Se gasta mucho y mal
Responder¨¦ negativamente: Espa?a no debe gastar m¨¢s en Defensa. Y lo har¨¦ bas¨¢ndome en criterios de an¨¢lisis y evaluaci¨®n de pol¨ªticas p¨²blicas y en t¨¦rminos de eficacia y eficiencia de la pol¨ªtica de Defensa en el horizonte de los compromisos y retos del pa¨ªs en la Uni¨®n Europea.
Empezar¨¦ por acotar la pregunta y contextualizar la respuesta. Me circunscribir¨¦ al gasto p¨²blico, es decir, al decidido por el Legislativo y el Ejecutivo, y entender¨¦ "Defensa" como la capacidad de preservar el territorio y los nacionales de ataques o amenazas externas y de coadyuvar a la seguridad internacional, en funci¨®n de compromisos u obligaciones acordes con el derecho. Parto de un escenario conservador: dejo de lado la seguridad interna, no contemplo cambios en la pertenencia a organizaciones internacionales y descarto la asunci¨®n de doctrinas de seguridad ilegales, como el ataque preventivo u operaciones armadas fuera de los supuestos contemplados por Naciones Unidas. As¨ª las cosas, el gasto de Defensa espa?ol puede calificarse, en s¨ª mismo y comparativamente, de significativo y, en cuanto a su composici¨®n, orientaci¨®n y proyecci¨®n de futuro, desequilibrado, e ineficiente e ineficaz. En suma, se gasta mucho y mal.
El gasto de Defensa espa?ol puede calificarse de significativo, desequilibrado e ineficaz
Se gasta m¨¢s de lo que se dice. Por un lado, no se siguen los criterios para el c¨¢lculo y comparaci¨®n de la OTAN, que contabiliza en el apartado de gastos de personal las pensiones, y en el cap¨ªtulo de equipamiento, todo el gasto en investigaci¨®n y desarrollo, con independencia de su imputaci¨®n presupuestaria. En el caso espa?ol, ello supone a?adir a los gastos del Ministerio de Defensa las clases pasivas de origen militar y las partidas de I+D militar (un tercio del I+ D espa?ol) del Ministerio de Ciencia y Tecnolog¨ªa, adem¨¢s de otras partidas de organismos aut¨®nomos y entes p¨²blicos. Los datos OTAN para el periodo 1980-2002 son contundentes: el gasto computado para el 2002 era de 8.200 millones de euros (?1.500 millones m¨¢s del que se atribuye a Defensa en los Presupuestos para el 2004?), un 1,2% del PIB, una cifra una d¨¦cima superior a la de Canad¨¢ y entre dos y cuatro d¨¦cimas inferior a la de B¨¦lgica, Dinamarca, Holanda o Alemania, que no superan el 1,6%. En segundo lugar, a esa cifra deber¨ªa a?adirse el coste de la participaci¨®n en operaciones de mantenimiento de la paz, que no se presupuestan aduciendo que son de naturaleza impredecible, por lo que dependen de decisiones del Ejecutivo. Conviene recordar que esos gastos pueden ser elevados: seg¨²n datos del Ministerio, el coste total del apoyo y participaci¨®n espa?ola en la intervenci¨®n en Irak equivale ya al coste del equipamiento cient¨ªfico m¨¢s ambicioso en curso de ejecuci¨®n, el Sincrotr¨®n. En suma, se gasta mucho.
Se gasta mal, habida cuenta de la composici¨®n desequilibrada del gasto. El gasto en personal ascend¨ªa el 2002, siempre con datos OTAN, al 65% del total, una cantidad muy superior a la de Canad¨¢ (43%), Holanda (46%) o Alemania (60%), aunque inferior a la de B¨¦lgica (71%). Esa cifra, por otro lado, se increment¨® en el 2002 y lo har¨¢ nuevamente en el 2003 y 2004, en virtud del objetivo de alcanzar el pr¨®ximo a?o la cifra de 80.000 efectivos profesionales. Y seguir¨¢ haci¨¦ndolo, ya que se quiere llegar a medio plazo al m¨¢ximo, 102.000 efectivos, establecido en el modelo de profesionalizaci¨®n. Por otro lado, el gasto en equipamiento, que incluye las partidas de I+D, es ya del 14%, superior al de B¨¦lgica (8%), Alemania (12%) o Canad¨¢ (13%) e inferior al de Dinamarca (17,5%). El porcentaje se incrementar¨¢ en los pr¨®ximos a?os, de ejecutarse la adquisici¨®n de un buque de proyecci¨®n estrat¨¦gica, 4 submarinos, 24 helic¨®pteros de ataque y 212 vehiculos de combate, que suman m¨¢s de 4.100 millones de. Dicho de otra forma, el paso a unas fuerzas armadas profesionales, por mor de un modelo sobredimensionado, no est¨¢ sirviendo para reducir el gasto en personal y lograr una estructura m¨¢s equilibrada, con un gasto de personal cercano al 50% (EE UU dedic¨® a ello en el 2002 s¨®lo el 35%).
El sentido com¨²n y las tendencias se?aladas llevan a una conclusi¨®n y a un pron¨®stico: a tenor de los resultados, nuestros y de los otros, se gasta ineficientemente, se gastar¨¢ m¨¢s y se mantendr¨¢ el desequilibrio. Adem¨¢s, parece que se gasta m¨¢s de lo preciso, habida cuenta de las nulas percepciones de amenaza militar extranjera de la opini¨®n p¨²blica espa?ola y del diagn¨®stico estrat¨¦gico del ¨²ltimo Consejo Europeo ("Nunca antes Europa ha sido tan pr¨®spera, tan segura y tan libre"). En otras palabras, de acuerdo con la definici¨®n inicial de Defensa, Espa?a, comprometida con el plan de la Uni¨®n para reforzar las capacidades militares europeas mediante la racionalizaci¨®n, coordinaci¨®n y econom¨ªas de escala, con escasas amenazas propias y compartidas, podr¨ªa hacer frente a sus compromisos sin incrementar el gasto de Defensa e incluso reduci¨¦ndolo, renunciando a inversiones f¨²tiles en equipamiento a financiar con venta de suelo p¨²blico: el presupuesto anual de Naciones Unidas para operaciones de paz es inferior a los cuatro proyectos comentados.
Hasta aqu¨ª, el an¨¢lisis y evaluaci¨®n en t¨¦rminos de mera pol¨ªtica de Defensa. A ello habr¨ªa que a?adir los costes de oportunidad en funci¨®n de otras pol¨ªticas p¨²blicas y del horizonte previsto para el 2007 y 2010. Me limito a se?alar tres problemas. Primero, el escenario de cuasi desaparici¨®n en el 2007 de los fondos estructurales y de cohesi¨®n comunitarios, no menos de un 1% de nuestro PIB. Segundo, el fuerte d¨¦ficit de pol¨ªticas y bienestar social, que, pese al crecimiento, nos alejan de los est¨¢ndares de la mayor¨ªa de los pa¨ªses comunitarios. Tercero, los compromisos del espacio de educaci¨®n superior y del espacio de investigaci¨®n europeos, que suponen dedicar para el 2010 aproximadamente el 5% del PIB a I+D y educaci¨®n superior.
Todo ello hace irracional y gratuito cualquier incremento del gasto en Defensa, si se usa la raz¨®n y la objetividad cient¨ªfica para asegurar el bien com¨²n. Parece, empero, que algunos decisores razonan con los a priori subjetivos de que se acusa a ut¨®picos y pacifistas.
Rafael Grasa es profesor de Relaciones Internacionales de la UAB.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Presupuestos ministerios
- Opini¨®n
- Presupuestos defensa
- VII Legislatura Espa?a
- Ministerio de Defensa
- Presidencia Gobierno
- Pol¨ªtica defensa
- Finanzas Estado
- PP
- Ministerios
- Fuerzas armadas
- Legislaturas pol¨ªticas
- Gobierno
- Partidos pol¨ªticos
- Administraci¨®n Estado
- Finanzas p¨²blicas
- Finanzas
- Pol¨ªtica
- Administraci¨®n p¨²blica
- Defensa