La conjura de Carboni y C¨ªa.

Si en el Barcelona el club es el que tira del equipo de Rijkaard, que va a rebufo de las ideas de Laporta, justamente lo contrario sucede en el Valencia. M¨¢s que nunca, esta temporada. Tras la primera jornada de la Liga, con un empate (1-1) en Mestalla ante el Valladolid, el t¨¦cnico, Rafa Ben¨ªtez, y el director deportivo, Jes¨²s Garc¨ªa Pitarch, se tiraban de los pelos; el presidente, Jaime Ort¨ª, ped¨ªa paz sin convicci¨®n, y la entidad amenazaba naufragio. S¨®lo hab¨ªa una salvaci¨®n: los jugadores, que hablaron antes del siguiente partido, ante Osasuna, y llegaron a una conclusi¨®n: "Si no lo salvamos nosotros, esto se va a pique".

Al frente de la conjura se puso Carboni, el hombre con m¨¢s ascendiente en el plantel. A sus 38 a?os, ha vivido lo suficiente para saber qu¨¦ puede pasar con una sociedad endeudada hasta los dientes y que empieza a perder. Ejemplos no le faltan en Italia, donde el hist¨®rico Fiorentina se fue de pronto al garete. O el Lazio, que se sobrepuso gracias a la heroica de sus futbolistas, clasificados para la presente Champions pese a llevar meses sin cobrar.

As¨ª, pues, plantado en El Sadar una noche de septiembre, el Valencia apret¨® los dientes. Construy¨® una fortaleza en torno a Ca?izares y gan¨® de la ¨²nica manera con la que cre¨ªa que pod¨ªa ganar: por las bravas, con un gol de Baraja a la salida de un c¨®rner. Precisamente, Baraja, tras el encuentro, advirti¨® a sus superiores de que, ya que no ayudaban, por lo menos molestaran lo menos posible. Y explic¨® que esa victoria se logr¨® por sufrimiento y por cohesi¨®n.

Porque ¨¦sta es una novedad importante: Ben¨ªtez ha recuperado una unidad en la plantilla que perdi¨® cuando, el ejercicio pasado, acus¨® a algunos jugadores de escaso compromiso. Le ha bastado en la pretemporada un gesto democr¨¢tico: dej¨® de imponer a Ca?izares como capit¨¢n e hizo elecciones. Y, como los elegidos, Albelda y Baraja, gozan de muchos m¨¢s apoyos en la plantilla, la relaci¨®n con el t¨¦cnico ha mejorado mucho. Eso, tal vez, lo han notado el M¨¢laga, el Atl¨¦tico y el Madrid, que ya han claudicado ante la fuerza del grupo valencianista.