pizzi, hace una alegor¨ªa pict¨®rica sorprendente, inspir¨¢ndose en Cocteau, Sert e incluso Picasso, para sortear los escollos esc¨¦nicos de una situaci¨®n casi insalvable, sin caer en el exceso. La puesta en escena tiene una asombrosa unidad conceptual, con un sutil¨ªsimo tratamiento de los espacios y colores, pero, sobre todo, fija las coordenadas para la evoluci¨®n de Violetta en una atm¨®sfera de amor y dolor, pasi¨®n y desolaci¨®n, deseo y soledad.
La traviata
De Giuseppe Verdi. Director musical: Jes¨²s L¨®pez Cobos. Director de escena, escen¨®grafo y figurinista: Pier Luigi Pizzi. Con Annalisa Raspagliosi, Giuseppe Filianoti, Vittorio Vitelli, Itxaro Mentxaka y Mar¨ªa Espada, entre otros. Coro y orquesta titular del Teatro Real. Nueva producci¨®n, en colaboraci¨®n con la ABAO de Bilbao y el Gran Teatre del Liceu de Barcelona. Teatro Real, Madrid, 2 de octubre.
Y all¨ª, en esos bell¨ªsimos espacios, Violetta vive y sufre, sin perder nunca de vista la aspiraci¨®n al deseo y la libertad. Y al amor, claro. Escuchar en el ¨²ltimo acto a Annalisa Raspagliosi cantando el Addio del pasado es una experiencia conmovedora. La soprano romana es de la escuela de Kabaivanska y se nota. Cantante-actriz de instinto dram¨¢tico, va conformando su personaje paso a paso, desde la mujer de carne y hueso del primer acto a la que lucha agarr¨¢ndose a la vida en el ¨²ltimo. Emociona a base de desgarramiento, de sentimiento, de fraseo depurado en el canto y credibilidad teatral.
Da el tipo tambi¨¦n el tenor Giuseppe Filianoti, con un admirable fraseo y cierta contenci¨®n que favorece al personaje de Alfredo. M¨¢s austero se muestra Vittorio Vitelli, un Germont tal vez demasiado joven o m¨¢s bien limitado en los matices y el color. La mezzosoprano Itxaro Mentxaka, como siempre, defiende impecablemente su personaje (Flora Bervoix).
Soberbia actuaci¨®n de la Sinf¨®nica de Madrid, con un L¨®pez Cobos que dej¨® aparcada esta vez su, llam¨¦moslo as¨ª, lado metron¨®mico que desemboca inevitablemente en la monoton¨ªa, y sac¨® a la luz una enorme sensibilidad que dej¨® en la sala el sello de lo magistral. El director zamorano estuvo, como es habitual, preciso, pero adem¨¢s cre¨® atm¨®sferas evocadoras, l¨ªricas o dram¨¢ticas en funci¨®n de las situaciones, acompa?ando con delicadeza extrema a los cantantes y sacando de los instrumentistas sonoridades primorosas, tanto individualmente (qu¨¦ clarinete) o por secciones (magn¨ªfica la cuerda). El coro cumpli¨® sobradamente.
La accidentada Traviata del Real ha deparado una representaci¨®n de ¨®pera extraordinaria, con emoci¨®n y equilibrio entre escena, foso y cantantes. Las mayores ovaciones se las llevaron Annalisa Raspagliosi y Jes¨²s L¨®pez Cobos. Pier Luigi Pizzi no sali¨® a saludar, pero su Traviata es de las que hacen ¨¦poca y conecta, en cierto modo, con la hist¨®rica de su admirado Luchino Visconti, a quien rinde alg¨²n homenaje particular. ?Y Georghiu?, ?qui¨¦n se acuerda a estas alturas de la soprano rumana? Verdaderamente ha perdido la oportunidad de participar en La traviata de su vida. En fin. All¨¢ ella.

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