Cientos de ex militares iraqu¨ªes se enfrentan a tiros y pedradas con soldados de EE UU
Los choques en Bagdad y en Basora dejan 2 muertos y 16 heridos
Cientos de ex militares iraqu¨ªes se enfrentaron ayer a tiros y pedradas con soldados estadounidenses y polic¨ªas locales en una verdadera batalla campal en los alrededores de la plaza de Damasco, en pleno centro de Bagdad. Los enfrentamientos dejaron un muerto y 16 heridos, al menos 10 de ellos de bala, mientras todas las partes se acusaban de haber iniciado los disturbios. Es la segunda vez en menos de una semana en que las calles de la capital se convierten a plena luz del d¨ªa en el escenario de un fuerte intercambio de disparos.
Al menos 500 ex militares del Ej¨¦rcito de Sadam Husein, disuelto por la Administraci¨®n de EE UU en Irak el pasado 23 de mayo, se encontraban desde primera hora de la ma?ana de ayer haciendo cola frente al cuartel de Al Mazira, en el centro de Bagdad, donde los norteamericanos pagan sueldos y pensiones a gran parte de los funcionarios de la ciudad, incluyendo aqu¨¦llos del anterior r¨¦gimen que, como en el caso de los militares, ya no trabajan. "Los americanos los tratan muy mal. Les humillan oblig¨¢ndoles a pasar muchas horas al sol y ponen orden en las filas a bastonazos. Hay altos jefes y oficiales a los que se les hace sentir como si mendigaran su sueldo", se?al¨® Magit, un polic¨ªa de 50 a?os destinado en la estaci¨®n central de Bagdad, justo enfrente de la zona de los incidentes.
La tensi¨®n entre los ex uniformados -muchos sin camisa por el fuerte calor- fue en aumento mientras comenzaban los gritos de "?Abajo Am¨¦rica!" e incluso los "?Sadam, daremos nuestra sangre por ti!". Tras los gritos comenzaron a llover las piedras sobre los estadounidenses.
Disparos al aire
Despu¨¦s, las versiones difieren. Testigos presenciales y polic¨ªas iraqu¨ªes aseguraron que los soldados dispararon al aire para dispersar a la multitud, pero el capit¨¢n Sean Miller, encargado de acordonar la zona, asegur¨® que no hubo disparos. "Simplemente los empujamos al otro lado de la calle". Desde las filas de los manifestantes se produjeron algunos disparos contra los militares de EE UU. Para entonces, la zona -donde se juntan un mercado, una importante mezquita y la estaci¨®n de tren- era un caos de personas que buscaban refugio mientras volaban las piedras y sonaban las detonaciones.
Varias dotaciones de la nueva polic¨ªa iraqu¨ª acudieron al lugar, pero los ex soldados, mucho mejor entrenados y, sin duda, m¨¢s motivados, consiguieron arrebatar las armas a algunos polic¨ªas. Numerosos veh¨ªculos acorazados Humvee, algunos con ametralladoras de gran calibre, acudieron a reforzar a los norteamericanos y lograron dispersar a la multitud. Varios ex militares intentaron asaltar la estaci¨®n, pero fueron rechazados por la polic¨ªa de ferrocarriles, otro nuevo cuerpo creado por EE UU.
Dejando tras de s¨ª el asfalto lleno de ladrillos rotos, trozos de piedras y numerosos casquillos de bala -del calibre y tipo utilizados por las armas de los iraqu¨ªes-, los antiguos soldados de Sadam intentaron asaltar una sucursal bancaria cercana a la zona. Los polic¨ªas que custodiaban el establecimiento realizaron numerosos disparos al aire que no intimidaron a los ex militares, quienes ¨²nicamente se retiraron al ver que las armas apuntaban directamente hacia ellos.
En otro incidente similar, esta vez en la ciudad de Basora, a unos 400 kil¨®metros al sur de Bagdad, un iraqu¨ª muri¨® de un disparo en una manifestaci¨®n, tambi¨¦n de ex militares que quer¨ªan cobrar sus salarios. Fuentes militares brit¨¢nicas se?alaron que un soldado de Reino Unido abri¨® fuego en respuesta a disparos de los manifestantes. Algunos testigos aseguraron que el muerto es un polic¨ªa iraqu¨ª.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.