Castrojeriz, larga es Castilla
Encanto medieval en una parada burgalesa del Camino de Santiago
Todo en Castrojeriz se expresa en la historia. "Aqu¨ª lo que tenemos es antig¨¹edad", dice Mila, que regenta una taberna en cuyo gran sal¨®n perviven los ¨²tiles del viejo lagar, con su inmensa viga de olmo para el prensado, al lado de las botellas de whisky o de coca-cola. Dicen los del lugar que ¨¦sta era una antigua sinagoga. No es extra?o. El aspecto externo tiene un regusto a medievo. Enfrente, en una casa de entramados de madera, est¨¢ el refugio que regenta Resti, un personaje de leyenda entre los peregrinos, que no se anda con contemplaciones para que se cumpla el horario: a las 6.30 horas los despide con un desayuno de leche y galletas.
Pero puestos a hablar del peregrinaje, conviene hacer un recorrido del lugar. Poco antes de entrar a la poblaci¨®n se halla el convento de San Ant¨®n, o mejor, sus grandiosas ruinas g¨®ticas. De toda Europa se viajaba a este convento de los Antonianos, una congregaci¨®n m¨¦dico-religiosa fundada en Francia el a?o 1093 por un se?or agradecido a San Antonio porque su hijo fue curado del "mal de los ardientes", especie de gangrena denominada m¨¢s tarde fuego de San Ant¨®n.
Pero el proyecto desamortizador de Mendiz¨¢bal acab¨® con la clerec¨ªa del monasterio y lleg¨® el abandono. El peregrino que avanza hacia occidente cruza bajo las grandes arcadas que abrazan la carretera. Inmediatamente aparece la silueta del castillo, que conoci¨® a romanos, godos, ¨¢rabes y cristianos, y qued¨® duramente da?ado en el terremoto de Lisboa (en el siglo XVIII). Ahora es reino de soledades y lagartijas.
En la entrada del pueblo est¨¢ la poderosa silueta de la ex colegiata de la Virgen del Manzano. La mand¨® construir la madre del rey Fernando III, do?a Berenguela. El monumento rom¨¢nico-ojival tiene reformas posteriores. En el interior se puede apreciar su riqueza ornamental, entre la que destaca la talla de Nuestra Se?ora del Manzano, Virgen popular y milagrera de las Cantigas de Alfonso X el Sabio.
El visitante sigue por la calle principal, en medio de muchas casas abandonadas, y se encuentra pronto con el templo parroquial, Santo Domingo. Pervive su estructura recia, su robusta torre cuadrada y la sencilla y arm¨®nica portada. Sin abandonar la calle, poco m¨¢s adelante se halla la sencilla y alargada plaza Mayor, con el ayuntamiento. Bajo la recia portalada se ubican algunas tiendas, como el bazar de Amancio, donde se encuentra desde un tornillo o una cacerola hasta un recuerdo santiague?o.
Doscientos metros m¨¢s adelante, uno se topa con una gran iglesia g¨®tica de severa torre rom¨¢nica y recoleto claustro. Es San Juan. La planta es de tres naves a la misma altura. Las nervaduras de las columnas, sin capitel, se abren hacia el techo como copas de palmera que sostienen la techumbre. El claustro, cerrado al visitante, es un bello almac¨¦n de trastos y residencia de palomas. Esparcidos por los templos del lugar hay elaboradas vidrieras; magn¨ªficos tapices; estatuas rom¨¢nicas, g¨®ticas o barrocas; cuadros de artistas como Ambrosius Benson, Bronzino o Mengs; orfebrer¨ªa..., objetos que quiz¨¢ merecer¨ªan ser reunidos en alguno de los templos, ya que habitualmente est¨¢n cerrados.
Reposter¨ªa para recordar
Si el viajero callejea por la poblaci¨®n, a¨²n podr¨¢ ver algunas casas nobles, como la de los Barahona o la del Cord¨®n; restos de murallas; los vestigios g¨®ticos del monasterio franciscano, o llegar hasta el de Santa Clara, donde las monjas preparan una reposter¨ªa capaz de resucitar el ¨¢nimo del m¨¢s inapetente. Pruebe los pu?os de San Francisco; son inolvidables.
En la actualidad, Castrojeriz, al oeste de Burgos, tiene poco m¨¢s de medio millar de habitantes. Fue en el medievo la segunda ciudad de la regi¨®n en n¨²mero de hospitales de peregrinos, siete en total. Su estructura lo convierte en paradigma de pueblo lineal, alargado, abrazado a una v¨ªa de comunicaci¨®n. El auge tur¨ªstico del Camino de Santiago ha devuelto el inter¨¦s a un pueblo que merece un proyecto de revitalizaci¨®n de su valioso patrimonio.
GU?A PR?CTICA
Dormir y comer
- La Cachava (947 37 76 01). General Mola, 93. Castrojeriz. Buen hotelito, excelentemente decorado, con una atenci¨®n amable y familiar. Las habitaciones posteriores tienen una bella vista hacia la cima del castillo. La doble, 60 euros m¨¢s IVA. Comedor donde brindan sencilla cocina familiar.
- Hotel La Posada (947 37 86 10). Landelino Tardajos, 5. Castrojeriz. En el centro del pueblo. Agradable instalaci¨®n. 50 euros m¨¢s IVA.
- Restaurante El Mes¨®n de Castrojeriz (947 37 74 00).
Cord¨®n 1. Castrojeriz. Men¨², ocho euros.
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